jueves, 27 de diciembre de 2007

Sexualidades y unicidad

¿El, ella, tú, yo, nuestras sexualidades están del mismo lado?

Bienestar Social del Distrito/ Fundación Voluntarios del Mundo
Bogotá, Febrero de 2005
© Manuel Antonio Velandia Mora. Sociólogo, Filósofo, Sexólogo, Especialista en Gerencia de proyectos educativos, Magíster en educación. Miembro Titular y ex Vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Sexología SCS. Ex Director de la revista Latinoamericana de Sexología. Premio Nacional de Investigación Profesional en Sexualidad de la SCS. Autor de libros y artículos sobre temas como la sexualidad, los derechos humanos y sexuales, el sida y el trabajo en equipo. Investigador Docente de la Universidad Cooperativa de Colombia.

El tema de los derechos humanos entendidos como derechos sexuales, que es en el que me basaré para esta presentación, no es un tema de reciente reflexión aun cuando si, un tema desconocido por muchos. El esfuerzo de esta presentación es comprender las raíces de la discriminación, el estigma, la vulneración, la exclusión social, las amenazas, la agresión física y otras formas de violencia que se presentan en la escuela con relación a la sexualidad.

El discurso de Velandia sobre los derechos humanos, sexuales y reproductivos tiene sus orígenes en el de la Caleña María Lady Londoño, igualmente Miembra Titular de la SCS; esta reconocida feminista centra la atención en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Velandia traspasa la frontera de los derechos de las mujeres heterosexuales para ampliar el discurso al de los derechos sexuales y los derechos reproductivos (diversificadotes) de las personas en las diversas sexualidades e identidades sexuales. Este autor prefiere no hablar de derechos reproductivos sino del derecho a la diversificación, como una manera de hacer evidente el problema identitario que ha causado a las personas ser una “reproducción” de su papá y de su mamá, razón por la que considera que se dificulta reconocer la unicidad de los seres, de ser reconocidos distintos a su padre o a su madre, afirmación que se le hace niños, niñas y adolescentes todos los días y que es un indico permanente de vulneración. Recordemos que incluso desde antes del nacimiento se rotula a las personas y se les imposibilita en la posibilidad de la diversidad de los colores, es evidente que culturalmente algunos nacen en azul y otras nacen en rosado olvidando que desde el mismo nacimiento algunos se relacionan con el amarillo, el fucsia, el naranja, el negro, y que en la medida en que cambia nuestra existencia cambia el color.

Paso a continuación a explicar los fundamentos teóricos desde donde me baso para la construcción del conocimiento que vamos a realizar:

Aun cuando no lo tengamos claro, cada uno o una de nosotros(as) tiene unas teorías desde donde explica el mundo. Por ejemplo, cuando estamos hablando de sexualidad a veces alguien le preguntan a otra persona: ¿Usted, en su relación homosexual es el hombre o es la mujer?. Esa que es una manera elemental de interrogar sobre la sexualidad es igualmente una manera de explicar, actuar y emocionarse frente al mundo. Es esta apreciación es evidente que las mujeres son “el hueco”, y en consecuencia esta es una reducción de la comprensión de lo que es el cuerpo de la mujer, desde esta misma perspectiva los hombres son “una cosa que sale hacia delante” y que sirve para ser introducida en “un hueco” que además debe ser el de una mujer. A esos fundamentos teóricos desde los que explicamos el mundo los denominamos Epistemología.

Cada uno(a) de nosotros(as) igualmente tiene una visión, una manera de explicar la realidad, entendiendo la realidad como una cosa que está afuera de nosotros(as), un hecho, un acontecimiento, una persona. La realidad y la relación con ella puede ser comprendida de diferentes maneras; por ejemplo, una manera de hacerlo es pensar que la realidad es una construcción que ésta dentro del sujeto que la construye, que cambia en la medida en que este(a) la explico. Después volveremos con más detalle sobre este aspecto. A esa manera de relacionarnos y explicar la realidad, la cosa, es a lo que se llama la Ontología.

La Ontogenia, es el proceso por el cual cada uno(a) de nosotros(as) es eso que ahora estamos siendo. Su construcción está relacionada con la iglesia, la familia, la escuela, la sociedad, nos establecemos en la cultura, en las relaciones sociales, en una sociedad, espacio y tiempo. Cada uno(a) tiene su propia Ontogenia, incluso cuando pareciera que a un grupo de personas alguien quien les habla les está diciendo lo mismo, es evidente que cada uno oye distinto. Eso quiere decir que probablemente, en este momento, yo no estoy haciendo una charla sino como mínimo 150 charlas simultáneamente. Es decir, cada uno(a) de quienes están en la audiencia está oyendo a partir de sus propios conocimientos, de su propia necesidad, desde las expectativas que tiene para el mundo; desde lo que le ha pasado y le ha dejado de pasar, desde sus propias visión socioantropológica y visión del ser humano y desde el contexto en el que se encuentra, transforma y es transformado, desde la sociedad que igualmente determina el mundo en que vivimos y cómo vivimos el mundo.

No es lo mismo haber nacido en Cuba, en París, por ejemplo, o en Bogotá, o en el Oriente. Pensemos en una mujer que proviene de un lugar donde debe vivir permanentemente con buena parte de su cuerpo y la cara ocultas, un espacio cultural, relacional y social en el que ella no puede asistir como las mujeres que se encuentran aquí a un evento en el que se habla de las tampoco las sexualidades por que ese es un tema de hombres. La visión de esas mujeres es diferente a las de aquellas que como ustedes se relacionan con el vestido, los accesorios, el cuerpo, los hombres y las otras mujeres de una manera diferente. En ustedes el peso de la visión socioantropológica sobre la sexualidad es distinta; aquí, en este espacio, también es diferente la relación con los hombres y las otras mujeres, hombres que se piensan, asumen, experiencian y emociona de una manera particular sobre si mismos y los(as) demás, quienes igualmente están en diferentes y particulares tránsitos en la construcción de sus propias identidades sexuales. Esto determina que cada uno(a) de nosotros(as) tiene una manera de pensar, de ser, y de actuar y desde ahí, explica, emociona, y vivencia el mundo.

En el proceso de educastración, en los primeros años de escuela, nos fueron enseñando que el mundo era lineal positivista, es decir que "A" conduce a "B" y "B" conduce a "C", y que si no hay "B", no hay "C", que uno más uno siempre será dos; que el mundo es negro o blanco; que todo tiene una causa y un efecto, estos son principios básicos del pensamiento lineal y positivista; es decir, desde Aristóteles y Platón, hasta ahora estamos totalmente afectados por esa manera de ver el mundo. Ello hace totalmente imposible que podamos vivir relaciones horizontales y democráticas con las demás personas; porque desde esa comprensión, el otro, la otra o el otre[1] siempre serán mis opuestos, seres distintos de mí, no alguien con quien yo puedo ser cómplice y construir acuerdos. También desde esta perspectiva teórica nos dijeron que para explicar el mundo debíamos ser objetivos, es decir que el mundo se explica desde los objetos.

Pero resulta que ahora, cuando nosotros(as) hablamos de objetividad entendemos otra “vaina”; por ejemplo, yo estoy discutiendo con un amigo, entonces él dice algo en lo que no está de acuerdo conmigo y entonces yo respondo: ¡No estás siendo objetivo!, aun cuando no lo afirmo es claro que me paro en una explicación en la que la objetividad sólo existe cuando el otro piensa igual a mí, si no es así no hay objetividad. Entonces cuando alguien quiere desbaratarle el discurso al otro simplemente le dice: ¡No eres objetivo!, y con esto le acaba “el rollo”, le dificulta el camino para seguir produciendo un discurso porque al que está construyendo se le invalida. Nos han dicho que somos sujetos complementarios, y que las relaciones son de medias naranjas; tenaz, porque si lo exprimieran a una persona solo le sacarían medio vaso de jugo. ¡Imagínese! De cada uno(a) de nosotros(as) ni siquiera pueden sacar un vaso completo de jugo. Menos aún puede pensarse que alguien desee exprimirse con un mango, una papaya, una piña, o con las dos al tiempo... no se puede, no es posible... porque las relaciones sólo son posibles desde las medias naranjas. Es decir que si Usted no es media naranja de alguien esta jodido porque es un ser incompleto.

A continuación propondré una perspectiva que demuestra que es posible construir relaciones diferentes en la escuela, en la vida cotidiana, en todos los espacios si logramos comprender otro tipo de explicaciones que se basan en otras propuestas teóricas no positivistas y no lineales.

Voy a explicar el mundo desde los paradigmas sistémicos en los cuales no pienso profundizar, porque, por supuesto, todos conocen perfectamente a que me estoy refiriendo, ya que como maestros y maestras ustedes tienen esos referentes ya que ahora está de moda ser constructivista, y no se puede ser constructivista si no se entiende perfectamente el pensamiento sistémico… supongo que ya lo saben... pero si alguno(a) no lo tiene bien claro haré algunas reflexiones al respecto que ayudarán a la comprensión. Partamos de un ejemplo:

Constitutividad
Me desplazo al un lugar en el salón en el que me ubico de tal forma que tenga personas ubicadas tanto a mi izquierda como a mi derecha y al frente.

Le pregunto a alguien que está a mi derecha: ¿Cuántas orejas me ve usted? Ella responde dos
Usted está segura que es así? ¿Cómo así? Yo estoy viendo una pero se que son dos… los ¿Como puede afirmar que tengo dos orejas sí tan sólo ve una? Otra pregunta. ¿Quiénes tienen una oreja no son seres humanos? Bueno, yo solo puedo decir que tiene una. Lo que te hace humano no es el número de orejas…

Le pregunto a alguien que está a mi izquierda: ¿Cuántas orejas me ve usted? Ella responde: ¡eso depende! Pero solo veo una, así que para ser objetiva digo que una.

Le pregunto a alguien que está frente a mí: ¿Cuántas orejas me ve usted? Ella responde dos.
Resumiendo: el 66,66% opina que tengo una oreja; el 33,33% considera que tengo dos orejas. Matemáticamente tendría dos orejas… pero la minoría tiene la razón, tengo dos orejas. Ello quiere decir que las cosas cambian de acuerdo al lugar desde donde se miran.

Las personas, en general más los jóvenes que los adultos, no se mueven en la objetividad sino en la constituvidad. Desde este paradigma la explicación "depende"… es uno de los principios de la constitutividad de la Ontología Constitutiva. En la Ontología Objetiva las cosas son y tienen las propiedades en sí mismas, por tanto, cualquier sujeto que explique la cosa debe explicarla siempre de la misma manera; tal y como nos han dicho que funciona en la física, en la química… en la matemática. Pero tan pronto variamos algunos elementos en el análisis deja de funcionar la lógica lineal positivista que es la lógica de la matemática.

La otra lógica es la que llamamos de la constitutividad. A partir de ella se puede decir que la cosa tiene propiedades porque éstas no son propias de la cosa, sino del sujeto que interviene o mejor dicho interpreta la cosa; es decir, a partir de los conocimientos que el/la observador(a) tiene una cosa puede ser, al mismo momento, varias cosas. Las cosas se explican a partir de las herramientas exosomáticas es decir de las herramientas que están fuera del cuerpo pero ayuda a la persona a ver la cosa. Si alguien que necesita lentes para ver adecuadamente se las quita, observa que la cosa (persona, objeto) es una cosa borrosa. Al ponerse nuevamente los lentes el/la observador(a) ve una cosa nítida.

La realidad de la cosa, ya sea esta objeto, persona, sociedad, proceso, energía… se construye en el lenguaje. Un ejemplo, alguien te dice: ¡mi amor!, y a ti, al oír esa frase se te acelera el ritmo cardiaco y sudas en algunas partes de tu cuerpo; tres meses después, cuando la relación ha cambiado esa persona te dice ¡mi amor!, y tu piensas: ¡ah, otra vez, este miserable me va a pedir otro favor! Eso quiere decir que desde las propias experiencias la percepción de la cosa cambia.

Partiendo de la ontología constitutiva se puede afirmar que los seres humanos no son complementarios sino son relacionales, es decir que si cada uno(a) construye la cosa en la relación, pues el otro o la otra no necesariamente es para mí lo que es para otros u otras. En conclusión, cada una(o) de nosotros(as) es tantos sujetos como personas tratan de explicarlo(a). Cada persona es una cosa que se mueve, su cerebro se transforma continuamente; con relación a la cosa también las propias explicaciones sobre ella cambian, como también lo hacen a partir de los vínculos establecidos, la sociedad y la cultura en la que está inmerso(a) el/la observador(a).

Propiedades de los sistemas
En la teoría de sistemas hay cuatro propiedades de los sistemas entre los más importantes a los cuales se hará referencia a continuación:

Un sistema es a partir de las relaciones que establece: Un sistema siempre será interrelacional, pero en la medida en que un sistema se relaciona con otros sistemas, micro o macro sistemas, con la sociedad, la cultura, la escuela, el grupo, la organización, que igualmente son sistemas, se ve afectado y afectan a los otros sistemas, además afectan el medio y el medio los afecta, por eso los sistemas siempre serán interafectados. Pero como un sistema no es sin los microsistemas de los que hace parte y sin los subsistemas que lo componen, no es sin los demás sistemas. Cada uno de nosotros como sistemas no es sin la cultura, sin la sociedad, sin sí mismo, eso quiere decir que además todo sistema es interdependiente; en consecuencia, para poder ser en la relación con el otro o la otra dependemos de ella o él, por que el otro y la otra me da propiedades como ser; cuando un sistema no está dependiendo de otro deja de existir como tal.

Un ejemplo de cómo ello afecta la cotidianidad: Alguien afirma: ¡yo no soy racista! Yo tengo un amigo negro. A ello deberíamos responder probablemente usted no sea racista con él, pero darse cuenta que tan solo se tiene un amigo negro puede significar que muy seguramente con el resto de negros si sea racista. Cuando alguien tiene que explicar que con uno no es racista está igualmente afirmando que con los demás negros y negras con quienes establece relaciones, dependencias, afectaciones, probablemente tiene problemas en sus relaciones y por tanto en la convivencia.

Es conveniente darse cuenta que los amigos son múltiples, que cada uno tiene su color, no para diferenciarlos discriminatoriamente sino para darse cuenta que los amigos y amigas son negros, verdes, amarillos, azules, naranjas, fucsias, moradas, de todos los colores. Eso implica asumir que en toda interafectación, interrelación e interdependencia cada sujeto con quien nos relacionamos es único.

Otro concepto importante como propiedad de los sistemas es la emergencia. Veamos un ejemplo de emergencia: el conocimiento no es algo que el maestro tenga y que le “transmite” a los estudiantes, sino que el conocimiento es una construcción, es decir, que cada vez que digo algo, usted al oírlo le pone de su propia cosecha; entonces, lo que usted oye, lo que conoce, no es lo que el otro dice, sino lo que emerge de la interrelación entre los dos, los cinco o los 25 que están hablando, pero además hay otras situaciones que están generando conocimiento: el espacio en el que los interlocutores se encuentran, los conocimientos previos que traen consigo, la manera como se oye, desde dónde se oye, el interés que despierta, la carga que damos o no a las palabras, quien lo dice, la razón por la que consideramos que lo dice… el conocimiento es una emergencia algo que surge, emerge de esa interrelación, interafectación e interdependencia, entre quienes están común-unicando, esto quiere decir entre quienes están poniendo en común muchas “carretas” para que se vuelven una; por eso se dice comunicando, común-unicando, haciendo común lo que es de cada uno.

Mismidad, otredad, alteridad y liminaridad
Las personas se relacionan primero con sigo mismas; algunas y algunos no están teniendo conciencia de sí mismos(as), es decir de lo que llamamos su “unicidad” y esa conciencia de sí, de sui mismidad, implica reconocer algunos elementos mínimos, cada ser es único recordemos que no hay nadie como yo, que jamás ha habido nadie como yo, ni habrá nadie como yo, ni siquiera yo, por que ser se está siendo en permanente movimiento. Somos distintos a quienes éramos esta mañana. En ese tiempo estábamos siendo sin el café que tomaron antes de salir corriendo y venir para acá. Usted, ahora, está siendo único con esa mogolla y ese café que antes no existían en usted.

Esa unicidad nos recuerda otras propiedades, además de únicos estamos siendo irrepetibles. Yo, tú, el, ella no se puede repetir a mí misma, no puede repetir los hechos, y cuando alguien frente a una expresión le dice: ¡vuélvamelo a decir! El interlocutado debería afirmar que no lo puede repetir porque ahora se está en otro tiempo, en otro espacio, en otra necesidad, en otro interés… otra emoción. Cuando una idea se dice siempre se dice nueva, no se puede repetir.

Cada vez que la idea se expresa no se oye lo mismo, no se siente lo mismo… la necesidad, la emocionalidad, la intensidad, son distintas. Además de único e irrepetible, el ser humano es trascendente, todo lo que hace queda y lo que deja de hacer también. Un ejemplo, usted salió discutiendo con su pareja está mañana y lo único que le dejó como información antes de salir fue un golpe en la puerta y un insulto. Resulta que a usted lo aplasta un camión en el camino hacia donde se dirige, cuando su pareja lo piensa lo único que le quedó de usted fue el portazo y el grito. Pero si usted en vez de aquello y a pesar de la discusión le dijo: ¡recuerda que te amo y eres importante para mí! Lo que le quedará a esa persona en ese proceso trascendente. Eso nos lleva a concluir que cada uno de nosotros(as) puede decidir como trasciende en el otro, las otras y les otres.

Estamos siendo únicos, trascendentes y evolutivos, todos(as) estamos en una permanente transformación y todo lo que recibimos como conocimiento nos hacen seres cada vez mas complejos. Estamos siendo históricos, somos el resultado de todo lo que nos ha pasado, de la estructura de la sociedad donde vivimos. Pero estamos siendo futuros, porque aquello que pensamos estar siendo mas adelante tan solo es posible si lo estamos construyendo desde ahora.
Esa conciencia de ser único, irrepetible, trascendente, evolutivo, dinámico, histórico y futura es la conciencia de sí mismo, es la mismidad.

Tan solo cuando se esta siendo consciente de esas cualidades propias como ser se puede ser consciente de la otredad, de que el otro, la otra, el otre, también están siendo únicos irrepetibles, transcendentes, evolutivos dinámicos, históricos y futuro; es decir, el otro no es auténticamente otro sino en la medida en que yo no reconozca esas cualidades del otro. Esta conciencia de la otredad nos hace darnos cuenta de la uni-versalidad del discurso del otro y de la otra, dicho de otra manera de que su discurso es único y por tanto tan distinto del mío como el otro o la otra son distintos de mí. Ese otro, esa otra, solo piensa como el/ella, pero además entre los dos existe la liminaridad, es decir que entre el otro, la otra y yo siempre hay límites.

En el encuentro o desencuentro con los otros y las otras se construye la relación, se establece el vínculo. Todo lo que alguien hace transforma el sistema en el que se halla inmerso, a los otros y otras con quienes se relaciona, ellos y ellas le afectan igualmente y todos y todas afectan el sistema y esta a quien hacen parte de él. En razón de ello se transforma la cultura, la sociedad, la relación, a eso es lo que llamamos la alteridad.

El lenguaje genera mundos. Cuando una persona pronuncia una palabra lo puede hacer de diferentes maneras. Las palabras están cargadas de emociones, conceptos, experiencias, entonaciones, ritmos, pero además las palabras responden a una epistemología, a una ontología, a una manera de relacionarse con los seres humanos. Cada uno construye un universo que le es propio y desde él construye la palabra. Se suele pensar desde el lineal positivismo que tan solo hay una explicación posible de la realidad y dicha explicación la denominamos uni-verso, es decir en el único discurso posible.

Pero si nos paramos en una relación distinta con la realidad, una relación de orden constitutivo se trasciende el uni-verso para lenguajear desde del multi-verso, ello significa reconocer que frente aun mismo hecho hay tantas explicaciones como sujetos tratan de explicarlo. Algunos seres humanos además de multi-versales son co-construccionales, ello quiere decir, que reconocen que hay diferentes discursos y que no es posible tener por verdad que el único discurso valido es el discurso propio. Todo discurso está permeado por las explicaciones de las otras, los otros y les otres. Frente a una palabra cada persona tiene sus propias y particulares representaciones.

Representaciones en el lenguaje
Representar es hacer presente una figura, imagen o idea que sustituye a la realidad, haciéndola presente por medio de palabras o figuras; representar es ser imagen o símbolo de una cosa. Una representación es una unidad lingüística compuesta por tres elementos: imagen, palabra y emoción.

La palabra es un sonido o un conjunto de sonidos articulados que expresan una idea, y, por convención una unidad de discurso. La palabra expresa un pensamiento, concepto o idea por medio del lenguaje. Ejemplo, la palabra cuerpo. Esta palabra tiene diferentes acepciones lingüísticas, que expresan diferentes conceptos de la misma, como pueden ser, en este caso: sustancia, materia; en el hombre y los animales, conjunto de las partes materiales que componen su organismo; conjunto de características del vino que pueden ser apreciadas sensorialmente, conjunto de personas que forman una comunidad y ejercen una misma función. Cuando se expresa una palabra, esta tiene un significado a partir del contexto en que se le usa. En el ámbito de la conversación en que se expresa la palabra cuerpo esta se relaciona con un ser humano.

Toda palabra está asociada a una imagen, que evoca algo que la persona conoce o imagina algo al oírla, leerla, pensarla o expresarla. Por ejemplo, cuando Pedro, un hombre joven de 23 años, pronuncia la palabra cuerpo, la imagen que viene a su mente es la de un cuerpo musculoso, atlético, alto, bien proporcionado.

Toda palabra e imagen se asocia de igual manera a una emoción[2] ; es decir, la palabra genera amor, rechazo, indiferencia; también se relaciona con uno o mas sentidos (gusto, tacto, olfato, vista, sonido) y con un estado de ánimo (bienestar, malestar, alegría, tristeza, etc.). Sigamos con el ejemplo: el cuerpo que la persona imagina no es como el cuerpo que ahora posee, su cuerpo de antes no tenía el sobre peso que ahora tiene, y esto le genera una emoción: rechazo; a la vez, cuando piensa en el cuerpo, se ubica en un estado de animo: tristeza por haber perdido lo que antes tenía y esto lo relaciona con un sentido: la vista, es decir, con el recuerdo de la imagen de su cuerpo reflejado en el espejo, durante una sesión de ejercicio en un gimnasio.

En la cotidianidad, en el diálogo con los otros, al hacer una lectura, al ver un programa de televisión, leer una revista, oír la radio, permanentemente recreamos representaciones. Las representaciones son móviles ya que cambian al ubicarnos en un sistema diferente, es decir en unas relaciones, un territorio, un tiempo, una cultura, una comunidad particular. Toda representación movilizan en la persona emociones que se reflejan en lo que expresa y en cómo es oído o leído por los otros y los otras.

Cuando alguien habla lo hace desde sus representaciones pero quien le escucha lo hace desde las suyas; esto dificulta la comunicación según grado de diferencia que exista entre las dos representaciones de quienes dialogan. La palabra es la misma, es este caso es lo que une a las dos personas pero sus formas particulares de emocionarse, imaginar, su estado de animo y el contexto relacional determinan las relaciones sociales, los juegos de poder, las vinculaciones, los afectos, entre otros.

En cada cultura y al interior de cada sociedad los diferentes grupos de personas que poseen elementos en común tienden a dar un sentido similar a una palabra, en algunos casos la palabra se construye para el grupo y entonces hablamos de una jerga; la jerga se aleja de los significados asumidos por la mayoría.

En la sexualidad ciertas representaciones son el “deber ser” para los seres humanos y son el modelo imperativo de comportamiento. Estas representaciones, en nuestra cultura, por ejemplo, son ligadas a modelos machistas, sexistas, en los que impera el poder de las masculinidades, de la acumulación material, la negación de la expresión de los afectos en los hombres inclusive hacia sus propios hijos cuando estos sobrepasan cierta edad. El “deber ser” establece relaciones verticales en las que no se acepta la diferencia de vivencias y discursos. La violencia sexual, por ejemplo, esta muy ligada a las representaciones que el vulnerador tiene sobre el cuerpo propio y el de quien es vulnerado(a), por ejemplo, pensar que el cuerpo del otro o la otra es una cosa de la que puede apropiarse. Está relacionado también con las representaciones de poder, la incapacidad de llegar a acuerdos, negociar sobre la búsqueda del placer, y con mis propias emociones y sentimientos.

Entonces aprender a convivir solidariamente implicaría, no tratar de explicar desde mí que dice el otro, sino tratar de entender desde el otro que es lo queme está queriendo decir. Por que si yo le pongo todo de mi cosecha para escucharlo realmente lo que hago es no ponerle cuidado al otro, sino ponerme cuidado a mi mismo, y entonces cuando el otro o la otra me dice: ¡pero es que no me oyes! y tiene toda la razón, no la oigo por que solo me oigo yo.

Un elemento fundamental para construir convivencia solidaria y democrática en la escuela es comprender cómo se construye la identidad, a continuación expondré algunos elementos al respecto:

La sexualidad comprendida sistémicamente
El ser humano es un sistema vivo y como tal autopoiético, es decir tiene la capacidad de autogenerarse constantemente. La sexualidad es la emergencia de interacciones contextuales[3] de ordenes biológico, emocionales (psicológicos, éticos, religiosos y espirituales), sociales (económicas, políticas, laborales y jurídicas), culturales (tradiciones, costumbres, mitos, representaciones) y relacionales (se es en virtud de las relaciones que se establecen); se expresa en conocimientos, prácticas, comportamientos, actitudes, creencias y valores. Se define como una dimensión fundamental del hecho de ser humano, está basada en el sexo e incluye el género, las expresiones comportamentales sexuales, las identidades de sexo, género, orientación sexual, y la reproducción.

Al sexo[4] , solemos entenderlo como construcción biológica; sin embargo, aun antes de nacer social, cultural y relacionalmente se construye una explicación del sexo para cada persona como macho o como hembra, construcción que en algunos casos no se soporta en la existencia real de lo biológico. Al observar un scanner realizado al vientre de una mujer preñada, si el producto que se gesta se identifica en la categoría “macho”, a partir de una evidencia biológica que es poco evidente, que sólo es una visión de lo más superficial de la biología humana, se asignan unas propiedades, en este caso se afirma y se espera que ese “macho” sea fuerte, saludable, recio, resistente.

La “asignación” a la persona de un sexo al observar sus genitales externos, se hace sin saber si internamente se corresponde con lo que externamente aparece (se espera que sea así). Complementariamente se hace una asignación de roles sexo-genitales que desde el “deber ser” se supone son propios de cada sexo[5]

Al asignar el sexo se ha dividido el mundo en extremos que se complementan ignorando que existe un continuo que determina una serie de variaciones intersexuales[6], por ejemplo, algunos seres pueden tener dos genitales externos que se corresponden con aquello que determinamos como los genitales del macho y de la hembra; puede suceder también, que se presente en los genitales internos una mezcla de ambos, o algunos individuos pueden presentar un genital externo que no corresponde con el interno; en resumen, hasta el momento, se han clasificado 16 intersexualidades o grandes variaciones entre las categorías extremos del continuo macho-hembra.

Los seres suponen sobre sí, y se conjetura de ellos y ellas que son machos o hembras puros(as) de la especie; sin embargo, muchos(as) de nosotros(as) morimos sin lograr evidenciar científicamente que realmente somos lo que suponemos y los demás suponen que estamos siendo. Por ejemplo, es probable que yo mismo(a), lector(a), nunca haya tenido la posibilidad de que se me realice una serie de exámenes con cuyo resultado se determine mi composición hormonal, el estado de mis genitales internos y externos, y si cumplen plenamente con las funciones que de ellos se esperan. Cada ser tiene una identidad de sexo y en consecuencia una identidad de cuerpo, esta identidad puede cambiar al experimentar cambios en el sexo o en cuerpo, su explicación o las emociones que este y aquel me generan.

Género es un concepto ecosistémico[7], un aprendizaje continuo, una construcción particular y social que se vivencia de manera diferente en cada persona, sociedad y cultura. Se refiere a la forma en que todas y cada una de las sociedades, en un tiempo, cultura y relaciones sociales, determinan actitudes, valores y relaciones que le conciernen a los hombres, mujeres y seres intersexuales. Explica el quehacer de machos y hembras, como también los comportamiento y el ejercicio de los roles que se consideran propios de un sexo; se identifica como masculino al considerado “deber ser” del comportamiento de los machos de nuestra especie y femenino al de las hembras. Aquello que se considera propio del comportamiento masculino o femenino en una persona, grupo, ciudad, región, país o continente, no necesariamente lo es en otro.

En la vida cotidiana encontramos seres a quienes se les denomina andróginos, estos sin recalcar un género sobre el otro reúnen en sí e indistintamente actitudes, prácticas y comportamientos a los que se les determina social y culturalmente como masculinos o femeninos; igualmente observamos personas que aun cuando se les ha criado en un género deciden comportarse en el otro, hecho al que denominamos conducta trangenero.

Algunas veces se hacen lecturas desde la propia cultura y sociedad de lo que sucede en las personas de otras culturas y sociedades, al hacerlo se trata de encasillar lo que allí acontece con la manera particular como se explica el mundo. Por ejemplo, se observa que los escoceses visten una prenda a la que se nomina “falda a cuadros” o que los indígenas de la Sierra Nevada usan una “bata” que se nos antoja una prenda “femenina”, sin lograr comprender que el kilt o la túnica con la que visten los indígenas en la Sierra Nevada no son prendas femeninas aun cuando en su diseño se parezcan a lo que se considera “deben usar” las mujeres.

Cada persona tiene una identidad de género aun cuando en ella hay un substrato común al de otras personas quienes igualmente se identifican con dicho género. Sin embargo, se niega socialmente la posibilidad de construirse desde la no-confluencia, de ahí el rechazo social a læs(os) transexuales, trangeneros e intersexuales.

El ser humano se reconoce social y particularmente como hombre o mujer cuando sexo y rol confluyen, razón por la cual las categorías sociales y particulares hombre y mujer son consideradas como excluyentes. Los conceptos hombre y mujer reúnen en su determinación elementos biológicos (macho/hembra), culturales, sociales y relacionales (género).

La orientación sexual[8], cualquiera que esta sea, no aparece de la noche a la mañana sino que se construye al igual que el cuerpo, el sexo y el género en el proceso de socialización. Se es homosexual, lesbiana, bisexual o heterosexual desde sí mismo(a) y con relación a la sexualidad de l(a) sujeto(a) con la que asume que se puede ejercer mi deseo, erotismo, afectividad y genitalidad. Las personas cimientan una identidad de orientación sexual de su lesbianidad u homosexualidad a partir del “deber ser” de lo que la sociedad espera que sea la orientación de una persona, es decir heterosexual.

El juego de las emergencias sucede en todas las identidades sexuales y en cualquiera de las orientaciones sexuales, aun cuando para los heterosexuales la distancia entre “deber ser” y “querer ser” es mucho menor que en las orientaciones sexuales consideradas marginales.
Algunas personas experiencian algunos aspectos de la lesbianidad o de la homosexualidad sin definirse en una orientación sexual lésbica u homosexual; por dicha razón, actualmente suele hablarse de hombres que tienen sexo con otros hombres o de mujeres que tienen sexo con otras mujeres para hacer referencia a aquellas personas que siendo bigenitales y en algunos casos bieróticas y bideseantes e inclusive biafectivas, se identifican en su orientación sexual como heterosexuales.

Se puede estar siendo en parte o en el todo de la lesbianidad[9] o la homosexualidad experienciandose en una, dos, tres o las cuatro siguientes opciones, es decir, como homoerítico o lesbicoerotica, homogenital o lesbicogenital, homoafectivo o lesbicoafectiva, homodeseante o lesbicodeseante sin asumirse así mismo(a) como homosexual o lesbiana. Dicha asunción hace referencia a lo que Velandia (1999) denomina “identidad de orientación sexual”.

Para Velandia (2004), identidad es la idea y la sensación móviles que tiene el ser humano, en una sociedad y tiempo concretos, de ser lo que busca ser con relación a la cultura, a otræs(os) seres en su entorno y consigo mismo(a), y de seguir siéndolo en el transcurso del tiempo. Según este autor no se tiene una identidad como algo construido y terminado, se está siendo y haciendo una identidad de manera dinámica en relación consigo mismo(a), con læs(os) demás y con la cultura a partir de cómo la persona se experiencia a sí misma, y con relación a las demás explica dicha situación y se emociona con ella.

La movilidad de la identidad, sistémicamente hablando, hace referencia a la posibilidad que existe de que la identidad cambie en el tiempo, a partir de las relaciones sociales y por inter-influencia con el medio, la cultura y la sociedad.

Velandia considera que la identidad puede entenderse como la emergencia de una construcción, no siempre consciente, que afecta los procesos de socialización del sujeto; para este autor la identidad emerge de la vida cotidiana, mas específicamente de la educación (formal y no formal) que provee a la personas los referentes del “deber ser” de la identidad, dichos referentes están basados en la cultura, son propios de una sociedad y tiempo determinados, y están afectados por los procesos de interrelación e interdependencia del individuo.

El proceso de construcción del “querer ser” implica una ruptura entendida como una toma de posición frente al “deber ser”. Cada persona se construye a sí misma, tomando elementos del “debe ser” y en especial, tomando como referente sus propias vivencias, explicaciones y sentimientos. Toda toma de posición para su “querer ser” conlleva escoger una entre múltiples alternativas de las propuestas por el “deber ser”:

• Aceptando plenamente el modelo
• Negándolo rotundamente
• Tomando posiciones moderadas
• Haciendo un sincretismo

La situación y el entorno en el que las personas se interrelacionan tienen una serie de características que influyen en el tipo de construcciones identitarias que entre todas y cada una producen. La sociedad y la cultura como sistemas tienen resistencia al cambio; sus redes elásticas por un lado, posibilitan que læs(os) seres que conforman el sistema tengan cambios en su estructura, hacia su “querer ser”, y por el/la otræ(o) presionan para que las personas tiendan a regresar a la estructura original (deber ser); en la práctica, en los procesos de socialización las personas se ven obligadas a alejarse de su “querer ser” para acomodarse estructuralmente al sistema, asumiendo un comportamiento, un “estar siendo” que puede explicarse como una acomodación al macrosistema.

Los cambios en cada uno(a) de læs(os) seres producen bucles de retroalimentación que a su vez generan cambios posteriores en el macrosistema, y en consecuencia en el desempeño operacional del mismo; es decir, en los contextos culturales, políticos, de relaciones sociales y en la misma sociedad.

La identidad sexual
Identidad es la idea y sensación móviles que tiene el ser humano, en una sociedad y tiempo concretos, de ser lo que busca ser con relación a la cultura, a otras(os) seres, en la sociedad, en su entorno y consigo mismo/a, y de seguir siéndolo en el transcurso del tiempo. No se tiene una identidad como algo construido y terminado, se está siendo y haciendo una identidad de manera dinámica en relación consigo mismo/a, con las(os) demás y con la cultura a partir de cómo la persona se experiencia a sí misma, y con relación a las demás explica dicha situación y se emociona con ella.

La movilidad de la identidad, sistémicamente hablando, hace referencia a la posibilidad que existe de que la identidad cambie en el tiempo, a partir de las relaciones sociales y por inter-influencia con el medio, la cultura y la sociedad.

La identidad puede considerarse como la emergencia[10] de una construcción, no siempre consciente, que afecta los procesos de socialización del sujeto; para Velandia la identidad emerge de la vida cotidiana, mas específicamente de la educación (formal, no formal e informal) que provee a la personas los referentes del "deber ser" de la identidad. Dichos referentes están basados en la cultura, son propios de una sociedad y tiempo determinados, y están afectados por los procesos de interrelación e interdependencia del individuo.

Recordemos que hemos hablado de tres perspectivas en permanente interacción, interafectación e interdependencia, estos son: primero, que somos sistémicos, somos sistemas que hacemos parte de macrosistemas y estamos conformados por microsistemas. Con ellos establecemos interrelaciones, interafectaciones e interdependencias que producen emergencias; segundo, nuestra relación con la realidad es constitutiva, en consecuencia el lenguaje genera mundos, tenemos representaciones de los hechos, los seres, las palabras, las cosas; tercero, estamos afectados por las dimensiones contextuales del ser (cultura, sociedad y relaciones sociales) que también lo son de su sexualidad y sus manifestaciones. La emergencia del encuentro de estos elementos determina cómo se vivencian, emocionan y explican la identidad.

La garantía de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos en una sociedad conduce inobjetablemente al respeto por las sexualidades y en consecuencia por las diversas orientaciones sexuales de los individuos que la conforman. La sexualidad es una característica que determina, entre otras, el ejercicio de ciudadanía. No es posible hablar de convivencia solidaria en la escuela, sin tener en cuenta la diversidad sexual existente entre las personas que pertenecen a la comunidad académica.

La identidad no es algo cuya construcción ha terminado; se está siendo y haciendo una identidad de manera dinámica en relación con sigo mismo(a), con læs(os) demás y con la cultura.
El ser humano es integral, de ahí deriva la importancia en reconocer las variaciones que emergen de sus propiedades como sistema, ya sean estas con relación al sexo, el género, las expresiones comportamentales sexuales (Álvarez-Gayou, 1992)[11], la reproducción e inclusive a sus diversas identidades.

La persona no tiene una identidad sino múltiples identidades. Tiene identidades particulares con relación a su sexo, a su cuerpo, a su género, a su orientación sexual y a sus expresiones comportamentales sexuales.

Preguntas de la audiencia
¿La orientación sexual de los padres afecta la sexualidad de los hijos?
En muchísimas investigaciones es claro que la orientación sexual de los padres, no determina la orientación sexual de los hijos, Existen importantes investigaciones en los Estados Unidos, Francia y España que así lo demuestran. Si la orientación sexual de los padres determinara la de los hijos pues no habría homosexuales, recordemos que la mayoría de los padres y madres son heterosexuales. Está demostrado que los padres homosexuales y las madres lesbianas, en general no tiene hijos ni homosexuales ni lesbianas y que es mínimo el porcentaje que tienen hijos o hijas con similar orientación sexual.

Ayúdeme a aclarar un asunto: ¿la persona que se descubre de otra orientación sexual, es cultural o de educación. ¿Qué lo determina?
¿Las hijas de parejas lesbianas puedes terminar más influidas para tener preferencias lesbianas?
Afirmé que la identidad sexual es móvil. Pongamos un caso para dar respuesta a su pregunta. Un hombre heterosexual comete un delito y debe pagar una pena por ello. Estando en la cárcel se ve rodeado de hombres y hace un buen tiempo no recibe visitas de su pareja – mujer heterosexual- quien lo ha abandonado. Un amigo, conocido en la cárcel, cercano a él le manifiesta luego de muchas atenciones que le interesa sexualmente. La persona inicialmente se niega pero con posterioridad accede a una práctica oral. Unas semanas después sus deseos y necesidades son tan amplias que decide acudir a su compañero de presidio. Este accede y tiene un intercambio genital. Esta actividad re repite en diferentes oportunidades y las dos personas establecen un vínculo afectivo mas profundo. Unos años después, al salir de la cárcel la persona se piensa homosexual pero al poco tiempo conoce a una mujer con quien desarrolla rápidamente una relación. Al cabo de un año la persona se encuentra en la calle con su expareja hombre y huye de la situación pero después reflexiona sobre como es posible que él haya buscado ese intercambia y más aun que se haya pensado en tal orientación sexual. Recordemos que la identidad sexual es relacional, esta afectada por la sociedad, la cultura, el tipo de relaciones que establecemos, el tiempo y el espacio en que ocurren, al cambiar uno o mas de estos aspectos cambian las relaciones y la identidad sobre sí mismo e inclusive la que tenemos de los demás.

¿Se nace homosexual o se hace homosexual?
¿Siempre he tenido esta inquietud: la homosexualidad es una opción de vida, o que es y por que?

Les voy a responder con la lectura de los textos introductorios de los capítulos uno y tres de mi libro “Y si el cuerpo grita… dejémonos de maricadas”:
Las teorías no explican las homosexualidades y la lesbianidades; cuando mucho, se aplican solamente a algunos(as) de ellos(as).
Cuando yo me di cuenta de que era homosexual, pensé que había nacido así. Después leí algunos documentos científicos, y deduje que mi madre tenía la culpa. Pero otras teorías me aclararon que la raíz era la relación con mi padre, o que con ambos... Posteriormente concluí que era cuestión de hormonas. Pero no tardé en enterarme de que tenía que ver con mi hipotálamo; Cuando creía tener una respuesta me enteré de que estaba relacionado con mi herencia y mi cromosoma “X”. Después de mucho pensarlo creí que yo me había hecho homosexual... Por suerte, a pesar de tanta ciencia, sigo siendo feliz. ¡El origen es lo de menos!
Algunos llaman a lo mío instinto, otros dicen que lo aprendí, o que he sido condicionado para ello, otros más afirman que uno nace así. Al fin de cuentas, a mí lo que más me interesa es que en la medida en que he sido más claro conmigo mismo vivo más tranquilo. En últimas, lo más importante frente a mi orientación sexual es que es mía, que yo la vivo, la disfruto y que ser lo que se desea ser es tan, pero tan importante, que no me importa que una vez más me amenazan de muerte si con hablar públicamente de esto logro que otros y otras puedan ser tan plenos(as) con su orientación como lo soy yo.

¿El ser victima del abuso sexual puede generar homosexualismo?
No existe el homosexualismo. Istmo hace referencia a una ideología y su influencia en un movimiento político: comunismo, socialismo, capitalismo. Probablemente deba referirse a homosexualidad. En este caso la respuesta es no. Probablemente si ello ocurriera existirían condiciones previas que se dispararía con ese hecho. Sería la gota que llena la copa, que hace que esta se desborde pero que no es todo el contenido de la copa.

¿Será que la complejidad sólo se resuelve en la categorización de lo relativo como la única verdad?
La verdad es relativa y probabilística. Toda verdad lleva en sí misma el germen de la mentira. La complejidad nos permite comprender que frente a un mismo hecho hay tantas verdades como personas tratan de explicar, desde sus propias verdades, al mundo, al ser, a la realidad.

¿Desde su punto de vista: cómo se debe educar sexualmente a los jóvenes actuales?
La educación para la sexualidad es un proceso de preparación de las personas, a lo largo de su vida, para el encuentro libre, responsable y pleno con su sexualidad y con la de los/as demás. Dicho proceso conlleva la apropiación de experiencias, emociones y conocimientos que redundan en habilidades, actitudes, valores, prácticas y comportamientos que favorecen el ejercicio de los derechos sexuales y los derechos reproductivos, a partir de un desarrollo integral como personas, ciudadanos y sujetos de derechos que viven su sexualidad de una manera plena, enriquecedora, placentera y saludable, desde una perspectiva de derechos, es decir, en equidad, sin discriminación, violencia, estigma, exclusión, separación social o abuso de sí mismo/a o de los/as demás.

La educación para la sexualidad debe apoyar la construcción de subjetividad y posibilitar el re-conocimiento de las propias capacidades, la asunción de los derechos, la preparación emocional para asumir los diferentes procesos particulares, relacionales y sociales, y la obtención de servicios cuando ello sea necesario.

¿Cuál sería la mejor orientación sexual que podríamos dar a nuestros estudiantes?
-Que busquen ser felices
-Que no se vulneren aceptando algo que no desean hacer
-Que no presionen a nadie para lograr algo que no interesa al otro o a la otra
-Que no siempre hay que practicar para entender

¿Por qué se habla de los sujetos como una cosa en su exposición?
Es simplemente una manera de construir el discurso, recuerde que fui reiterativo en que la cosa, la realidad interpretada puede ser una persona, un grupo, un hecho, un objeto, un movimiento social.
¿Podría abrirse la posibilidad de definir la identidad como el movimiento entre el deber ser el querer ser y el tocar ser? Yo no hablaría del “toca ser” porque aquello que toca ser es precisamente lo que se nos pide que seamos desde el “deber ser”. Pero si puedo decir que la identidad es la resultante, la emergencia de la interafectación, interrelación e interdependencia entre el “deber ser”, el “querer ser” y el “estar siendo”.

¿Qué es el otre?
Ciertos seres humanos no existen en la palabra y hablamos que el lenguaje genera mundos. Una manera de darle existencia a quienes transitan en el genero, en el cuerpo… a les transexuales y transgéneros es nominarlos de alguna manera, en este caso hablo de “les”. Esto no es un invento mío, es una propuesta del grupo “les brujes” a ello hace referencia la Investigadora Mara Viveros en uno de sus libros. Ella es maestra de la Escuela de Género de la Universidad Nacional de Colombia.

¿Cómo se puede asegurar que se puede tener identidad sexual sin ejercerla?, teniendo en cuenta que no ha hecho nada para demostrarlo?
Si los hechos. Las cosas, las realidades tienen existencia en la palabra, tan solo nombrarlas ya las hace reales. El problema no está en lo que el otro piense sobre mí, sino en cómo yo me pienso a mi mismo. Si yo afirmo ser algo, eso es lo que realmente soy. Por ejemplo yo afirmo: ¡soy lindo”. Eso para mi es así, si tu me ves feo ese es problema tuyo u no mío, pues tu siempre me verás desde tus patrones de belleza. Una idea más… no hay que meter el dedo a la tomacorriente para saber que la corriente fluye.

Notas al margen

[1] Ciertos seres humanos no existen en la palabra y hablamos que el lenguaje genera mundos. Una manera de darle existencia a quienes transitan en el genero, en el cuerpo… a les transexuales y transgéneros es nominarlos de alguna manera, en este caso hablo de “les”. Esto no es un invento mío, es una propuesta del grupo “les brujes” a ello hace referencia la Investigadora Mara Viveros en uno de sus libros. Ella es maestra de la Escuela de Género de la Universidad Nacional de Colombia.

[2] Según Maturana, Las emociones son clases de conductas relacionales; cuando se coordinan las emociones se coordinan las conductas relacionales.

[3] El mundo es relacional y los seres humanos (sistemas) que lo componen tienen identidad en virtud del tipo de relaciones que establecen y en las cuales están inmersos, y de las propias e inherentes particularidades que los determinan como personas y les permiten distinguir-se de los demás.

[4] Sexo como categoría biológica, en el caso de los humanos, hace referencia a un punto ubicado en un continuo en el que sus extremos son los opuestos reproductivos funcionales, y que caracterizan de manera diferenciada la conformación de los órganos sexuales, el aparato reproductor, y rasgos secundarios como la voz, la distribución del vello, la estructura ósea y muscular, y la distribución de las grasas, entre otros.

[5] Socialmente cuando se hace referencia al sexo, la definición suele centrarse en la capacidad denominada reproductiva: El macho es el extremo reproductivo que coloca el espermatozoide, la hembra es el extremo reproductivo que proporciona el óvulo.

[6] Es un término que se refiere al hecho de presentar en forma simultánea características morfológicas correspondientes a ambos sexos, por ejemplo genitales externos de macho e internos de hembra. Se han estudiado 16 variantes intersexuales.

[7] Ecosistema: Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente.

[8] Orientación sexual: se define con relación a la sexualidad de l(a) sujet@ con la que asumo que puedo ejercer cuatro elementos: deseo, erotismo, afectividad, genitalidad. A ello se suma un quinto elemento, la conciencia de dicha orientación.

[9] La Lesbianidad es una orientación sexual de origen cultural en la que en el proceso de socialización, una mujer que ha identicado o no su lesbianidad experiencia, emociona y explica su vinculación como persona sexuada hacia otra mujer, a partir de manifestaciones lesbicodeseantes, lesbicoeróticas, lesbicoafectivas y lesbicogenitales.

[10] La emergencia puede explicarse como una propiedad de todo sistema, del ser humano, dado que este funciona como un todo integrado e integrador y tiene propiedades distintas a las de las partes que lo componen. Estas propiedades del todo se denominan emergentes. No se pueden explicar las propiedades de un sistema descomponiéndolo y analizando cada una de sus partes ya que las emergencias tan sólo aparecen cuando el sistema actúa como unidad plena.

[11] Expresión Comportamental Sexual (ECS): Es un término acuñado inicialmente por el Instituto Mexicano de Sexología, buscando utilizar un lenguaje descriptivo, objetivo y científico en vez del valorativo, peyorativo, sexista y discriminatorio que se venía promulgando. Las ECS consideradas sexualmente saludables, engloban todas las expresiones comportamentales de la sexualidad que integran el universo expresivo de los(as) seres humanos(as) en la búsqueda del placer y en el ejercicio de su eroticidad.

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