lunes, 6 de agosto de 2007

El Manejo Ético de la Información sobre Sexualidad en la Televisión e Internet

Manuel Velandia Mora
27.7.99
Presentación en el "Primer Simposio Ética y Sexualidad" noviembre de 1998, Medellín. Organizado por la Sociedad Colombiana de Sexología. Publicado en Revista Latinoamericana de Sexología. Bogotá: Volumen 13, n.1, 2 y 3, p.93 - 102, 1998. Bajo el titulo "El manejo ético de la información sobre sexualidad en la televisión".

"... No es fácil ser un hombre libre. Se trata de un esfuerzo de todos los días, de una vigilancia sin descanso, de un testimonio cotidiano en el que el orgullo y la humillación tienen partes iguales..."
A. Camus


Algunas anotaciones respecto a la Historia de los Medios

En el siglo XVI aparecieron las primeras cartas manuscritas; entre ellas las “noticias” acerca de los eventos militares, políticos y económicos. Eran conocidas entre los hombres ricos, dueños de empresas comerciales a lo largo del continente europeo. De éllas se derivaron las “hojas noticiosas”, las cuales con el desarrollo de la imprenta tuvieron un gran auge. El primer periódico aparece en el siglo XVII, allí se abrieron por primera vez sus páginas a las personalidades intelectuales del continente. En el siglo XVIII es cuando la prensa diaria recibe su mayor impulso, gracias a conquistas políticas, como la abolición de la censura. El periodismo en el siglo XIX es considerado un paso a la carrera política. En 1850 particularmente en Inglaterra, la prensa adquiere un carácter comercial. L@s periodistas profesionales se diferencian de quienes escriben desde el periodismo político (Goldin y Elliot, 1979).

Con las prensas a vapor, la mecanización de la producción del papel, el público con capacidad de lectura, la reducción de costos de producción y un mercado en aumento, se aceleró el proceso. Los periódicos se convirtieron en un medio de publicidad y la fuente de ganancias cambió de ser la venta del ejemplar, hacia la venta de espacio en sus páginas. Ésto aumentó a su vez la circulación y el mayor interés de los anunciantes, con los que se posibilitó la prensa de circulación masiva. Según Cardona, Hector Fabio, “... La influencia del medio ya no se mide por su actitud política, sino por su capacidad de “atraer” la atención del público...”[1]. Surge así la gran contradicción del periodismo: La separación entre el “hecho” y la “opinión”, con su correspondiente expresión en las noticias, entre l@s periodistas y l@s columnistas.

Afirma Cardona: “... La televisión, que se inicia como una novedad técnica desarrollada principalmente por la gente de la industria de la radio y de las telecomunicaciones, se convierte en el medio más poderoso del siglo XX...”, siendo una amalgama de toda clase de géneros. La televisión es el medio audiovisual por excelencia, su fuerza no necesita ser comprobada, aún en las zonas marginales e incluso en sectores que se consideran lumpenizados proliferan los aparatos de TV, lo que demuestra que en los sectores en los que la pobreza es extrema no existe una conciencia nacional como tal, una versión critica de la realidad del país, ello no es posible por el shock cultural que la televisión conlleva, cuando en muchas oportunidades se logra captar con más facilidad los canales internacionales que los mismos nacionales; dicha situación también afecta a las élites. La televisión también logra actualizar permanentemente el modelo de sociedad, incluso propone conceptos sobre arte, ciencia y deporte, banalizándolos. Otro elemento claro de los efectos en l@s televidentes es su afán consumista, su futuro como consumidor(a) nat@, en el(-a) cual la validez como persona se fundamenta en la posibilidad de adquirir y demostrar.

La televisión no facilita además las condiciones para el desarrollo de un modelo sexual positivo, porque a diferencia de cualquier otro proceso político, económico o social ha logrado unir a la familia, no en el diálogo, sino en la negación de la palabra que conlleva estar sentad@s frente al aparato. No es posible, cuando el modelo de familia que propone la telecomedia marca los límites sociales; cuando la genitalidad es la alternativa para alcanzar éxito; cuando el humor se fundamenta en el doble sentido, la burla y discriminación de las minorías.

Las comunicaciones pasaron de los llamados medios masivos a los medios globales; a InterNet. Algun@s la definen como una extensión de nuestro propio mundo, el reflejo de nuestras vidas al otro lado de la pantalla del computador; un lugar virtual en el que podemos llevar a cabo muchas de las operaciones que habitualmente realizamos en los lugares reales y tangibles que nos rodean. Físicamente InterNet es en sí, una red informática, formada por millones de computadoras individuales que pueden comunicarse entre sí, transmitir y recibir textos, sonidos, imágenes; pero no hay que olvidar que frente a cada uno de los terminales de esa red, se encuentra una persona, un ser humano sexuado con toda su carga de emociones, vicios, virtudes y contradicciones. De ahí que InterNet sea una extensión, una parte más de nuestra vida. Aquello de lo que gustamos en nuestra realidad diaria, esos mismos gustos se reflejan en nuestra actividad en la red.

Los Agentes de la Comunicación: Medios, Comunicación y Especialistas

Internet

Medio de comunicación que no conoce limites, que sirve para lo que quieran que sirva las personas que lo utilizan; se ha utilizado para salvar vidas, hacer negocios, distribuir pornografía, ejercer la prostitución, hacer robos, turismo, consultar fuentes bibliográficas en los temas más diversos, incluso para conseguir pareja y hasta para tener "cyber-sexo". No entiende de distancias y el/la usuari@ en principio (exceptuando entre otros a hackers, especialistas en navegar ilegalmente en sistemas privados de alta seguridad), no se entera de donde provienen los datos que obtiene. Se puede comunicar con varias personas a la vez, personas que pueden estar en su misma oficina, edificio, o en cualquier lugar del mundo; por tanto, carece de una sede como tal, pues es una red en la que cada punto es igual a todos los demás. La comunicación se produce de igual a igual, excepto por los privilegios que da la tecnología que posee el/la usuari@. Se diferencia con los medios masivos de comunicación en que en éstos la información se puede filtrar y/o seleccionar; en InterNet se pueden dar tantas versiones sobre un mismo hecho, como personas las quieran dar y a la vez el(-a) usuari@ puede consultar tantas fuentes como desee hacerlo.

La comunicación electrónica no parece tener fronteras; desde nuestro propio computador y al estar convenientemente conectad@s con un proveedor de InterNet podemos enviar mensajes, recibirlos, intercambiar ideas y opiniones con personas que pueden estar en el escritorio siguiente o al otro lado del planeta, todo éllo en un tiempo récord y a bajo costo, generalmente el valor de una llamada local. La comunicación electrónica ha transformado al mundo y cada vez más, entra a formar parte de la vida de millones de personas.

El servicio más usado y probablemente el más importante en InterNet es el correo electrónico o "e-mail". Cada persona puede contar con una dirección electrónica, un buzón en el cual su proveedor almacena la información, hasta que el/la usuari@ decide recibirla y con un programa específico para poder realizar la acción. Otra de las posibilidades de comunicación son los IRC (Internet Relay Chat), servicio con el que se pueden tener conversaciones en pantalla en tiempo real; es decir, comunicarse a través del teclado con una o varias personas al mismo tiempo y en diversas partes del mundo. Quien monta una charla -abre un Chat- es quien en últimas decide quién puede entrar en su conversación. Incluso ya se puede ver la cara de l@s comunicadoræs en una especie de "teleconferencia" y se han dado grandes avances en la telefonía InterNet, con la que ya no es necesario escribir usando el teclado sino oír de viva voz por la red al(-a) interlocutor(-a) e igualmente a costos de telefonía local.

La WWW (World Wide Web) más conocida como Web es uno de los instrumentos más valiosos de InterNet; esta telaraña mundial ó red mundial que fue creada en 1989 funciona con los conocidos hipertextos; es decir, un sistema de lectura no-secuencial, que permite saltar de uno a otro documento a través de enlaces ó palabras claves. Cada enlace nos comunica con un nuevo documento que a su vez puede poseer otros enlaces y así sucesivamente continuar en la búsqueda. Éllo posibilita recorrer miles de documentos conectados entre sí por dichos enlaces. Cada documento web o página electrónica se puede utilizar para transmitir cualquier tipo de información, incluyendo texto, fotografías, imágenes en movimiento; avanzando así del concepto de hipertexto al de hipermedia. La WWW es pues, el conjunto de documentos hipertexto e hipermedia, sobre miles de temas diferentes, almacenados en computadoras de todo el mundo conectadas a Internet. Para ser localizada, cada página posee su propio y particular URL (Universal Resourse Locator); o sea, su dirección. Existen una serie de buscadores que son algo así como las páginas amarillas a las que se puede recurrir sí se desea obtener direcciones URL.

Hasta aquí la comunicación se basa en la vista y el oído; con la comunicación virtual se integra aún más la participación de los sentidos. Un casco nos muestra en tres dimensiones, una imagen generada por el propio computador, con la que podemos interactuar por medio de un "guante de datos". En el espacio virtual conservamos la vista, el oído y el tacto (se están diseñando programas que incluyan el olfato).

La Televisión

Quien en este medio comunica, propone al(-a) televidente no sólo la posibilidad de ser oíd@ sino, en especial, de ser vist@, creando así tres tipos de conceptos simultáneamente: Lo oído, lo visto y lo interpretado. El/la televidente generalmente no está en posibilidad de tener un posterior contacto con la señal emitida, a no ser que posea una videograbadora, pero aún así, no siempre graba toda la programación, sino sólo aquello que le interesa; así que a diferencia de la prensa escrita, donde puede recurrir una y otra vez a la fuente, su posibilidad está referenciada únicamente a aquello que captó en un momento especifico. La televisión es pues, una posibilidad de comunicación eminentemente dada para el aquí y el ahora; es decir, fundamentada en la señal y las condiciones propias y particulares del(-a) televidente. De ahí que la comunicación televisada esté permanentemente signada por dicha condición.

Desde la economía política, las industrias que producen cultura se pueden entender primordialmente en términos de las normas económicas que rigen el mercado. De ahí que el contenido de la información esté delimitado por el carácter comercial de las organizaciones de medios (Murdock y Goldin, 1977); tanto que Murdock afirma: “... el contenido de la información siempre coincide con las definiciones y posiciones de los que ejercen el poder...”; sin embargo, no se puede negar que algunos medios son críticos y permiten el debate. Esto se podría fundamentar en Habermas quien afirma: “...los medios están desconectados de otras agencias dominantes porque deben defender constantemente su propia legitimidad...”[2].

Hay que tener en cuenta que la participación del(-a) especialista -en cualquier tema y por supuesto en el tema de la sexualidad- en el contenido final de la información, adquiere un carácter diferente cuando l@s especialistas están implicad@s directamente en el medio, como socios económicos del mismo o participan de su staff como columnistas o colaboradoræs; desde esta situación generalmente poseen mucho más poder de decisión, para comunicar lo que éll@s consideran importante; más aún, cuando el medio o programa está orientado hacia dicho tema o una población específica, como es el caso de los medios orientados al target de los homosexuales.

La Televisión heredó la separación entre hechos (noticia) y comentarios (opinión); cada uno con sus reglas específicas y estructuras legales diferentes, y en muchos casos, tratados de manera opuesta dentro de una misma organización. Cuando es Noticia, es cubierta por periodistas con el apoyo de especialistas. Sí es un Tema de Opinión, cuando se hace público a través del medio, en su proceso de elaboración y presentación se dan tres posibilidades: 1. Es presentado directamente por quien lo desarrolló, que puede ser el/la periodista ó el/la especialista; 2. Es locutado por un(-a) presentador(-a), preparado por un(-a) periodista, apoyado o no, por el/la especialista; 3. Es dado a conocer por un(-a) presentador(-a) y elaborado directamente por el/la especialista. La televisión educativa tiene un formato diferente y en élla el papel del profesional especializado en la sexualidad es mucho más activo, directo y conectado con el producto final que llega a la audiencia.

La necesidad que tuvo la televisión de presentarse en sociedad, con una clase de nuevo lenguaje que se acomodara a su condición audiovisual, posibilitó que la estética visual fuera factor preponderante en el producto final que llega al(-a) televidente. La "TV" se ha continuado transformando precisamente por éllo, en un medio en el que la estética de lo visual ya no es un factor, sino el elemento ante el cual gira incluso el contenido; tanto así, que en muchas ocasiones prima lo visual sobre éste, situación en la que el/la profesional de la sexualidad que no es atractiv@ -que no cumple los cánones de la estética socializada- se ve casi imposibilitad@ para hacer presencia permanente en el medio, lo que parece justificar que se recurra a él(-la) únicamente como "la fuente especializada" que aparece en pantalla por pocos segundos o escasos minutos o se le invite a hacer parte del equipo científico "detrás" del programa, cuando no de la programadora o del canal, diluyendo aún más su papel como profesional.

Comunicación, Objetividad y Libertad de Expresión

Los temas pertinentes a la sexualidad son tema manido, permanente y recurrente en los programas de opinión e incluso de los noticieros; convirtiendo así el tema de la sexualidad en uno sensacionalista, que según Laing[3] son de gran atracción del público, por que explican la posibilidad de disfrutar indirectamente aquello que culturalmente está abiertamente prohibido; situación generada en nuestro medio en conceptos moralistas con contenido judeo-cristiano. La selección de contenidos está justificada no sólo en el poder, sino también en la cultura. Según Pearce (1973), ésta siempre trata de mantener su verdad clara y pura, y se rechazan las "anomalías"; por ejemplo, el homosexualismo está sujeto a la oposición, por no encajar dentro de los conceptos aceptados social y moralmente de la relación hombre-mujer (Schudson, 1989). Cardona afirma "... Muchos de los conceptos llamados culturales son parte, además, de la influencia ideológica dominante; sin embargo, estos operan en un nivel aún más profundo que la ideología..."; forman parte del "sentido común" y constituyen un sistema hegemónico denominado por Gans "paraideología".[4]

InterNet, el medio por excelencia en el postmodernismo, posibilita que la información llegue al(-a) especialista y a la población general sin ningún "filtro". Este bombardeo continuo y permanente de datos, logra que toda información propuesta a través de un medio, por un(-a) especialista en cualquier área y por supuesto en la de la sexualidad, se convierta en un hecho paraideológico; es decir, recupera para la elaboración de su discurso tanto de la cultura, como del sentido común. El contenido de dicha información significa además, una expresión persistente y constante de una "visión" particular del mundo, que está afectada también por la economía y la política de la sociedad en la cual está inmerso, igualmente por lo que sucede en la aldea global. No se puede dejar de afirmar que el contenido de la información en la televisión también es paraideológico.

Las fuentes, las opiniones y juicios de valor, sus mismas apreciaciones y propuestas teóricas, no son tan particulares como se quisiera creer, de ahí que la neutralidad y la objetividad no lo sean tanto. Lo que de fondo viene a cuestionar la llamada "libertad de expresión", que no vendría a ser sino únicamente, la libertad de expresar los contenidos que el(-a) profesional, a su bien, tenga escoger, para reforzar aquello que es de su agrado comunicar, ya sea en InterNet o por la Televisión.

En la Televisión, dichos contenidos pueden ser escogidos por el/la profesional de la sexualidad y en algunos casos por el/la propietari@ del medio e incluso influenciados por los mismos anunciantes.

El artículo 20 de nuestra Carta Magna dice: "... Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura..." (no resaltado en el original). Cabe destacar que según el fallo T-259 de la Sala Quinta de Revisión[5], la libertad de expresión "... Tiene, como límites ineludibles, los derechos de los demás, el bien común, y la intangibilidad del orden jurídico...". En el tema de la sexualidad, en la realidad, la comunicación del(-a) especialista en esta área choca permanentemente con los derechos de las personas a su intimidad, buen nombre y honra, ya que en ocasiones el/la usuari@ de sus servicios siente que ante algunas apreciaciones se está haciendo referencia explícita a su caso en particular, situación que en muchas oportunidades, incluso es la apreciación de varias personas con respecto a una alocución en especial.

Vale entonces preguntarse, cuál es la responsabilidad moral y jurídica del(-a) especialista en sexualidad. Según la Periodista y Abogada Herrán, María Teresa: "...Tanto desde el punto de vista ético como jurídico, el término responsabilidad es quizás uno de los más esenciales y complejos, porque no sólo implica una reflexión individual, sino una relación con los demás. En la medida en que alguien es responsable, se le puede pedir cuentas de sus actos y reparación sí estos actos afectan a terceros..." El concepto de responsabilidad tiene una connotación eminentemente particular, de ahí que depende directamente de la persona la decisión de actuar y como hacerlo es esas condiciones. La responsabilidad implica necesariamente partir del hecho de que toda comunicación es autónoma, pero que no por éllo en algún caso podrían ser vulnerados los derechos particulares. Toda responsabilidad implica entonces, una ética profesional particular. Pero la ética tiene un substrato social, de lo que se desprende que toda comunicación tiene a su vez una responsabilidad social, tal como lo plantea la Constitución Política de Colombia.

Para el/la usuari@ de InterNet en Colombia dicha responsabilidad parece estar diluida, sin embargo, el Departamento Administrativo de Seguridad DAS, recientemente puso en funcionamiento la Unidad de Delitos Electrónicos e Informáticos, dicha Unidad, actúa de manera coordinada con el FBI, tanto desde el punto de vista de inteligencia como de tecnología. Incluso, se realizan esfuerzos en el caso de acoso sexual a menores de edad, a pesar de ello, las denuncias que son parte fundamental para los procesos de investigación, aún no son muy frecuentes. Uno de los delitos más frecuentes y que afecta tanto a menores como a adultos es el realizado con una técnica llamada morphing que consiste en bajar fotografías que aparecen en las páginas personales o familiares en InterNet, y manipularlas para que aparezcan en imágenes de contenido sexualmente explícito, para luego ser distribuidas en la red. En algunos países se discute penalizar la posesión de fotografías o secuencias de video en las que participan menores de edad en actividades sexualmente explícitas o, simplemente, hacer contacto con menores de edad e inducirlos a actividades sexuales, sostener con menores conversaciones con contenido sexual, e incluso, el hecho de enviar material obsceno.

Dado que el(-a) usuari@ de la comunicación tiene a su vez el derecho a ser informad@ veráz e imparcialmente, la comunicación implica un proceso permanente de doble vía, situación que en el caso de un medio masivo, es difícil de concretar. Por tanto, quien comunica está en la obligación de plantearse permanentemente acerca de cómo en su comunicación se respetan o vulneran los derechos del(-a) usuari@.

Cuando quien comunica depende, para la elaboración de los contenidos, de la política del medio en el cual trabaja, ha aceptado de antemano que su responsabilidad está disminuida, pero no por ello, su comunicación pierde la fuerza que lo obliga a cumplirla. No se puede olvidar que la política con la que se orienta el medio, no puede en ningún caso negar su responsabilidad social. Al respecto la Corte constitucional en la sentencia T-512, cuyo ponente fue el magistrado José Gregorio Hernández se pronunció así: "...No por el hecho de hallarse rodeados de las garantías que para el desarrollo de su papel ha consagrado el Constituyente, pueden erigirse (los medios de comunicación) en entes omnímodos, del todo substraídos al ordenamiento positivo y a la deducción de consecuencias jurídicas por los perjuicios que puedan ocasionar a la sociedad, al orden público o a la persona individual o colectivamente separadas, por causa o por ocasión de sus actividades...". Frente a InterNet, en Colombia no existen políticas explícitas sobre los contenidos de la información producida y distribuida en el país.

Principios Éticos para el Manejo de la Información en la Televisión

Estos principios se fundamentan en lo expresado por el autor en el texto "Una Ética Universal para el Manejo Profesional de la Sexualidad, Derechos de Humanos y Humanas: Derechos Sexuales", y están relativizados al tema de la información en la televisión.

Toda actividad en un medio masivo de comunicación, en este caso la televisión, realizada por un(a) profesional de la sexualidad se debe fundamentar éticamente en la imperante necesidad de establecer relaciones de equidad entre hombres y mujeres, es decir desde la perspectiva de género, entendiendo que ésta no es un planteamiento de uso exclusivo para los programas de la mujer. De ello se desprende que toda alocución o escrito debe estar fundamentado en la igualdad de hombres y mujeres.

Toda actividad realizada por un(a) profesional de la sexualidad debe tener como fundamento ético de su interactuar el respeto por La IdentidadPparticular, es decir, el reconocimiento de su identidad de sexo, su identidad de orientación sexual, su identidad de género y, además, de su rol de género; así mismo, reconocer y tener permanentemente en cuenta el contexto social en que está inmersa la persona. El o la profesional de la sexualidad no deberá en ningún caso influenciar la toma de decisiones por parte del(-a) televidente hacia una orientación sexual en particular. No tod@s l@s televidentes o usuari@s de InterNet se identifican con una orientación sexual en particular, igualmente no todos los hombres se conciben masculinos o de género masculino, ni todas las mujeres, como femeninas o de género femenino, cada hombre cada mujer asume para sí una identidad de género, un rol de género, que son eminentemente particulares, así posean un referente social.

Es deber del(-a) profesional de la sexualidad proveer al(a) televidente información adecuada, científicamente fundada, actualizada, políticamente correcta, utilizando un lenguaje acorde con la semántica del cuerpo, la salud y la sexualidad propias de su idiosincrasia de ést@s. Quien comunica debe tener en cuenta el segmento de población al que comunica, de ahí que sea importante dirigirse a dicho segmento (generalmente etáreo) y en el caso de la televisión regional, utilizando la semántica propia del lugar, situación que se hace diferente en la televisión nacional, en la que el lenguaje debe ser lo más generalista posible.

Toda actividad de un(a) profesional de la sexualidad debe demarcar éticamente los límites de la competencia. Cada profesional debe comunicar exclusivamente dentro de su ámbito de dominio intelectual, capacidad profesional y área de experiencia laboral. Conocer los límites de sus acciones profesionales, analizando, descubriendo y teniendo siempre presentes los riesgos de su interacción sobre el o la usuari@- de sus servicios, ya sean estos de índole emocional, en sus procesos afectivos, en su vida sexual e incluso en su economía y forma de producción. En caso de que estos se presenten, el o la profesional debe tener acceso a una red de servicios a la cual l@ derive.

Los conflictos o situaciones emocionales del(-a) profesional no deben interferir en la calidad de la información provista, y en el caso de que ello pueda ocurrir u ocurra deberá renunciar a proveer sus servicios; sí dichos conflictos surgen durante el proceso, es su deber tener la grabación y derivarlo a otr@ profesional. Dicha posibilidad deberá contemplarse de antemano.

Deberá evitar todo tipo de actividad comercial, laboral, social o económica que desvirtúe su imagen al hacerse partícipe comercial de la imagen de un producto, o porque su imagen se vea comprometida a causa de ello. sus juicios y comentarios deberán ser explicitados de tal forma, que se tenga claro cuándo es el autor, cita una fuente, es el resultado de una investigación, es un supuesto o simplemente en una idea no construida científicamente, con sus usuari@s, sí estas situaciones llegaran a presentarse deberá renunciar a la prestación de servicios, igualmente, sí estos vínculos estaban establecidos previamente. Así mismo, deberá evitar que su alocución sea entendida como una relación de carácter personal con los productores del programa, los financiadores, el o la presentador(a), l@s periodistas o alguien del público o de los televidentes. Deberá evitar cualquier tipo de presión que le facilite obtener algún tipo de prebenda o beneficios, por la mención de determinado producto o servicio en particular, igualmente el o la profesional de la sexualidad no deberá en ningún caso influenciar la toma de decisiones hacia un producto en particular.

En caso de ser invitado junto con otras personas no profesionales deberá abstenerse de tomar partido por un o una invitad@ en caso de que sus apreciaciones se puedan ver involucradas con problemas relacionados con el tema motivo de conversación.

El o la profesional de la sexualidad no deberá en ningún caso influenciar la toma de decisiones por parte del(-a) televidente hacia un(-a) determinad@ objeto-sujeto de su deseo, erotismo, afectividad o genitalidad; inducir hacia el ejercicio de cualquier tipo de práctica erótica o genital, o prohibirlo; Durante su alocución no deberá proveer un trato discriminado a personas por razón de su orientación sexual o sus preferencias afectivas, eróticas o genitales; provocar por medio de ella excitación sexual ni inducirla; como tampoco, motivar la exploración de los genitales, y no debe en ningún caso inducir a la procreación o negar dicha posibilidad, como tampoco al aborto o a la adopción. Así mismo, deberá asumir que el(-a) televidente tiene derecho a formar cualquier tipo de familia que considere válida para sí mism@, y abstenerse de influenciar o restringir la creación de cualquier tipo de familia.

Cuando es responsable de un programa, deberá velar por los contenidos de los textos y programas, como también, de la visión, misión, principios de acción, objetivos y tareas del mismo; que se cumplan los pre-requisitos para quienes hacen las veces de invitad@s y garantizar el nivel académico de ést@s; asegurarse de que cualquier difusión que se haga al respecto no se aleje de los planteamientos contemplados. Así mismo, que l@s participantes entiendan la significancia individual, grupal y social de participar en el programa.

Tod@ profesional de la sexualidad que trabaje en la televisión como presentador(a), periodista, investigador(a) o especialista, está en el deber de mantener en reserva la información que el(-a) usuari@ de su consulta particular, l@s invitad@s al programa, o l@s televidentes le proporcionen, por tanto, es imprescindible proteger su Privacidad, Intimidad, Buen Nombre e Imagen, como también su integridad, para ello es necesario:

Con respecto al registro y difusión de información: Evitar en las fichas, historias clínicas e informes orales o escritos para eventos científicos, docencia o publicaciones, consignar la información que pudiera hacer que el(-a) usuari@ de su consulta, l@s invitad@s al programa, o l@s televidentes sean identificad@s por otras personas, por tanto, tan solo debe consignar lo estrictamente necesario; Deberá evitar que toda información anotada en una base de datos pueda ser accesada por persona diferente a él o ella mism@ y preservar la identidad de la persona con la utilización de un código de identificación y ser protegida por un código de ingreso; todo registro debe estar resguardado de tal manera que se preserve la confidencialidad y el secreto profesional. Cuando para su almacenamiento se utilicen procesos electrónicos, automatizados, manuales o por cualquier medio, deberá velarse porque en ningún momento se posibilite el acceso, la impresión, la transferencia, el borrado, de la totalidad o de partes de los mismos.

La voz en cinta magnetofónica, la imagen en foto fija o en movimiento, de la totalidad o de parte del cuerpo de una persona, son parte de su intimidad, status y buen nombre, y no pueden ser copiadas, difundidas o publicadas sin su previo consentimiento debidamente informado y con su manifestación escrita y jurídicamente resguardada de la aceptación que de ello se hace. En caso de un proceso judicial únicamente podrá proveer información privada sobre un caso cuando esto es solicitado por un juez siguiendo los conductos y normas judiciales regulares, aún así, elementos concernientes a la intimidad que no sean necesarios para la resolución judicial del caso en cuestión deberán mantenerse en reserva; durante y con posterioridad a la emisión del programa.

Con respecto a la integridad de l@s invitad@s al programa o de l@s televidentes, el profesional de la sexualidad deberá, a toda costa, preservar la integridad de su usuari@ en lo Corporal: lo Físico, Psicológico o Mental y lo Social.

Principios Éticos para el Manejo de la Información en Internet

Toda información publicada en InterNet, por un(a) profesional de la sexualidad deberá estar rotulada de tal manera que se informe el tipo de contenido que posee, su carácter, a quien va dirigida y cuál es el sentido de su publicación. Igualmente, se debe advertir sobre los efectos que se pueden obtener de su lectura, consulta u observación.

Se debe advertir sobre la vulnerabilidad de los menores al estar expuestos a InterNet, y del tipo de información que en ella se puede obtener. En el momento ya se cuenta con resultados de estudios sobre los cambios de conductas observados en l@s menores víctimas de abuso sexual en InterNet.

En las búsquedas de información especializada en el área de la sexualidad, es bastante frecuente encontrarse con chats ("salas" de conversación), páginas con imágenes de sexo explícito, cuando estas vulneren a l@s usuari@s, dicha información debe ser denunciada, a la autoridad competente, para su respectiva investigación.

Propuestas de Solución a un Manejo Ético

Para encontrar las alternativas necesariamente habría que dar respuesta a la pregunta ¿cómo definir entonces la responsabilidad ética del(-a) especialista en sexualidad, frente a sus alocuciones en un medio masivo de comunicación? En la búsqueda de respuestas me he basado en el modelo propuesto por María Teresa Herrán en su artículo Periodismo y Responsabilidad Social para definir la responsabilidad del(a) periodista en el ejercicio de su profesión. Aun cuando la referencia no es directa, el proceso sí se acerca al análisis que habría que hacer para desarrollar los principios éticos de cualquier profesión, sobre todo cuando el tema en cuestión tiene una relación directa con la actividad de l@s comunicadoræs.

Para llegar a dichos principios éticos sería necesario:
  1. Desarrollar legislación al respecto. En el momento, es posible encontrar algunos fallos de tutela que aportan con respecto a la ética en el manejo de la información, su análisis podría facilitar el camino hacia la comprensión de la responsabilidad particular y social del especialista en sexualidad. Ello implicaría, además,
  2. Un Trabajo Previo de Análisis sobre las diferencias profesionales de las diversas especialidades directa e indirectamente implicadas con la sexualidad. Ya que tanto un@s como otr@s son permanentemente sujetos de comunicación en los medios masivos. Ello conduciría además a
  3. Crear las condiciones para un Proceso de Autorregulación Colectiva. Eventos como el III Seminario Nacional sobre Ética, Sexualidad y Derechos Reproductivos[6], recientemente realizado en Medellín y este Primer Simposio Nacional sobre Ética y Sexualidad[7] posibilitan el acercamiento a dicha autorregulación. Esta discusión necesariamente estaría fundamentada en la práctica y experiencia que al respecto poseen quienes tienen un acceso directo permanente o constante a los medios masivos de comunicación. Una aproximación a dicha discusión y profundización sería, por ejemplo, la realización de actividades como la llevada a cabo en este panel en que ahora nos encontramos.[8]
  4. Una actividad sería la Creación de una Comisión de Etica. Esta comisión facilitaría y fortalecería el autocontrol gremial conformado por especialistas en sexualidad, con reconocida trayectoria en los temas de los derechos humanos y los aspectos éticos y jurídicos; sin embargo, la actividad más importante para el desarrollo ético de las profesiones relacionadas con la sexualidad sería el Autocontrol ejercido por cada persona con respecto a lo que comunica y cómo lo comunica. Este autocontrol implica una reflexión personal del papel social y particular en y del desarrollo de la sexualidad.

    Faltarían aquí tres elementos importantes a tener en cuenta:
A). Analizar qué papel juegan l@s usuari@s de los servicios de l@s especialistas en sexualidad y como crear las condiciones para que hagan valer sus derechos;
B). Crear los mecanismos para la difusión de los planteamientos a los que hemos llegado, para así recibir la retroalimentación de quienes no participaron de las discusiones y consideran que sus aportes son fundamentales para el desarrollo concreto y democrático de una propuesta de la ética en el manejo de la sexualidad;
c). Es necesario, además, que esta discusión se plantee al interior de las instituciones que preparan teóricamente a l@s especialistas en sexualidad en nuestro país y sea difundida en las mismas.

Bibliografía:
AVILA ROLDAN, Myriam. Tutela y medios de comunicación. Revista Su Defensor. Año 2, Nº 18, Defensoría del Pueblo, Colombia, enero de 1995;
CARDONA, Héctor Fabio. Ya no hay noticia en la noticia. Instituto para el desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán, Ed. UNAL, Colombia 1994;
HERRAN, María Teresa. Periodismo y responsabilidad social. Revista Su Defensor. Año 2, Nº 18, Defensoría del Pueblo, Colombia, enero de 1995;
Revista Muy Especial: La explosión de Internet. Nº 28 invierno de 1997, España;
ZALAZAR PALACIO, Hernando. El Desafío del equilibrio. Revista Su Defensor. Año 2, Nº 18, Defensoría del Pueblo, Colombia, enero de 1995.
[1] Cardona, Héctor Fabio. Ya no hay noticia en la noticia. Instituto para el desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán, Ed. UNAL, Colombia 1994.
[2] Mencionado por Cardona. op. cit.
[3] op. cit.
[4] op. cit.
[5] Junio de 1994
[6] Organizado por CERFAMI y realizado el 13 y 14 de agosto de 1998.
[7] Organizado por la Sociedad Colombiana de Sexología y llevado a cabo del 2 al 5 de septiembre de 1998. El día dos de septiembre se realizó una reunión previa de Expertos en Sexualidad, en el marco del mismo evento.
[8] Panel Propuesta ética para el abordaje de la sexualidad en los medios masivos de comunicación.

La Investigación Cualitativa una herramienta de Investigación en Sexualidad

Manuel Velandia Mora
Vicepresidente Sociedad Colombiana de Sexología
Director Revista Latinoamericana de Sexología.
Fundación APOYEMONOS, Director.
Presentado en X Congreso Nacional de Sexología y Educación Sexual. Bogotá. 1999

Resumen
Cuando se investiga específicamente en el comportamiento sexual es necesario conocer acerca de cómo l@s investigad@s describen verbalmente su conducta sexual. En la investigación de la actitud personal frente a ésta (el temor social a expresarse tranquilamente y el que sea la sexualidad un elemento correspondiente al ámbito de lo eminentemente particular) influye ampliamente lo recordado o lo que parece tener mayor significancía particular para el(-a) entrevistad@, aún cuando dicha información no necesariamente sea lo más relevante para el(-a) investigador@ o para la investigación. Todo lo anterior conduce a que en una encuesta cuantitativa, la actitud particular del(-a) investigador@ influya directamente en el resultado que de la aplicación del instrumento se espera.

Para investigar estas particulares condiciones, se necesita de una serie de instrumentos con lo que no se cuenta en la investigación cuantitativa, por tal razón se hace necesario acudir a instrumentos cualitativos.

La Investigación Cualitativa[1] es un tipo de investigación formativa que ofrece técnicas especializadas para obtener respuestas a fondo acerca de lo que las personas piensan y cuáles son sus sentimientos. Esto permite a los responsables de un programa educativo comprender mejor las actitudes, creencias, motivos y comportamientos de la audiencia meta. Las técnicas cualitativas, cuando se aplican juiciosamente, se utilizan junto con técnicas cuantitativas de una forma vinculada y complementaria. Por ejemplo: el enfoque cualitativo proporciona profundidad de comprensión acerca de las respuestas de l@s estudiantes, mientras que el enfoque cuantitativo proporciona una medida. Por su propia naturaleza, la investigación cualitativa trata de los aspectos emocionales y contextuales de la respuesta humana más que de medir objetivamente comportamientos y actitudes. Añade "sentimiento", "contextura" y matiz a los resultados cuantitativos. La investigación cualitativa se realiza para contestar a la pregunta "por qué", mientras que la investigación cuantitativa aborda preguntas toles como "¿cuántos?" ó ¿Con qué frecuencia?" El proceso de investigación cualitativa es un proceso de redescubrimiento, el proceso de investigación cuantitativa busca pruebas.

Además, la naturaleza de la investigación cualitativa no solo radica en las técnicas cualitativas para obtener respuestas sino también en la naturaleza cualitativa del análisis requerido para aplicarla. La investigación cualitativa es de índole interpretativa en vez de descriptiva. Es realizada con grupos pequeños de personas que generalmente no son seleccionadas sobre la base de la probabilidad. No tiene la intención de sacar conclusiones firmes ni generalizar los resultados a la población en general.

¿Por qué utilizar la investigación cualitativa?

Hay razones tanto conceptuales como prácticas para utilizar la investigación cualitativa. La razón conceptual principal para utilizarla es que proporciona una mayor profundidad de respuesta y por lo tanto, mayor comprensión consiguiente que la que pueden obtenerse mediante técnicas cuantitativas. Además, las técnicas cualitativas, especialmente las entrevistas directas, permiten al(-a) investigador@ combinar tipos de comportamientos que guardan relación con una determinada decisión o acción del(a) estudiante, por ejemplo, cuando el director de un programa desea comprender la cadena de decisiones que condujo a una práctica determinada. En un estudio cualitativo se pueden identificar los vínculos que conectan las distintas decisiones y comportamientos a escala individual, obteniendo un cuadro más claro del proceso de adopción. Un estudio cuantitativo proporcionaría en vez de ello datos sobre los pasos individuales que constituyen el proceso: por ejemplo, el número de estudiantes investigados, la cantidad de veces que realizan la práctica en un tiempo determinado, el dinero gastado en la práctica, el número de desplazamientos requeridos, etc.

Los estudios cualitativos ayudan a comprender mejor los factores y co-factores antecedentes y consecutivos que influyen en la conducta y en la modificación de ésta. Con sus resultados se puede generar conceptos y estrategias para el diseño de programas que busquen modificar conductas. La investigación cualitativa permite al(-a) investigador@ alejarse por momentos del diseño inicial de la guía de trabajo, variar el orden de las pregunta, o los temas a investigar, v seguir orientaciones inesperadas que puedan surgir durante la entrevista, o la utilización de cualquier técnica aplicada. Y sobre todo, se puede trabajar bajo las condiciones más naturales posibles. Su análisis es más narrativo que numérico, permite concluir sobre los temas que recurren, o desde ideas particulares que puedan explicar conductas grupales.

Otra razón conceptual para utilizar las técnicas cualitativas es la relacionada con la naturaleza de la propia investigación cualitativa y la forma en que se relaciona con el procesa de decisión en la investigación. Puede argumentar que el proceso de investigación cualitativa y el proceso formativo más amplio mantienen importantes elementos subjetivos o intuitivos. El comienzo del proceso de investigación formativa, es decir, definición del problema y las necesidades de formación, así como la formación de hipótesis y definición de variables -son lodos ellos procesos .esencialmente intuitivos- y, por tanto, de índole cualitativa.

Además de lo que antecede. hay muchas razones pragmáticas para utilizar los métodos de investigación cualitativa:

Costos: En general, la investigación cualitativa es más económica que la investigación cuantitativa.

Rápida Ejecución: Algunas técnicas cualitativas, especialmente los grupos focales, pueden ejecutarse y analizarse con rapidez sin necesidad de análisis "automático" de datos.

Flexibilidad: El diseño del estudio puede modificarse mientras que la investigación está en progreso.

Vínculo directo con la audiencia meta: Las técnicas cualitativas dan a los directores del programa la oportunidad de entrar en contacto directo con el publico al que se desea llegar y compartir experiencias.

No siempre requiere de equipos: La investigación cualitativa en muchas oportunidades puede realizarse en lugares en los que no se dispone de la instalación de computadoras u otros equipos e instalaciones técnicas.

Las técnicas principales de investigación cualitativa sobre las que ghacemos referencia son:
1. Entrevistas individuales a fondo; 2. Los debates en grupos focales; 3. La etnografía.
[1] Fundamentado teóricamente en el material de consulta Repaso Metodológico; Manual Para la Excelencia en la Investigación en Grupos Focales; preparado para la Academy For Educational Development por Debus, Mary, y Novelli, Porter; USA, Washington, 1996; adaptación del Manual de Capacitación de los mismos autores preparado para HEALTCOM. Agradecimientos a Qualitative Research Foundation

Identidad Sexual y Derechos de l@s Human@s: Elemento fundamental de la educación.

Manuel Velandia Mora
Equiláteros: Proyecto de Diversidad y Minorías Sexuales
Director. Vicepresidente Sociedad Colombiana de Sexología
Director Revista Colombiana de Sexología.


Presentado en X Congreso Colombianos de Sexología y Educación Sexual. Bogotá. 1999

Resumen

Una maestra estudiante en un Postgrado en Educación Sexual me preguntó en un módulo sobre identidad sexual: Cuándo debo hablar a mis estudiantes de la homosexualidad?. Ella pretendía ser abierta en el tema de la sexualidad, respetuosa de personas con orientaciones sexuales diferentes a la suya (léase homosexuales) y comprender que esta como cualquier otra orientación sexual debe ser tratada con l@s estudiantes. Mi respuesta le sorprendió. Esta pregunta es sexista y esconde cierto grado de homofobia. Hablar de las homosexualidades en un día diferente en el que se habla de las demás orientaciones sexuales demuestra que esta orientación sexual se asume diferente. Por ejemplo, es común invitar a un homosexual, algo frecuente convocar a una lesbiana, casi nunca se motiva a un(a) bisexual y nunca a un(a) heterosexual para hablar a cerca de su orientación sexual. Es más, se tiende a creer que la identidad sexual se construye únicamente con relación a la orientación sexual sin entender la sexualidad como un concepto y experiencia más amplia.

Según la OMS[1], “… La sexualidad es una parte integral de todos: hombre, mujer y niño. Es una necesidad básica y un aspecto del ser humano que no puede ser separado de otros aspectos de la vida humana. La sexualidad no es sinónimo de coito, no es acerca de sí se tienen orgasmos o no y no es la suma total de nuestras vidas eróticas; Esto es parte de nuestra sexualidad, pero puede igualmente no serlo. Sexualidad puede ser mucho más: está en la energía, que nos motiva a buscar amor, contacto, a sentir calor e intimidad; se expresa en la manera que nos sentimos, nos movemos, tocamos y somos tocados; es sobre ser sensual y sexual. La sexualidad influye en los pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones y, de este modo es nuestra salud mental y física. Porque la salud es un derecho fundamental, la salud sexual también debe serlo… ( incluir) la liberación del temor, la pena, la culpa, las creencias falsas y otros factores psicológicos. La sexualidad no hace referencia en particular a la orientación sexual, por tanto limitar nuestras acciones a "intervenirla” es disminuir a l@s seres human@s y su sexualidad a uno de sus componentes, y no hacer referencia a su integralidad de personas[2] human@s[3].

Los temas pertinentes a la sexualidad parecen merecer tanta importancia de parte de l@s educadores sexuales, l@s maestr@s escolares, especialistas en sexualidad y en la salud mental en lo pertinente a la salud sexual, como páginas suelen dársele en los textos de sexología. Es decir, se le dedica poco o nada de espacio a los temas relacionados con la heterosexualidad, algunos párrafos a los vinculados con bisexualidad y la lesbianidad y mucha tinta a lo relacionado con homosexualidad. Este análisis está en relación directa con el tiempo y disponibilidad del servicio a las personas con dichas orientaciones sexuales y la importancia que a la temática se le da en la actividad docente.

L@s profesionales dedicad@s a la educación sexual parecen estar más interesad@s en darse una explicación sobre la orientación sexual que en lograr entender las vivencias particulares de sus estudiantes; ello redunda en que a las personas se les rotule con una definición que es provista, calificada y cualificada por el/la especialista y en que no se les denomine a partir de lo que la persona usuaria del programa entiende, asume y denomina como su vivencia particular. Esta necesidad de “etiquetar” debe considerarse una violación a los derechos fundamentales, ya que al heteronominarlos en una orientación sexual en particular se vulnera entre otros, el derecho a la autodeterminación.

Cada ser human@ y su sexualidad son únicas e irrepetibles, por dicha razón se transforma de manera diferente, con una trascendencia particular y evolucionando de acuerdo con su propia historia. L@s seres human@s somos idéntic@s en lo esencial y divers@s en lo existencial. Cualquier intervención debe partir del respeto a dicha particularidad y unicidad, y al de sus derechos fundamentales, es decir, del respeto a sus derechos humanos y sexuales: Al Reconocimiento y Aceptación de Sí Mism@ como Hombre o como Mujer y como Seres Sexuados; A la Igualdad de Género; Al Fortalecimiento de la Autoestima, la Autovaloración y la Autonomía para lograr la Toma de Decisiones adecuadas en torno a la Sexualidad; Al libre ejercicio de la Orientación Sexual; Actividades Sexuales según sus Preferencias; Al Ejercicio Responsable de la Función Sexual en su Modo Erótico y Reproductivo (o más correctamente diversificado); A la Educación Sexual Positiva; A Espacios de Comunicación Familiar para tratar el tema de la Sexualidad; A la intimidad personal, la Vida Privada y al Buen Nombre.[4]

Toda actividad pertinente a las sexualidades -en especial la formación y la educación- requiere, entonces, entender y asumir los derechos de l@s human@s como derechos sexuales. Es decir, de concebir a l@s human@s como seres sexuad@s y a la sexualidad como "…Una manera de comunicación, de recreación, de juego; de disfrutar la vida mejorando la autoestima y experimentando placer” (Coleman, 1997).[5]

Desde este concepto de sexualidad la identidad sexual tiene relación directa con la identidad del ser, es decir, con el sexo, el cuerpo, el género, los accesorios y vestido, y no exclusivamente con la orientación sexual (que tan solo hace referencia a cómo se concibe el/la sujeto con respecto al(a) sujeto-objeto de su fantasía, deseo, afectividad, eroticidad, genitalidad, para sí mismo y ante la sociedad). La identidad sexual debe ser contemplada desde dos ámbitos de dominio diferentes: la esfera de lo particular y la esfera de lo social.

Existe una identidad particular y una identidad social de sexo, de cuerpo, de género, de accesorios y vestido y de orientación sexual. La identidad particular hace referencia a una construcción eminentemente particular pero vinculada a la identidad social, ya sea como ruptura o como contradicción, indiferencia o reafirmación del modelo socializado. El modelo social no existe como tal, es tan solo un constructo imaginario fundamentado en el “deber ser” del comportamiento del macho y la hembra de l@s human@s, en una sociedad, tiempo y cultura determinada. Contempladas desde un patrón de orientación sexual determinado socialmente como lo “natural”, “normal”, “correcto” y “adecuado”, es decir, lo heterosexual.

Asumir al otro y a la otra como un(a) ser human@, con una identidad particular, es entenderl@s sujetos de derechos; Es este el principio de la democracia, el respeto y la tolerancia como fundamentos de la formación.

Bibliografía
[1] World Healt Organization. Education and treatment in human sexuality: The training of health professionals. WHO Technical Report Series (5-33), Nº 572. Geneva, 1975.
[2] Persona: Sonar a través de. Del Griego
[3] Humberto Maturana, Ensayo & Error; Año 2, Nº 3, Septiembre de 1997, Bogotá; Colombia “...Los seres humanos, somos seres culturales, no biológicos, aunque seamos biológicamente homo sapiens sapiens... Lo humano surge en la historia evolutiva de los primates bípedos a los que pertenecemos, con el lenguaje…En consecuencia, al decir que el ser humano es un ser cultural, lo que dice es que lo humano surge en la culturización del homo sapiens sapiens, no antes... Somos concebidos homo sapiens sapiens no humanos, y nos hacemos humanos en el vivir humano aunque nuestra biología de homo sapiens sapiens sea el resultado de nuestra deriva filogénica cultural humana.
[4] Velandia Mora, Manuel A. Los Derechos Humanos también son Sexuales, Los Derechos Sexuales también son Humanos; “Duelo, Memoria y Reparación”; Pág. 175 a 202; Fundación Manuel Cepeda Vargas/ Defensoría del Pueblo/ Ministerio de Cultura, Colombia 1998.
[5] Coleman, Eli. Revista Latinoamericana de Sexología; Nº 2, Vol. 12, 1997.

Qué significa ser hombre

Manuel Velandia Mora

01.09.99 Bogotá

Qué significa ser hombre, es un interrogante que últimamente me he venido planteando, pero también es una pregunta que he tenido que plantearme, y lo he hecho, porque muchos de los cuestionamientos a hombres homosexuales por personas de muy diversa preparación intelectual, tienen que ver con el rol social del hombre o más concretamente del macho.

Por ejemplo, cuando algunas personas desean saber si el interlocutor es homosexual o no, la pregunta no es directa, simplemente se pregunta: ¿Usted es hombre o no? Pareciera entonces que ser hombre es ser heterosexual y que, en contraposición, ser homosexual fuera ser mujer. De ello se desprende que, lo que le da el carácter de hombre, es tener un falo y utilizarlo, y que ser mujer, más que tener una vulva, es tener un hueco y que lo que la hace mujer es el acto de ser penetrada.

La cultura falocrática
Este pensamiento es continuamente reforzado en los procesos de endoculturación de la sexualidad. En algunas regiones del país (la costa atlántica y los santanderes) y por supuesto también en otros países, es fácil oír aseveraciones tales como “se es más hombre en cuanto más mujeres se haya penetrado”, llegando incluso a ser aceptado socialmente -y particularmente por las mujeres— que sus parejas sean simultáneamente parejas de otras mujeres. Los hijos son la demostración de que el acto falocrático ocurre, de tal forma que la imagen de «hombre» es reforzada si además de varias mujeres se tiene hijos con éstas. Como ser hombre también está identificado con penetrar, si a quien se penetra es otro hombre, esto los convierte en «verdaderos hombres probados en todos los campos», ya que los hombres por ellos penetrados, por el hecho de serlo, ya «no son hombres», pues se convierten en «mujeres» porque tan sólo las mujeres son sujetos-objetos de penetración.

En grupos culturales que parecen ser algo más abiertos y tolerantes con los hombres homosexuales, a éstos se les pregunta, ¿En sus relaciones usted es el hombre o la mujer? Con ello se desea saber si la persona penetra o es penetrada o más concretamente quién es el falócrata de la relación. Ante la respuesta que en algunas oportunidades ambos miembros en la pareja ejercen los dos roles o que lo hacen indiferentemente y de acuerdo con su deseo, la persona interlocutora pretende insistir en la consistencia del rol, como una manera de poder probar en última instancia quién es más hombre de los dos.

Sin embargo, este no es un dilema sólo desde la heterosexualidad; también lo es desde algunos de los homosexuales. Éstos también se plantean problemas de género en sus relaciones; por ejemplo, es común que las relaciones de poder sean planteadas desde la masculinidad, vista ésta desde la corporalidad. De ahí que muchos homosexuales en conflicto con su propia identidad tiendan a «machificar su cuerpo» y extremar sus comportamientos, actitudes y prácticas consideradas propias del hombre, ya sea la fortaleza física, los músculos, el tono de la voz, la agresividad o el vestido, entre muchas otras.

Cuando hombres homosexuales se asumen transgénero e incluso cuando tan sólo asumen algunos comportamientos transgenéricos, los otros hombres homosexuales sumados al resto de hombres y mujeres (excluyendo los no sexistas, no homofóbicos y algunas feministas de algunas corrientes) tienden a asumir a dichos hombres como «mujeres» o simplemente prefieren denominarlos de tal manera que se demarque la diferencia. Estos hombres homosexuales son ahora «locas», «maricones», «mariquitas» y tratados en un lenguaje de género femenino, estableciéndose entre algunas mujeres y dichos hombres relaciones de complicidad y de éstos hacia aquellas y, como respuesta, actitudes profeministas.

Como soy claro en que lo que me hace hombre no es el poder que me da el tener un pene, he tenido que plantearme qué significa ser hombre. Por supuesto, viene a mi mente aquello ya por tod@s sabido: que ser hombre es no ser mujer. Ello significaría que, para saberlo, tendría que preguntarme qué significa ser mujer; por suerte para nosotros, las mujeres llevan muchos años y mucha tinta corrida dando respuesta a esta pregunta.

Leyendo a una autora ecuatoriana feminista, me encontré con que ella —de alguna forma— también quería saber qué significaba ser hombre, pero su respuesta me entristeció; para ella, serlo es «sinónimo de violencia» y yo me volví a preguntar, “Pero si yo no me siento violento no soy hombre?” Y enseguida me planteé si las mujeres violentas eran hombres. Llegué a la conclusión que ni lo uno ni lo otro, pero sí pude darme cuenta que los hombres más que las mujeres somos educados para la violencia, para comportarnos violentamente. La obligatoriedad de prestar el servicio militar en donde se nos enseña tácticas de guerra y no estrategias para la paz, la convivencia solidaria y la democracia, es por su puesto un ejercicio cotidiano de violencia. Tanto en la vida militar como en la escuela y en la iglesia, la jerarquización de las estructuras de poder nos enseña la importancia de ejercer el poder y no la del servicio.

Motivados en el dolor experimentado en el ejercicio del poder, muy en el fondo podemos visualizar la importancia del ser equitativos y no sexistas, pero parece que la propia cotidianidad nos indujera con todas sus formas de relacionamiento a continuar siéndolo. Situación que se dificulta porque los hombres no sólo ejercemos el sexismo, el poder y la violencia, sino porque también somos sujetos-objeto de éstos. No se es tan sólo sexista con las mujeres, también lo somos entre hombres e incluso entre los mismos hombres homosexuales. Del poder del dueño del falo se desprenden a su vez relaciones sexistas y relaciones de poder, en una estructura en la que el hombre lo ejerce y la mujer lo sufre. Pero también la víctima tiene su propio poder sobre quien ejerce la violencia, y tanto un@s como otr@s parecen amañarse en el juego y querer perpetuarlo. Una estructura de poder crea una cultura del poder que a su vez refuerza dicha estructura, siendo tanto las mujeres como los hombres quienes realizan el proceso de endoculturación.

Por supuesto, aún no tengo claro qué significa ser hombre, pero he podido concluir que para entenderlo tengo que ser antisexista, un ser de paz, equitativo, tolerante, respetuoso y democrático, en resumen ser inviolento tanto conmigo mismo como en la relación con las mujeres y con los otros hombres, y esperar que ellos también lo sean y por supuesto que logren visualizar y entender su homofobia y no ser homofóbicos. Yo no sé si esto me dará la respuesta, pero sí que por lo menos mi vida será mucho más placentera y lo será para aquell@s con quienes me relaciono.

¿Qué es eso de la Diversidad Sexual? Semana por la Diversidad Sexual

Manuel Velandia Mora
13.03.98

Documento de soporte para la preparación de la Semana de la diversidad sexual, Bogotá.
Del 22 al 29 de Junio de 1998 se celebrará en Colombia la Semana por la Diversidad Sexual. Las diversas organizaciones trabajando con lesbianas, homosexuales y otras minorías se tomarán esta semana para discutir y profundizar sobre Diversidad Sexual.

El evento que contará con la participación de reconocidas personalidades de la sexología, los derechos humanos y la salud mental también realizará talleres de autoaceptación y autoestima, actividades culturales y jornadas deportivas.Las sedes del evento son Bogotá, Pereira (en donde la actividad se inicia el 15 de junio) y Medellin. Al evento convocan Equillros: Proyecto de Minorías Sexuales y su Proyecto Angelus, y la RIT-Colombia, Red de Información y Trabajo G&L.Teléfonos 3101010 2559814 2811446 2868272 en Bogotá

L@s seres human@s somos idéntic@s en lo esencial y divers@s en lo existencial

Aun cuando hombres y mujeres como seres humanos seamos esencialmente iguales , las múltiples experiencias de la vida, hacen de nuestra evolución, desarrollo y existencia una historia particular. Somos únic@s, irrepetibles, trascendentes, evolutiv@s e históric@s.

Las relaciones que establecemos con nosotr@s mism@s, con otr@s sujetos e incluso con objetos y animales están fundamentadas en la necesidad de asumirnos a nosotr@s mism@s y a l@s demás, como también, en la búsqueda de satisfacer nuestros deseos, afectividad, erotismo y genitalidad, teniendo como fin ultimo el placer o el displacer; situaciones que determinan la identidad de género y sus roles, las maneras de relacionarse e incluso el tipo de sujeto u objeto del que se quiere obtener el placer y el cómo lograrlo, es decir, todo el compendio de nuestra sexualidad. Esta es inherente al(a) ser human@ y está influida por el periodo prenatal, el sexo, el medio y la cultura: los entornos social, familiar, educativo, laboral y los medios masivos de comunicación. Somos ecosistémic@s.

Diversidad sexual
Cada ser human@ y su sexualidad son únicas e irrepetibles; por dicha razón cada ser se transforma de manera diferente, con una trascendencia particular y evolucionando de acuerdo con su propia historia; l@s seres human@s somos idéntic@s en lo esencial y divers@s en lo existencial.

Una existencia saludable requiere de una sexualidad saludable. La ciencia ha llegado a concluir que la salud implica un completo bienestar físico, psicológico y social, pero antes de llegar a dicho concepto se pasó en la sexualidad por algunos otros ya desactualizados pero aun utilizados para violentar y estigmatizar, tales como aberración, desviación, perversión, para hacer referencia a comportamientos humanos sexuales e incluso, aún, se considera el ejercicio de la sexualidad como sucio, pecaminoso, vergonzoso y se valora como anormal o contranatural.

El análisis de la sexualidad debe ser objetivo, descriptivo y libre de prejuicios. De ahí que al pensar en dar un nombre a las múltiples posibilidades que el ser humano tiene para construir su sexualidad se haya pensado en el concepto de diversidad sexual.

Se puede ser diverso por el sexo, la orientación sexual, el género y las expresiones comportamentales sexuales. Quienes nos asumimos divers@s –tod@s lo somos de alguna manera- generalmente somos “entendid@s” desde juicios valorativos. Estos están influenciados por la creencia de que personas pertinentes a minorías sexuales vulneran a menores de edad en la búsqueda de su propia satisfacción sexual. Recordemos que en lo pertinente a la sexualidad l@s seres human@s somos autónom@s y autodeterminad@s, pero que no por ello nuestras expresiones pueden dañar a otras personas.

Organizaciones de homosexuales, lesbianas y temas afines en Colombia, según fecha de creación
20.04.1998

1977 El Otro. León Zuleta Medellín (H, F)
1977 GELG, Grupo de Encuentro por la Liberación de los Gueis. Manuel A. Velandia M., G. Cortéz, M. Rodriguez, L. Vidales. Bogotá (H, F)
1977 Heliogábalo (arte y sexualidad) , M. Rodriguez, L. Vidales, Manuel A. Velandia M. Bogotá (H,F)
1978 GRECHO, Grupo de Estudio de la Cuestión Homosexual. Gildardo Ramirez, F. Albear, L@s Quintero, Urías. Medellín, (M, F)
1981 Acuarius. Manuel A. Velandia M. Bucaramanga (H, F)
1981 MLHC, Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia Manuel A. Velandia M., León Zuleta, G. Cortéz, E. Botero, F. Albear. Medellín (M, E)
1982 Instituto Lambda de Colombia G. Cortéz, V.H. Duque, Manuel A. Velandia M. Bogotá (H,F)
1982 CORG, Colectivo del Orgullo Gay. Bogotá (H, F)
1983 Agrupación Cóndor. Bogotá (H, F)
1985 GAI, Grupo de Ayuda e Información . Manuel A. Velandia M., Eduardo Moreno Bogotá (H, S, F)
1992 Equiláteros, Proyecto de Minorías Sexuales. Manuel A. Velandia M., Liliana Gómez A, Mª Janeth Pinilla Bogotá (MnS, E)
1993 HOMEGAS Hombres y Mujeres Gay Mauricio C. Bogotá (M, C, E)
1994 Proyecto Lambda L.C.L.C.S. Henry Ardila, Jeffrey Stanton. Bogotá (M, S, E)
1994 Asociación Colombiana de Lesbianas y Homosexuales- Juan Pablo Ordoñez, Germán.H. Rincón P. Bogotá (M, F)
1995 Comunidad del Discípulo Amado. Juan de Dios Amado*, Pastor Vargas Bogotá (M, C, E)
1995 Grupo Regazo Andrés Alzate Bogotá (M, C, F)
1995 GAEDS, Grupo de Apoyo y estudio de la Diversidad de Orientación Sexual Alan Centeno, Sandra R. Bogotá (M, U, E)
1996 SOL, Grupo Solidaridad Lésbica Bogotá (L, E)
1996 GADOS, Grupo de Apoyo de la Diversidad de Orientación Sexual K. Nieto, G.C.H., G. Henao, Julio C. A., Jaime S. Bogotá (M, U, E)
1996 Triángulo Negro Bogotá (L, E)
1996 RIT-Colombia, Red de Información y Trabajo G&L Germán. H. Rincón P. Bogotá (M, E)
1997 CGM, Colectivo Gay de Medellín. Luis A. Mogollón, Manuel José Bermúdez, Humberto Tobón, Daniel A. Machado, Cesar Alzate, Wilson Garzón Medellín (H, E)
1997 Grupo de Trabajo de la Comunidad Gay- Andrés Alzate, Giovanni Cano, Wilson Garzón Pereira (M, E)
1997 Despertares Pereira (H, ?)
1998 Angelus-Equiláteros. Nelson. Alvarado, R. Parra, Manuel A. Velandia M. Bogotá (MnS, Me, E)

Lesbianas (L); Homosexuales (H); Mixto de Lesbianas y Homosexuales (M); Minorías Sexuales (MnS); Cristianos (C); Sida (S); Universitarios (U); Menores de Edad (Me); Existe (E); Finalizó (F); Sin datos de existencia (¿); Seudónimo (*)

La Construcción de la Identidad Sexual

Manuel Velandia Mora

17.07.99 Bogotá
Conferencia con motivo del lanzamiento del libro "Y si el cuerpo grita... dejemonos de maricadas"

Hacer una interpretación del análisis de la construcción de la identidad sexual implica, partir de la reconstrucción de textos sobre la sexualidad[1]. Los textos sobre sexualidad son construidos básicamente por Psicólogos, especialistas en sexualidad, sexólogos y educadores sexuales como una manera de interpretar la realidad, y sobre todo de poder clasificar a l@s usuari@s de sus servicios o posibles pacientes en sus imaginarios particulares[2]. Las definiciones sobre sexualidad deben rescatar cualquier posibilidad de definición que la persona haga de sí misma. Cuando las definiciones sexológicas son rígidas en sus límites las personas en su interés de ubicarse forzan su clasificación y se encasillen en estas, igual suele suceder con el terapeuta; por ejemplo, el concepto de sexo es un concepto biológico y en esto existe un acuerdo social y científico, pero cuando se interroga explícitamente a una persona sobre qué es un hombre o qué es una mujer, su respuesta recurre a un imaginario social, a un "deber ser", que como tal no está descrito en ninguna parte. Las personas dan respuesta a partir de su imaginario particular con relación al imaginario social, por tanto, la visión de cada persona de la sexualidad es particular; se puede deducir de lo anterior que existen tantas definiciones para la sexualidad y sus componentes, como personas hay.

Los discursos particulares de la sexualidad son básicamente una explicación que cada persona hace hacia los demás, en este intento de explicar trata de acomodarse al discurso social. Sin embargo, al construirse para sí mismo una explicación, introduce en ésta su apreciación de elementos sociales y elementos eminentemente particulares; éstos le son inherentes, por ejemplo, le afectan en sus crisis, rompimientos y disyunciones particulares; en este sentido, cuando la persona se plantea su identidad, lo hace con relación a su modelo, su "querer ser" (el particular) fundamentado en un modelo social o más concretamente el "deber ser". Dicho modelo teórico pareciera ser universal, pero es ambiental, es decir, producto del medio ambiente y compartido por un grupo social, sin que por ello se niegue que tenga en común muchos elementos con el modelo de otros grupos sociales.

L@s seres human@s no construyen su identidad identificándose con un modelo teórico, es decir, no se identifican desde un patrón que se corresponde con un modelo; cuando logran construir su identidad particular ello les ha implicado un proceso que genera cierto grado de conciencia de sí mismos. El proceso se elabora teniendo en cuenta lo que ha sido para sí mismos la vivencia de su propia realidad, en la que necesariamente ha tenido como referente el "deber ser" socializado. Su proceso lo logra ajustándose a un modelo propio, a partir de lo que considera para sí como lo correcto y adecuado.

A este proceso al que varios autores denominan de identificación, lo llamo identicación. Nominado así porque cada persona lo construye teniendo como referente sus propias vivencias y sentimientos particulares, es decir, se hace idéntic@ a sí mism@, a partir de lo que por sí mismo decide que quiere ser, es decir lo que quiere, desea y necesita para sí. Es necesario aclarar que entre el modelo del "deber ser" y la vivencia individual e intima existe un distanciamiento que se experimenta de una manera particular y por tanto única e irrepetible, que conlleva una interpretación propia del modelo socializado, neomodelo al que denomino "querer ser". Este modelo propio prima en la construcción de la identidad en la medida en que reafirma el desarrollo de la estructura de identidad y hace a la persona eje del mismo modelo.

El Sexo:
Sexo es una clasificación biológica. Hace referencia a un punto en un continuo en el que sus extremos son los opuestos reproductivos. Socialmente cuando se hace referencia al sexo, el primer elemento que aparece en su definición es de orden biológico; se habla del macho y de la hembra de las especies. Esta clasificación incluso se utiliza al hacer referencia al sexo de los humanos y las humanas: El macho es el extremo reproductivo que coloca el espermatozoide, la hembra es el extremo reproductivo que proporciona el óvulo. Si hacemos referencia a lo biológico, un hombre, por ejemplo, no se circunscribe únicamente a la posibilidad de proveer un espermatozoide, es también, entre otras, una estructura ósea, una distribución de las grasas, una composición hormonal. Los anteriores elementos no están determinados por un estándar consignado en una norma, cuando mucho se ubican en un imaginario idealizado y compartido por un grupo social.

Lo maravilloso de la existencia de l@s seres human@s es su gran diversidad que conlleva el contemplar a cada un@ de ell@s como una unidad. Por tal razón, no existe un modelo único y socializado de hombre y de mujer, es decir, no cuenta socialmente con un modelo que represente el "deber ser" del hombre y de la mujer[3]; tampoco un patrón de medidas que permita afirmar -al hacer referencia a alguien en particular- ese hombre es el setenta u ochenta por ciento del modelo de hombre, ni siquiera existe un referente social único para el "deber ser" del comportamiento de hombres o mujeres.

El imaginario social del "deber ser" es el modelo imaginario para la identidad social de sexo.
Hombre y mujer son definiciones que sobrepasan la esfera de lo biológico hacia la esfera de lo biopsicosocial. El concepto psicosocial de hombre está referenciado por la concepción social de género. El concepto particular de hombre o de mujer fundamentan la construcción de la identidad particular de sexo.

El Género
Cuando hablo de género[4] nunca hago referencia a hombre o mujer, porque dicha clasificación hace referencia al sexo. Género hace referencia a lo masculino o a lo femenino; entiendo el género desde dos posibilidades, un referente social de género, que es el "deber ser", el imaginario social para el comportamiento del macho y de la hembra. Al del hombre se le denomina lo masculino y al de la mujer: lo femenino. No creo que l@s seres human@s seamos masculinos o femeninos cien por cien del imaginario social, del deber ser, sino que somos masculinos o femeninos a partir de un imaginario particular. La pertenencia a un género l@s hace identificarse con todas sus manifestaciones: sentimientos y actitudes, comportamientos, juegos, etc. como niños o como niñas, siendo el género un tamiz por el que pasan todas sus experiencias. Cada un@ de nosotr@s apropia la masculinidad y la feminidad de manera diferente, y aun cuando conservamos nuestra esencia, en el género existencialmente somos divers@s. Cada uno es lo que es y se ubica en un punto dentro de un continuo donde los extremos son lo que la sociedad ha determinado como el deber ser del comportamiento para el macho y la hembra[5] (el deber ser), a lo que usualmente se le ha denominado ser hombre y ser mujer. Ese punto en el que cada uno se ubica se construye a partir de su "querer ser".

Cuando el concepto de género se utiliza para otras especies u objetos, como su aplicación no tiene la carga psicosocial que tiene para l@s seres human@s, dicha carga no es importante. Por ejemplo, a nadie le interesa si es el whisky o la whiska, si los objetos son masculinos o femeninos, igual les sabe lo mismo, pero en el caso del ser humano, como por ejemplo en el de los hombres, se espera que el hombre sea el macho, lo masculino y se rechaza contemplarlo o que se asuma en lo femenino; el que un hombre se asuma de esa manera moviliza un conflicto social. La sociedad ha tratado de marcar tanto los límites del poder como los de la sumisión; usualmente a todo lo que implica poder, según la tendencia, se le denomina en masculino, y todo lo que implica "debilidad", no poder, o acceso al mismo, es lo femenino.

Las construcciones de hombre y mujer, de masculino y femenino se determinan históricamente, por ejemplo, existe una gran diferencia entre un hombre que se construye masculino o femenino en un barrio popular y otro hombre que se construye masculino o femenino en un estrato socioeconómico y cultural diferentes.

Rol de género: Se forma a partir del conjunto de prescripciones y normas que dictan la sociedad y la cultura, la clase social, el grupo étnico y hasta el nivel generacional de las personas. La dicotomía masculino-femenina con sus variantes culturales, establece estereotipos -la mayoría de las veces rígidos- que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función a su adecuación al género. La indumentaria (vestido y accesorios) es el elemento desde el cual se ratifica el modelo del rol de género. Si se es transgénero entonces el rol necesariamente también lo es.

Transgéneros
Existe un grupo de personas quienes parecen saltarse dicho juego de roles de poder y sus imaginarios, son los y las transgéneros[6]. Son aquellas personas quienes teniendo la estructura física considerada propia de un sexo asumen comportamientos de género considerados típicamente "propios del otro sexo" o más correctamente debería entenderse como propios del otro género. No pudiera afirmar que el/la transgénero hace parte del continuo cuyos extremos son el deber ser de lo masculino y lo femenino, sino que se ubican en un punto aparte de dicha posibilidad. Encontramos otros y otras quienes por la manera como se ubican desde su identidad de género, parecen estar en la mitad o con tendencia hacia la mitad, ellos y ellas serían l@s andrógin@s. Ante ellos las personas suelen interrogarse, será un hombre o una mujer, aun cuando realmente se están preguntando si dicho comportamiento es masculino o femenino. Algun@s incluso, son andrógin@s también en su corporeidad.

Hermafroditas
El/la hermafrodita es alguien que puede ubicarse en un punto hacia la mitad en la línea del continuo cuyos extremos son el macho y la hembra comprendidos desde su sentido biológico genital, o los extremos hombre y la mujer cuando en la definición se consideran los diversos componentes del sexo, tales como la distribución de las grasas o la estructura ósea. El/la hermafrodita es alguien de quien si se observa su cuerpo, algunas partes tienen una mayor tendencia hacia un lado o hacia el otro del continuo hombre-mujer. Los especialistas necesitan realizar una serie de comprobaciones para poder clasificar el sexo de dichas personas. Se recomienda que dicha clasificación se haga únicamente hasta que la persona llegue a su mayoría de edad.

Transvestismo
Uno de las situaciones a considerar en la construcción de la identidad es el vestido y los accesorios que la persona utiliza, por ejemplo, se tiende a creer que lo que hace hombre al hombre es el vestido, o más correctamente que es el vestido lo que lo hace masculino; Permanentemente se entra en dicha contradicción aún cuando se tenga claro el concepto, porque para la sociedad hombre y masculino son equivalentes… pero no son lo mismo. Entonces, la contradicción lo es también por la tradición que igualmente se refleja en el lenguaje.

El ser travestí es una variante de comportamiento sexual en la búsqueda del disfrute o el erotismo, que implica la posibilidad de usar prendas y accesorios considerados propias del otro género. Se considera una agresión sexual cuando es el macho, el hombre, quien con su vestido y accesorios reniega del imaginario del "deber ser" del comportamiento de lo masculino. La sociedad asume que dicho comportamiento es el de un hombre que tiene una ruptura con el modelo del vestido, pero nunca va más allá del hecho, por lo cual no ve en la actitud travestí una aproximación al disfrute emocional y erótico que produce vestirse de determinada manera. El uso del vestido y los accesorios son también una socialización del poder, de ello se desprende que sea socialmente aceptado que la mujer utilice prendas consideradas masculinas como pantalones, chaquetas, camisas y algunos accesorios. En cualquier sociedad patriarcal, por el hecho de serlo, se ha concebido que las mujeres desean adaptarse al modelo de lo masculino. Que los hombres renieguen de dicho modelo o de alguno de los elementos que caracteriza el poder [7] es necesariamente mal visto y no comprendido.

Identidad y Modelos

Machismo

Tenemos la tradición cultural del hombre "macho empoderado"; dicha tradición determina formas de poder que están relacionadas con la manera como se asume lo masculino y lo que significa ser hombre, además nuestra cultura latinoamericana ha asumido como propia una estructura de comportamiento a la que la sociedad ha llamado machismo. Dicha ideología conlleva una manera particular en que los hombres deben comportarse: como "machos", estilo que se repite en muchos momentos de la historia y que se identifica cultural y socialmente como el deber ser del comportamiento del hombre. De ello se desprende que se es más hombre si se tienen más hijos o varias mujeres, sí se inicia más temprano la vida sexual activa, sí se toman determinadas posiciones en la práctica genital, sí no se expresan los afectos, sí se tiene un pene grande, sí se es más velludo o más fuerte. Aún cuando dichas características parecen estar predeterminadas por el machismo, no se ha profundizado totalmente en el análisis social de éstas[8].

Un interrogante que surge es si una persona puede auto-determinarse por fuera de los modelos. El modelo de lo masculino, del macho, del hombre y de las formas como puede relacionarse con su pareja es tan fuerte y predominante que de todas maneras toda persona adquiere parte o la totalidad del mismo. Por ejemplo, el modelo "dice" que ser masculino conlleva ser el proveedor y salir de la casa para producir; que quien debe quedarse en casa es la mujer; que ellas deben lavar los platos y cuidar los niños. Ningún modelo publicitado y conocido, habla de la importancia de paternar, de la ternura como cualidad que también puede ser masculina o que debe reconocer como forma de producción la actividad que las mujeres realizan en la casa, menos aún, que ser el/la proveedor(a) de la economía no determina el poder en el hogar. No hay modelos que afirmen lo anterior; cuando se piensa en cualquier lugar del mundo en masculinidad, todos los modelos hacen referencia al hombre como el ser que debe ostentar el poder.

El determinante material para la construcción de género estaría mediado por la capacidad de consumo de información, por el acceso a ella y también por el entorno. Por ejemplo, una persona tiene su propia identidad, pero la sociedad puede llegar a vulnerarla tanto que incluso puede llegar al extremo de negarse a sí misma la posibilidad de expresarla socialmente, manifestándose desde lo que la sociedad espera de ella, es decir, desde "el deber ser" que la sociedad le exige.

En la manifestación social de la identidad particular lo económico tiene cierto peso pero no es el factor determinante. Lo es más la actitud mental de quienes están en el entorno y la permisividad que esta representa. Si un artista es transgénero ello puede ser asumido como "divertido". Entonces, socialmente se le acepta, situación que se repite con la "aceptación" de personas que son importantes socialmente por su rol.[9]

Usualmente algunas personas transgreden el modelo. Por ejemplo, se tiende a pensar que usar aretes, teñirse el cabello o maquillarse es algo femenino, pero muchos hombres lo hacen; también muchas mujeres se hacen cortes de cabello considerados masculinos, usan permanentemente pantalones, montan en moto, manejan camión o algunas incluso son levantadoras de pesas. Ha habido como una especie de vuelco cultural en cuanto los roles. En el caso específico de Colombia, el avance del discurso sobre los derechos humanos ha llevado consigo el de los derechos sexuales contemplados como derechos de éste orden. Esto se demuestra con los fallos de la Corte Constitucional que han posibilitado, por ejemplo, que las personas se vistan como desean, se registren con cualquier nombre sin importar si este es masculino o femenino.

Los derechos relacionados con el género son parte de los derechos sexuales, porque los derechos sexuales están por encima del género, el derecho a nominarse como se quiera es un derecho sexual y no tan sólo de género; identificarte en un sexo, un género, una orientación sexual, unos comportamientos y conductas, en una educación, formación y con unas metas de vida, está por encima del género. El discurso de género es muy importante en su relación con el poder ya que en la medida en que el discurso se hace crítico también se identifican las flaquezas del poder y la sociedad, y la vulneración a la que se ven expuestos continuamente much@s sujet@s.

La aproximación al poder desde la capacidad adquisitiva posibilita condiciones diferentes para la implementación de los modelos de lo masculino y lo femenino. El acceso a Internet, a la antena parabólica y la escuela, posibilita a las personas aproximaciones a realidades diferentes aún cuando se viva en la misma ciudad e incluso en el mismo barrio; dichas aproximaciones a la realidad movilizan en las personas vivencias de modelos diferentes. Si no se tuviera acceso a la televisión -situación poco frecuente en este momento- el único modelo que se observaría sería el provisto en casa por los padres y los contactos con el vecindario; pero si se tiene acceso a un televisor entonces al modelo conocido se suma el de la telenovelas y seriados (modelos locales e internacionales). Cuando se tiene antena parabólica o TV-cable la persona observa continuamente múltiples modelos de hombre, de mujer, de familia, de vinculación y ello le posibilita imaginarios distintos y posibilidades distintas de autodeterminación frente al modelo del "deber ser".

El discurso de género implica igualmente una teorización de la discursiva. Algunas personas se sorprenden cuando Velandia habla de las sujetas, las humanas, de nosotros y nosotras; utiliza en la escritura símbolos como (@) arrobas para hacer referencia a un hecho que simultáneamente afecta a hombres y mujeres, igualmente se sirve de la a-e (æ) para referirse a lo mismo. Si se le habla a un transgénero, entonces debe hablársele en el género que dicha persona ha asumido para sí, si es femenino entonces es una "una", no una "uno", ó un "uno".

El discurso de género debe ser construido desde ambos sexos, uno de las desventajas del actual discurso de género es que durante mucho tiempo se construyó desde la mujer. Ello conlleva que actualmente se hable de género y se piense popularmente que al hacerlo se hace referencia exclusivamente a lo femenino, que el texto en mención no se relacione con lo masculino, y menos aún con lo transgénero.

Sexualidades
En principio, yo afirmo que no existe la sexualidad como tal, para mi análisis voy más atrás, declaro que en sexualidad no hay istmos, que por tanto no hay heterosexualismo, bisexualismo, lesbianismo u homosexualismo. Tendría que aclarar que no se puede hablar de homosexualismo, porque "istmo" hace referencia a una posición política, ideológica o filosófica.

No existe la sexualidad, porque esta es únicamente un imaginario social, (que como el tal no es uno, sino que es un imaginario espacio temporal, por tanto ecológico), es decir propio de cada espacio, tiempo, lugar, sociedad y persona, ello posibilita afirmar que lo que existe son sexualidades. Hay tanta particularidad en la vivencia que cada un@ tiene de la homosexualidad, la heterosexualidad, la lesbianidad o la bisexualidad, que habría de hablarse de homosexualidades, heterosexualidades, bisexualidades o lesbianidades. Igualmente no es políticamente correcto hablar de homosexualidades para hacer referencia a las lesbianidades.

Estas sexualidades deben ser tratadas de manera diferente y sus expresiones conllevan connotaciones de poder, de sexo, de género, y de vivir el placer, la genitalidad, la afectividad y la eroticidad de una manera diferente. Considero una agresión enmarcar a las mujeres que tienen relaciones con otras mujeres en la definición de homosexualidad, creo que las mujeres son tan particulares que hay que hablar de las lesbianidades, e incluso si hablamos de heterosexuales deberíamos hacerlo de heterosexualidades de mujeres y de hombres.
Orientaciones Sexuales

Considero que hay seis elementos que determinan la orientación sexual, cualquiera que esta sea, estos elementos son: la fantasía, el deseo, el erotismo, la afectividad, la genitalidad y la conciencia de sí. La mayoría de los modelos definen las diferentes orientaciones sexuales desde la genitalidad y la afectividad. Algunas de las teorías han avanzado a la conciencia de sí, y algunas otras teorías relativizan específicamente la orientación sexual homosexual y en algunos casos la lésbica a orígenes genéticos, psicológicos o de autodeterminación.

Las Orientaciones Sexuales Homosexual y lésbica[10]
La Fantasía

L@s seres human@s son fantaseantes, es decir, vivencian fantasías antes de definirse en una orientación sexual cualquiera que esta sea. La fantasía es una facultad de la mente que le permite reproducir en imágenes cosas inexistentes o idealizar las reales; generalmente no hacen referencia a una actividad genital, afectiva o erótica en particular, sino que se traducen en "situaciones" de las que la persona obtiene cierto grado de disfrute, como por ejemplo, pensarse volando en brazos de superman o supergirl. La fantasía es una primerísima aproximación a el/la sujeto-objeto de vinculación sin llegar a determinar la orientación sexual. La fantasía se transforma en deseo cuando implica a dich@ sujeto-objeto

El Deseo
En la elaboración mental un grado posterior de desarrollo es el deseo. El deseo se define como una tendencia de la voluntad a conocer o conseguir algo: al hacer referencia al deseo en el desarrollo de la sexualidad este implica entonces un(a) sujeto. El deseo no define una orientación sexual aun cuando si puede determinar una tendencia hacia el/la sujeto-objeto del mismo. El deseo implica no solo sujet@s sino además vinculaciones, ya sean estas afectivas, eróticas o genitales. En el caso del hombre que desea exclusivamente a otro hombre se puede afirmar que es homodeseante, y lesbicodeseante la mujer que desea exclusivamente a otra mujer. Cuando se es homodeseante o lésbicodeseante, no hay una transgresión del "deber ser" a menos que dicho deseo se haga explícito.

El deseo esta relacionado con la posibilidad del gusto, del placer, del disfrute que produce el imaginar, o sea, cuando estamos hablando de homodeseantes o lesbicodeseantes se hace referencia a sus imaginarios, no a hechos concretos. El deseo no es global ni excluyente. Algunos hombres considerados homosexuales o mujeres consideradas lesbianas experimentan deseos por personas de sexo diferente al suyo, esto no los define bisexuales. Cuando mucho bideseantes. Ser homodeseante hace parte de la mismidad, de la conciencia de sí, o de la inconsciencia de sí, porque no tod@s tienen claro que desean. Por tanto, el deseo es un paso en el autoreconocimiento de la orientación sexual, pero no la define.

El deseo puede ser voluntario o involuntario. Es evolutivo, es cada vez más complejo e integral. El deseo se puede descubrir en la interacción social y este "descubrirse" hace parte de la construcción de la conciencia de sí. Implica cierto grado de intersubjetividad, ya que en la medida en que yo me reconozco, reconozco al otro o a la otra, y en ese reconocerse la persona se identifica y construye, o se reconstruye e identifica. Antes de llegar al intercambio real en lo genital, lo afectivo o lo erótico la persona es deseante.

La posesión pudiera ser una necesidad que yo tengo de poseer al objeto deseado. Todos queremos posesionarnos y poseer. Posesionarse en el/la otr@ es estar en ell@s, y poseerlos es hacerl@s propiedad privada; tod@s en la construcción del deseo avanzan hacia el querer poseer. El deseo es algo permanentemente nuevo, vigente y cambiante. El hecho de que una persona se haya definido en su orientación sexual, no significa que se niegue el deseo. Seguirá siendo deseante por que el deseo es una posibilidad del imaginario, de la construcción mental.

Yo pienso que el deseo es un factor importante en la determinación la orientación sexual, por tanto no podemos hablar de que los animales tienen una orientación sexual; el deseo no es posible en el animal, como tampoco es posible lo erótico. En los animales es posible la cópula por tanto la genitalidad, pero la genitalidad no es lo que le da el sentido de ser human@s.

Lo erótico
Lo erótico ya tiene una connotación más particular que el deseo. Lo erótico es el deseo que no solamente es imaginado sino que puede ser practicado; implica un proceso que tiene relación directa con el disfrute o displacer que produce satisfacerlo, por que lo he hecho o por que lo quiero hacer. Usualmente lo erótico tiene más contenido que el deseo. Conlleva seres reales, a los que se les pone cuerpo, así este sea un cuerpo desconocido. Al deseo no siempre se le pone un cuerpo. Se desea ser acariciado por una mano de hombre, sin que necesariamente importe el hombre del que cuelga la mano, pero cuando la caricia es erótica ya lleva inmersos unos referentes, estos tienen que ver con los sentidos, o más concretamente con lo que se ha visto, oído, degustado, olfateado. Cuando dichos referentes se orientan hacia alquien de su mismo sexo, es decir, cuando el/la sujet@ de su eroticidad es vivenciada exclusivamente con alquien de su mismo sexo y dicha persona es un hombre podemos afirmar que es homoerótico, y si es una mujer que se asume exclusivamente con otras mujeres entonces, se es lesbicoerótica.

La Genitalidad
La genitalidad es otro componente fundamental de la orientación sexual. Al hacer referencia a la genitalidad se hace de la posibilidad del intercambio entre dos personas. Inicialmente el concepto de genitalidad -del latín genitalis; apto para la generación- hacía referencia a la posibilidad de la copula hombre-mujer. Sin embargo, la acepción actual abarca en su definición lo relativo a ella o a los órganos que la posibilitan y no implica necesariamente la penetración. Se puede entonces ser homogenital si la genitalidad se asume exclusivamente con otros hombres, o lesbicogenital si se asume exclusivamente con otras mujeres.

La Afectividad
Según la Real Academia Española de la lengua "… el amor hace alusión a la atracción de un sexo hacia otro". Hacer el amor, según la misma academia, hace referencia al acto sexual, es decir a la cópula; es un eufemismo de antigua utilización. Según Camilo José Cela …"El amor, tal y como es habitualmente considerado en nuestra cultura, constituye un hecho social e histórico del que no pueden obtenerse conclusiones generales e inamovibles. Posiblemente el amor no es sino la elaboración intelectiva del instinto sexual, ya que parece indudable que contiene un componente psíquico que no aparece en el puro instinto. En cualquier caso, instinto y conocimiento del amor figuran ya unidos en las culturas que han alcanzado un cierto grado de complejidad y que han añadido a los rituales y ceremonias en torno a la iniciación sexual y la procreación, variantes más numerosas y depuradas que las primitivas. El concepto de amor ha entrado recientemente a formar parte de la actividad del hombre, y aun así ese concepto -y sus manifestaciones individuales y sociales- ha experimentado muy considerables mutaciones. Múltiples teorías y formulaciones sobre el amor, carecen de concomitancia con la variante que aquí nos interesa, la sexualidad, y si tienen que ver algo con ella, quizá lo sea incluso a su pesar. Estas teorías, hasta fecha reciente, han disociado casi siempre el amor de la sexualidad o, al menos, han reducido su importancia, actitud que resulta ya indefendible, puesto que -según hoy se entiende- el amor parte siempre de un supuesto físico, aun cuando su presencia no sea biológicamente necesaria para la existencia del instinto".

Como el concepto de amor puede identificarse con contenidos sexistas prefiero hacer referencia al concepto de afectividad para hablar de la vinculación emocional entre dos personas, cualquiera que sea su sexo u orientación sexual. Afectividad es el conjunto de sentimientos y emociones de una persona. No conlleva una reciprocidad ni se fundamenta en la posibilidad del intercambio genital. Un hombre es homoafectivo cuando sus afectos se vivencia de manera exclusiva hacia otro hombre y una mujer es lesbicoafectiva cuando sus afectos se asumen de manera exclusiva hacia otra mujer.

Otro de los elementos fundamentales en la construcción de la orientación sexual es la conciencia de sí. Con ello quiero decir que si un hombre es homodeseante, homoafectivo, homogenital y homoerótico, pero no se piensa así mismo homosexual, esta en su derecho a autodeterminarse como le parezca, así los teóricos y especialistas pretendan "hacerle caer en cuenta de su error". Dicha posibilidad de la heterodeterminación de la orientación sexual le vulnera el derecho fundamental de la autodeterminación. Antes de pensarse y asumirse como un hombre homosexual o una mujer lesbiana, lo determinante para la identidad particular de orientación sexual no es como l@s otr@s piensen a la persona sino como cada un@ se determina a sí mism@. Este pensarse es fundamental para la identidad ya que es la propia persona quien se identica a si misma, así l@s otr@s lo piensen de una manera diferente.

Desde un concepto sexista se suele considerar que el homosexual es un hombre que se construye como un ser no masculino y la lesbiana como un ser no femenino. La masculinidad y la feminidad son conceptos de género y no están directamente relacionados con la orientación sexual. Ser un hombre con comportamientos considerados socialmente femeninos o una mujer con comportamientos considerados socialmente masculinos no implica se homosexual o lesbiana. El amaneramiento de género y la conducta transgénero no definen la orientación sexual, así socialmente se contemple que lo uno conlleva lo otro, y viceversa.

* Velandia Mora, Manuel Antonio: Sociólogo, Filósofo, Sexólogo. Vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Sexología. Docente Universitario. Fundador del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia. Premio Nacional de Investigación en Sexualidad.

Bibliografía
[1] La sexualidad: es la manifestación psicosocial del hombre y la mujer, que surge desde el momento mismo del nacimiento y acompaña al ser humano en todo su proceso evolutivo, hasta la muerte. La sexualidad no está referenciada exclusivamente a lo genital, ni siquiera al sexo, sino al(a) ser human@ como hecho global. Cada un@ de nosotr@s es un(a) ser sexuad@: tenemos un sexo (los genitales, son tan solo uno de los elementos determinados por las características del sexo) Somos sexuales: nos relacionarnos desde nuestra sexualidad y desde como nos asumimos a nosotr@s mism@s. Cada ser human@ es únic@ en su sexualidad y por tanto existen tantas posibilidades en la diversidad sexual como personas hay. Sin embargo, los teóricos de la sexualidad hemos determinado una serie de conceptos y sus respectivos contenidos tratando -de alguna manera- de crear un orden lógico y mental que nos permita comprender y dar explicaciones a la realidad.
[2] Intentar rotular a una persona con una clasificación sexual es una vulneración a los derechos fundamentales de las personas a las que se les apoya, asesora, aconseja, acompaña, trata, o les hace terapia
[3] En lo esencial hombres y mujeres son idéntic@s. Tod@s tenemos un cuerpo, una información genética básica. Se es afectado afectad@ por la cultura, la escuela, la familia, la iglesia y el estado, también por los procesos afectivos y de intercambio social, pero cada un@ los ha vivido de una manera diferente y particular: Se posee una propia y particular historia. No hay ninguna persona igual a otra (se tiene el derecho innato y constitucional a ser diferentes) por tanto se es únic@, y por consiguiente irrepetible. No se puede ser o esperar ser como el padre, la madre o el/la herman@, tampoco ell@s pueden esperar que la otra persona lo sea, y en ello se fundamenta el derecho a la autodeterminación. La violencia socio-sexual familiar se origina en la negación de la unicidad, de la diferencia y de la autodeterminación. Si se es únic@ e irrepetible, entonces también se evoluciona de manera diferente. La evolución como persona es integral e histórica. Nada de lo que se hace, se siente o experimenta aquí y ahora es posible sin una historia previa y un desarrollo particular.
[4] Género es un imaginario psicosocial y ecológico. Ecológico en el sentido de que lo que es aquí y ahora no es aquí y allá, por tanto la definición de género es espacio temporal.
[5] Hembra es un concepto que se utiliza desde la animalidad, y mujer es un concepto que se usa para las humanas.
[6] Si hablamos del caso de un hombre transgénero es hombre en su corporeidad y en su comportamiento, en sus actitudes, y sus prácticas es femenino, así l@s otr@s no lo vean femenino, ya que desde su carga particular lo ven masculino o feminizado. Lo más importante para un transgénero no es que los demás lo vean femenino, es que él se ve femenino, por eso, cuando ella habla sobre sí puede afirmar: yo soy una mujer.
Por ejemplo, nosotros trabajamos con una persona transgénero en un proyecto. Cuando alquien la oye hablar o la observa piensa en un hombre, pero "ella" afirma: yo soy una mujer heterosexual que tiene relaciones con hombres; ante dicha respuesta e/lal observador(a) despistad@ pudiera pensar que esas relaciones a las que hace referencia son homosexuales. Ella, además asevera: Yo sólo me puedo relacionar con un hombre que entienda que yo soy una mujer, que me trate como una mujer. Yo me relaciono con un hombre que se comporte como hombre, que se comporte masculino.
El transgénero tiene una aproximación hacia su cuerpo que no implica necesariamente un rechazo hacia sus genitales, pero si un rechazo a lo que "debería ser" su posición de género. Asume el vestido, todos lo amaneramientos y comportamientos de lo femenino y de define a sí como mujer. Cuando ella dice mujer está afirmándose en lo femenino, está introduciendo el concepto de género. No concibe que su relación con el otro hombre es homosexual, sino un relación heterosexual porque ese hombre se relaciona con la mujer, o más correctamente con la fémina que es ella. Ella viste permanentemente con el vestuario de lo que asume ser: una mujer, Ella no quiere tener senos ni construirse una vulva, no le interesa porque no tiene problemas con su cuerpo, no es un transexual, es transgénero.
[7] Se puede ser travestí siendo heterosexual, homosexual, o bisexual.
[8] En general son las mujeres más que los hombres -explicable por las estructuras de poder- quienes aportan las explicaciones, ya que estas no son necesarias para quienes ostentan el poder sino para quienes lo buscan. Entonces, las que lo buscan -en este caso determinado- han tratado de dar explicaciones al respecto, por ejemplo, sobre qué es una mujer; por eso hay más construcción teórica sobre la feminidad que sobre la masculinidad, y particularmente hay más carreta de la masculinidad en los homosexuales que en los heterosexuales, ya que la violencia social también ha logrado que al homosexual se le vulnere a partir de la idea de que no es hombre, o más correctamente, de que no es masculino
[9] Por ejemplo, yo he encontrado seres transgéneros en estratos supremamente populares que son los sujetos en los cuales gira el entorno de la afectividad; es tan importante su poder en lo afectivo, que los aceptan. He encontrado igualmente en estratos populares, peluqueros asumidos totalmente transgéneros, a quienes en su comunidad se les habla en femenino y se les denomina "señora". Todas las mujeres y los hombres que van a la peluquería y son sus clientes los piensan hombres, pero los tratan en femenino, probablemente porque de todas maneras son personaje que hacen parte del entorno y tienen importancia en él, o simplemente porque necesitan de sus servicios o de lo contrario deberían pagar más y deberían desplazarse a otro lugar, y es esa necesidad la que l@s lleva a aceptar.
[10] Este texto hace específicamente referencia de las homosexualidades y las lesbianidades, aun cuando el análisis es válido a cualquier orientación sexual.