viernes, 21 de diciembre de 2007

¿Un movimiento de liberación homosexual?

Manuel Velandia Mora
Revista Ventana Gay, Nº 1

1.979.
Bogotá.

¿Para qué? ¡Sí yo ya estoy liberado!

Esta y muchas otras respuestas afines salen a flote en buses, calles, cines, tiendas, bares, cuando se pretende hablar de la emancipación gay.

Liberarse no es la posibilidad de poder: en un bar, cine, o cualquier lugar a puerta cerrada: hacer, decir, una u otra cosa...

Nuestra liberación consiste en conquistar gran cantidad de reivindicaciones, en ser aceptados socialmente en nuestra real identidad: seres normales, aun cuando no respondamos a la normalidad estipulada por los celosos celadores del orden dado, en una sociedad, que pretende encarrilar castrando cualesquier posibilidad que atente contra sus "principios morales", puestos para salvaguardar el "orden natural" que nos aliena sexual y políticamente.

Debemos explorar nuestra sexualidad, disfrutarla y expresar públicamente nuestro deseo, en el mismo lenguaje usado para expresar el deseo de comer, dormir, etc., además el redescubrimiento y la desgenitalización del placer, posibles, mediante la desinstitucionalización de nuestras zonas erógenas y del cambio de los procesos educativos que nos limitan mentalmente y nos sitúan al margen, al dar a conocer únicamente la función procreadora del sexo desechando por "nocivas" todas las demás posibilidades.

Igualmente debemos cuestionar a la familia que en su desarrollo ideológico nos programa para desempeñar roles preestablecidos y a la religión que identifica el placer con pecado, potenciando complejos de culpa que transforman en inadmisible el goce total.

La posibilidad de mostrar con orgullo nuestro Ser Homosexual conlleva: negarse a ser el complemento de la mujer o del hombre para ser nosotros mismos; conquistar nuestra integridad pasando de ser objetos sexuales frente a los "otros " y frente a nosotros mismos; crear las condiciones para ser considerados algo más que un elemento productivo; lograr mecanismos de proyección social y un total despliegue en las demás esferas de la realidad.

Teniendo en cuenta que nuestra lucha no es contra el otro sexo, o marcando las diferencias con las demás minorías sexuales, sino hombro a hombro, mujeres y hombres, juntó con las demás minorías oprimidas y/o reprimidas de una u otra forma.

Aunque muy dentro nos sintamos igual que cualquiera; aun cuando tengamos la capacidad de gozar y manifestar libremente nuestro afecto a otra persona con nuestro mismo sexo; aun cuando vivamos la ilusión de la seguridad estando dentro del bar, apartamento, cine, sabemos muy bien que la practica de nuestra sexualidad está condenada socialmente a desarrollarse solo en aquellos lugares destinados para tal efecto: el ghetto Guëi.

Si usted desea salir del ghetto puede comunicarse con nosotros, somos un grupo al que usted está invitado y del que usted debe hacer parte.

Grupo de Encuentro por la Liberación de los Guëis, miembro del MLHC Movimiento de liberación Homosexual de Colombia.

Bogotá, 28 de junio de 1979

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