Manuel Velandia Mora
Bogotá. Abril 26 de 2004
Liga Colombiana de Lucha con tra el Sida
http://www.ligasida.org/es/noticia.php?uid=0&todo=0&det=198&leng=es
Henry Ardila Ardila será recordado como un hombre bastante radical en sus acciones, opciones y emociones; sin embargo, para quienes fueron los usuarios de sus servicios profesionales lo más significativo fue su calor humano, su permanente acompañamiento y su sentido de lealtad y solidaridad. Tal vez muchas personas no conozcan sobre su trayectoria o cómo llegó a destacarse en el tema del sida tanto a nivel nacional como internacional. En este artículo se esbozará la historia sobre cómo se inicia el trabajo del medico Henry Ardila en Colombia y se relaciona su actividad con la red conformada por otras personas y organizaciones trabajando en Bogotá. El texto concluye con el momento en que Henry abre sus alas al ámbito internacional.
Tres son los orígenes de donde provienen las personas y los programas de sida que trabajan desde la comunidad en Bogotá y en Colombia: las organizaciones de hombres homosexuales que ven cómo quienes tienen dicha orientación sexual se están enfermando o muriendo y personas trabajando independientemente a pesar de sus vínculos institucionales como profesionales de la salud quienes se encuentran los casos en sus consultas y observan el marcado incremento de la epidemia y miembros de algunas comunidades religiosas quienes en su trabajo de apoyo espiritual encuentran a un grupo de personas relativamente jóvenes que están siendo marginadas, estigmatizadas y separadas socialmente.
Los religiosos descubren una nueva alternativa de servicio
El sacerdote Liomer Vázquez de la comunidad de los Carmelitas Descalzos, quien en su primer contacto con el tema del sida en Ávila acompaña a finales de 1984 y hasta su muerte a un hombre joven. Recién regresado de España se encuentra con una abogada feligrés de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en la iglesia de Santa Teresita busca atención para su hijo, un joven homosexual, odontólogo de 24 años, viviendo en el barrio Santafé a quien le brinda apoyo espiritual hasta su muerte.
El entonces seminarista Eudista Bernardo Guevara a principios de 1986 decide visitar personas enfermas que están siendo atendidas en el Hospital San Juan de Dios entre quienes se encuentran hombres jóvenes y homosexuales trabajadores sexuales viviendo con sida. Uno de esos pacientes es dado de alta, Bernardo quien considera que “las personas se visitan pero no se crean vínculos” asume como suya la responsabilidad y decide pagar de su bolsillo el alojamiento para esta persona en una residencia en la zona de prostitución del Santafé en la que el enfermo vivía previamente. Guevara se ve obligado, para no tener que dar explicaciones, a hacerse pasar como “pareja” de dicha persona. Este es el primero de varios casos en que Bernardo y Liomer deciden sufragar los gastos de alojamiento y manutención de menores vinculados a la prostitución y de adultos trabajadores sexuales para así dar respuesta a una necesidad que se hace cada vez más visible en esta población afectada por la enfermedad. Los enfermos se alojan en un grupo cada vez más grande en residencias, Lucitania y Luís XV ubicadas en el barrio Santafé.
El medico Ardila, quien ha hecho sus prácticas de estudiante en el Hospital San Juan de Dios, en donde tiene contacto con algunos de los primeros casos de sida presentados en Bogotá extiende su consulta particular a los lugares en que las personas afectadas por la infección se encuentran viviendo, inclusive aquellas residencias en las que los sacerdotes llevan a vivir a sus asistidos espirituales.
El equipo de Salud se organiza
Unos meses después, ya en 1986, otro joven, santandereano, homosexual y odontólogo se acerca a Vázquez a quien le solicita apoyo espiritual para un amigo quien en ese momento está recibiendo atención medica de Henry Ardila. Estas dos personas convocan a Ardila y a otros hombres homosexuales para crear una organización que brinde ayuda asistencial a quienes están siendo afectados por el sida en ese momento, es así como surge la idea de crear una organización dedicada a la asistencia. En el salón Ávila de la casa contigua a la iglesia de Santa Teresita se reúnen por primera vez y con dicho fin, un grupo de hombres homosexuales u una enfermera dan origen a la Liga Colombiana de Lucha Contra el sida (LCLCS), entidad que fue reconocida legalmente en 1991 por el Ministerio de Salud.
Los miembros de la LCLCS contemplan la necesidad de poseer un hogar propio en el que se puedan atender a las personas. Con el apoyo de la médica María Imelda Moreno (Mela), en febrero de 1987 hacen contacto con el hermano Ray Schambach (hoy sacerdote), Superior y Fundador de la Fraternidad de la Divina Providencia. Este religioso les facilita una pequeña casa finca ubicada en la vereda de Fagua en Chía, Cundinamarca, a la que denominan Hogar de “Nuestra señora de la Macarena” espacio en la que permanecen por un tiempo. Ardila es el médico que asume la asistencia de dichos pacientes. El hogar está localizado en una zona de estratos socioeconómico cinco y seis, las personas en la localidad ven en los ocho pacientes una amenaza para la convivencia y un problema de salud publica que puede afectarles, llegando al extremo de presionar a la comunidad religiosa para que saque de allí a sus usuarios.
Un año después, la Fraternidad, por medio del hermano Schambach, facilita una vivienda en el Barrio Quirigua de Bogotá a la que denominan “Hogar de Nuestra señora de la Anunciación” a la que pueden trasladarse los pacientes, sin embargo la casa está totalmente desocupada. El Sacerdote Vázquez en una homilía celebrada en la Eucaristía de los domingos a las once de la mañana solicita ayuda a sus fieles de la iglesia de Santa Teresita quienes en tres días logran equipar el hogar con los enceres fundamentales. El equipo de profesionales de la LCLCS coordinado por Henry Ardila asume una vez más la dirección del Hogar.
Los costos asistenciales y de manutención son asumidos por los profesionales de la LCLCS, quienes además cuentan con pequeñas ayudas de la comunidad eclesial de Santa Teresita, sin embargo estos costos se van incrementando al tal nivel que e algunos días las raciones alimenticias deben disminuirse a productos básicos porque no hay de dónde obtener los recursos para pagarlos. Los gastos han llegado a tal nivel, incluyendo los gastos funerarios de algunos fallecidos, que se ven en la necesidad de decidir cerrar la casa.
Uno de los pacientes apoyados por Bernardo es atendido en el hogar de la Anunciación y este seminarista lo sigue hasta allí para darle su soporte; se va así integrando al equipo de trabajo. Una discusión entre Guevara y Schambach con respecto al uso del tiempo libre de los habitantes del hogar concluye con que Bernardo asume la dirección de la casa del Quirigua a la que ahora denominan “Hogar de Nazareth”. El Grupo de oración del Barrio Minuto de Dios en el que trabaja Bernardo y hace parte la abogada Helena Garavito, quien fundara posteriormente la Fundación Darse,[1] asume el manejo económico del hogar. Ardila sigue siendo el director médico de este hogar. Con el aporte económico de Helena y Guevara, seis meses después (finales del 89), se compra una casa en el Barrio Patria a la que denominarán “El Tonel”, que dará origen a la Fundación Eudes. La casa es devuelta a la fraternidad; hasta hoy día Schambach y su equipo continúan con un programa asistencial a personas de muy escasos recurso quienes se encuentran en un estado muy avanzado de su enfermedad.
Mueren los amigos, se enferman los hombres que amamos, tememos por nosotros mismos
Por otro lado, en Septiembre de 1982 llegó a manos de Manuel Velandia Mora el primero de una serie de artículos que hacía referencia a una enfermedad llamada el “cáncer de los homosexuales” y a la que científicamente se había denominado GRID Gay Related Inmuno Deficiency. Estos materiales fueron publicados luego de que apareciera el primer artículo al respecto, en julio de 1982 en el Time de New York, por diferentes organizaciones de homosexuales con sede en los Estados Unidos y remitidos a la Revista Ventana Gay, órgano de difusión del MLHC Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia.
En ese mismo año y ciudad, la Enfermera Esperanza de Monterroso, Profesora de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UN), sede Bogotá, implementó una investigación sobre la Presencia de ETS en Población General. Monterroso invitó a Velandia para que, en calidad de Sociólogo y Filósofo, hiciera parte del equipo interdisciplinario de apoyo a la investigación. Velandia, a partir de su experiencia como fundador en 1977 del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia (MLHC) sugirió que se cubriera la población homosexual como un segmento importante de la población general, propuesta que luego de algunas discusiones y a pesar de la negativa del representante del Programa de Epidemiología del Ministerio de Salud, Doctor Manuel Guillermo Gacharná, fue aceptada.
Como resultado de la citada investigación se produjo un video, el cual fue considerado por el funcionario del Ministerio de Salud una “apología a la homosexualidad” razón por la que dicha entidad se negó a apoyar económicamente su producción[2]. Con este material de apoyo, producido por las Facultades de Enfermería y Cine de la UN, se llegó a los bares de encuentro de homosexuales en las diferentes zonas de la capital del país. A partir de esta experiencia surge el Grupo de Ayuda e información sobre el sida (GAI sida) organización fundada por Velandia en 1983.
Relaciones con el sector salud a nivel oficial
En Noviembre de 1987, se realizó la primera reunión del Comité de Educación, Prevención y Apoyo para el Sida (CEPAS), convocado por la Enfermera Licenciada Rossana Alba de Rangél y la Bacterióloga Alicia de Weldeford de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud de Bogotá. Del CEPAS hicieron parte los Médicos Gabriel Martínez y Bernardo Camacho, el Psiquiatra Álvaro Fernández (miembros del equipo del hospital Simón Bolívar), el Sociólogo Manuel Velandia y Luís Eduardo Moreno, estos últimos dos militantes homosexuales y miembros del GAI sida. El CEPAS fue la primera organización en la que miembros del sector oficial de la salud se unieron para trabajar con personas en la comunidad en el tema del sida. Muy poco tiempo después se integra a este comité un joven y emprendedor Médico Henry Ardila quien se había incorporado a la Dirección de Epidemiología de la SSB en calidad de Epidemiólogo.
Velandia tiene en junio de 1989 la oportunidad de viajar a Montreal y participar en las conferencias “Oportunidades para la Solidaridad” y “V Mundial de Sida”. Allí propone la creación de la “Red Latinoamericana de ONG trabajando en sida”. Con esta organización GAI sida convoca en diciembre, en el Teatro Miramar propiedad de los Sacerdotes Carmelitos Descalzos al “Primer Encuentro Nacional de ONG con Trabajo en sida” actividad en la que Ardila asume el liderazgo de la temática relacionada con lo asistencial.
Ardila, Rossana de Rangel, Liomer Vázquez, Alicia de Weldeford y Martha Lucía Alzate se suman a los profesionales miembros de GAI en 1990. Desde esta entidad Henry se hace presente en España en un encuentro Internacional de personas con sida, primero en el que un colombiano, viviendo en el país, se hace presente. Velandia participa en el diseño del “Primer Plan estratégico a nivel nacional sobre sida”, en la discusión de este documento se contempla la necesidad de que ONG trabajen no solo en la parte preventiva sino además en la parte asistencial. Los profesionales del área Humana y social del GAI sida deciden conformar una Organización a la que denominan “Frente para la investigación y la anticipación social al riesgo” (FIASAR) y los miembros del equipo de salud, apoyados por el Sacerdote Liomer Vázquez deciden oficializar la creación de la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida. En diciembre de 1991 Ardila y Velandia participan por Colombia y la Red Latinoamericana de ONG trabajando en sida, en la Conferencia Internacional de Paris. En esta actividad Ardila se hace representante de Colombia en LACASO y es esta la consolidación de su despegue en un muy reconocido trabajo a nivel internacional cuyos frutos aun ahora, varios años después de su muerte siguen cosechándose.
Fuentes Bibliográficas:
Este artículo se basta en información de primera mano del autor y en entrevistas telefónicas realizadas por este a los sacerdotes Liomer Vázquez, Párroco de la Iglesia de Santa Teresita, Sacerdote de la Orden de los Carmelitas Descalzos y a Bernardo Guevara, Sacerdote Eudista, Director de la Fundación Eudes; y en la estrevista presencial realizada al Sacerdote Ray Schambach (hoy sacerdote), Superior de la Fraternidad de la Divina Providencia y al Hermano Juan Carlos Osorio, Director de Proyectos de la Fundación San Francisco de Asís y miembro de la misma fraternidad.
[1] Hogar que tiene como misión además de lo asistencial, crear fuentes de trabajo para sus vivientes.
[2] Las imágenes que hacían referencia a la homosexualidad mostraban en la primera de ellas la presencia de una pareja de homosexuales quienes, estando sentados a la mesa de una cafetería en un barrio popular de Bogotá, se tomaban de la mano; y la otra, aparecieron las siluetas, en contraluz, de dos hombres que estando al parecer desnudos y sentados de frente se acariciaban, y posteriormente, se recostaban el uno al lado del otro.
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