jueves, 27 de diciembre de 2007

Temor a la maricada

Manuel Velandia, sociólogo, sexólogo y fundador del Movimiento Homosexual Colombiano, escribe sobre la importancia del debate y los diferentes proyectos legislativos que se han presentado en Colombia en torno al tema de los derechos de los homosexuales.

Revista Semana, Edición 1099
05/26/2003
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=70487


El reciente Estudio de opinión sobre sexo realizado por Gallup Colombia para SEMANA concluye que 3 por ciento de los hombres y 1 por ciento de las mujeres tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Pareciera que estadísticamente 2 por ciento promedio no fuera significativo para hacer un análisis; sin embargo, el histórico de la investigación realizada en el 95, 97 y 2003 arroja el mismo 2 por ciento exceptuando el 99 con el 4 por ciento cifras que demuestran lo contundente del dato. Suponiendo que el país tiene 40 millones de habitantes y 50 por ciento son mujeres, entonces, 200.000 entre ellas serían lesbianas y 600.000 serían homosexuales.

Según algunos investigadores la prevalencia social de la homosexualidad no se puede determinar, ya que las investigaciones no han cubierto amplios sectores de población y las variables en dichos trabajos determinan que los resultados oscilen entre 1,7 por ciento y 7 por ciento de la población total. Varios sexólogos, mundialmente reconocidos, coinciden en determinar que la cifra es cercana al 6 por ciento de la población total; en este caso estaríamos hablando de aproximadamente 2.400.000 mil personas con esta orientación sexual en el país.

El pasado 28 de marzo la Conferencia Episcopal le envió al Senado una carta en la que la Iglesia condena la discriminación y la violencia en contra de los homosexuales, y en la que se contradice al afirmar que "no se puede pedir a la sociedad reconocer la condición o el comportamiento homosexual como una modalidad natural del ser humano, comparable a las diferencias de raza o sexo" y solicita a los legisladores archivar el proyecto.

Los estoicos y otros filósofos griegos consideraban en sus escritos que la única sexualidad "natural" tenía como propósito la procreación. Incluso el sexo podía "contaminarse" si aún con el fin procreativo se obtenía de él demasiado placer. Toda actividad con otro fin se consideraba ilegítima y antinatural.

Tomas de Aquino retomó a estos pensadores en su Summa Theologica y consideró que la utilización de los órganos sexuales para cualquier propósito diferente a la procreación era lujuriosa y pecaminosa. Aquino discurría que las relaciones entre personas del mismo sexo eran actos egoístas y destinados a la obtención de placer, y por consiguiente pecaminosos. Se llegó a considerar como "sodomitas" las relaciones entre cristianos y musulmanes, y para ello se partió de la creencia de que los infieles eran como perros u otros animales ante los ojos divinos. A diferentes actos se les llamó sodomía, por ejemplo a la masturbación, al contacto oral o anal con el pene que se producía entre un hombre y una mujer, al coitus interruptus y a cualquier relación en la que el hombre asumiera posición diferente a estar encima de la mujer, ya que todos ellos disminuían la capacidad de concebir.

Es innegable que los jerarcas de la Iglesia han avanzado muy poco a los planteamientos nada científicos de Aquino; asimismo, que se desea desconocer los derechos de una importante minoría. Al respecto la Sociedad Colombiana de Sexología expidió un concepto, en el que afirma que la homosexualidad "no es un comportamiento antinatural que atente contra la salud, la familia, la cultura o la educación" y ya desde mediados del siglo pasado la ciencia entendió que no es una enfermedad. Para la Organización Mundial de la Salud la homosexualidad es simplemente una variante del comportamiento sexual humano.

La investigación de SEMANA demuestra que entre quienes tienen relaciones con personas del mismo sexo 42 por ciento inició su vida sexual entre los 13 y los 18 años, momento en que los jóvenes se encuentran en su educación media o iniciando su educación superior. Esto evidencia la necesidad de que, como lo afirma el artículo 10 del proyecto, el Ministerio de Educación, las secretarías de Educación departamentales y municipales y las entidades públicas y privadas que manejen recursos públicos, procuren que en los programas y textos escolares se excluyan contenidos discriminatorios en razón de la orientación sexual, y se refuerce el proyecto nacional de educación sexual con información clara y objetiva sobre este tema.

La Iglesia Católica ha dicho que apoyar el proyecto es aceptar la promiscuidad. Esto no es verdad. Primero, porque etimológicamente promiscuo significa mezcla indiferenciada (nobles que cenaban con plebeyos) y, segundo, porque la investigación demuestra lo contrario: los homosexuales entrevistados han tenido relaciones sexuales en su vida, en promedio, con cuatro diferentes personas; cifra más baja que la de los heterosexuales quienes manifestaron haber tenido 7,3 parejas. La Iglesia no acepta las relaciones cuyo fin sea el disfrute, a pesar de ello, 82 por ciento de los heterosexuales y 78 por ciento de los homosexuales logran llegar al clímax en sus relaciones.

Una pregunta hace referencia a con quién se tienen relaciones sexuales. El 50 por ciento de los homosexuales las tiene con un amigo o conocido, 31 por ciento con el/la novio(a) y el 19 por ciento con una persona de ocasión; los heterosexuales las sostienes el 13 por ciento con un amigo o conocido, 24 por ciento con el novio(a), 3 por ciento con un amigo o conocido y el 57 por ciento con esposo(a). Esto evidencia que una relación socialmente consolidada y aceptada posibilita el vínculo no sólo afectivo, sino también emocional y genital, de ahí la importancia que tiene un proyecto que estimule la consolidación social y legal de las parejas.

La Iglesia relaciona la homosexualidad con el sida, sin embargo, según el Ministerio de Salud, el comportamiento heterosexual es el que registra el 47 por ciento de los casos, los homosexuales el 34,5 por ciento y los bisexuales el 18,5 por ciento. Las mujeres son actualmente el grupo más afectado, uno de cada cinco casos de sida se presenta en ellas y en ciudades como Barranquilla la relación es 1:1. La encuesta demostró que 8 por ciento de los 804 entrevistados(as) considera muy posible poderse infectar con el virus del sida, 11 por ciento algo posible, 29 por ciento poco posible y 34 por ciento nada posible.

La encuesta ha señalado la disminución paulatina de la homofobia. Ante la afirmación: A usted no le gusta tratar con homosexuales, del total de la muestra, el año 95 el 29 por ciento, en el 97 el 28 por ciento, en el 99 el 30 por ciento estuvieron de acuerdo y este año, el 26 por ciento expresó su acuerdo y el 24 por ciento dijo no saber o no respondió al respecto. La posición de la Iglesia Católica es una demostración de la homofobia y un aliciente para quienes encuentran en lecturas amaneradas de textos bíblicos una razón para discriminar.

En momentos en que la violencia es un hecho cotidiano, el discurso cristiano que se basa en el amor, la tolerancia y el respeto no puede ni debe abanderar la estigmatización a ciertos sectores de la población, más aun cuando en el país se ha amenazado y boleteado a homosexuales, se les ha obligado a desplazarse fuera de sus regiones o del país, algunos hemos sido objeto de atentados contra nuestras vidas y se ha asesinado a cientos de personas por razón de su orientación sexual.

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