lunes, 6 de agosto de 2007

El Manejo Ético de la Información sobre Sexualidad en la Televisión e Internet

Manuel Velandia Mora
27.7.99
Presentación en el "Primer Simposio Ética y Sexualidad" noviembre de 1998, Medellín. Organizado por la Sociedad Colombiana de Sexología. Publicado en Revista Latinoamericana de Sexología. Bogotá: Volumen 13, n.1, 2 y 3, p.93 - 102, 1998. Bajo el titulo "El manejo ético de la información sobre sexualidad en la televisión".

"... No es fácil ser un hombre libre. Se trata de un esfuerzo de todos los días, de una vigilancia sin descanso, de un testimonio cotidiano en el que el orgullo y la humillación tienen partes iguales..."
A. Camus


Algunas anotaciones respecto a la Historia de los Medios

En el siglo XVI aparecieron las primeras cartas manuscritas; entre ellas las “noticias” acerca de los eventos militares, políticos y económicos. Eran conocidas entre los hombres ricos, dueños de empresas comerciales a lo largo del continente europeo. De éllas se derivaron las “hojas noticiosas”, las cuales con el desarrollo de la imprenta tuvieron un gran auge. El primer periódico aparece en el siglo XVII, allí se abrieron por primera vez sus páginas a las personalidades intelectuales del continente. En el siglo XVIII es cuando la prensa diaria recibe su mayor impulso, gracias a conquistas políticas, como la abolición de la censura. El periodismo en el siglo XIX es considerado un paso a la carrera política. En 1850 particularmente en Inglaterra, la prensa adquiere un carácter comercial. L@s periodistas profesionales se diferencian de quienes escriben desde el periodismo político (Goldin y Elliot, 1979).

Con las prensas a vapor, la mecanización de la producción del papel, el público con capacidad de lectura, la reducción de costos de producción y un mercado en aumento, se aceleró el proceso. Los periódicos se convirtieron en un medio de publicidad y la fuente de ganancias cambió de ser la venta del ejemplar, hacia la venta de espacio en sus páginas. Ésto aumentó a su vez la circulación y el mayor interés de los anunciantes, con los que se posibilitó la prensa de circulación masiva. Según Cardona, Hector Fabio, “... La influencia del medio ya no se mide por su actitud política, sino por su capacidad de “atraer” la atención del público...”[1]. Surge así la gran contradicción del periodismo: La separación entre el “hecho” y la “opinión”, con su correspondiente expresión en las noticias, entre l@s periodistas y l@s columnistas.

Afirma Cardona: “... La televisión, que se inicia como una novedad técnica desarrollada principalmente por la gente de la industria de la radio y de las telecomunicaciones, se convierte en el medio más poderoso del siglo XX...”, siendo una amalgama de toda clase de géneros. La televisión es el medio audiovisual por excelencia, su fuerza no necesita ser comprobada, aún en las zonas marginales e incluso en sectores que se consideran lumpenizados proliferan los aparatos de TV, lo que demuestra que en los sectores en los que la pobreza es extrema no existe una conciencia nacional como tal, una versión critica de la realidad del país, ello no es posible por el shock cultural que la televisión conlleva, cuando en muchas oportunidades se logra captar con más facilidad los canales internacionales que los mismos nacionales; dicha situación también afecta a las élites. La televisión también logra actualizar permanentemente el modelo de sociedad, incluso propone conceptos sobre arte, ciencia y deporte, banalizándolos. Otro elemento claro de los efectos en l@s televidentes es su afán consumista, su futuro como consumidor(a) nat@, en el(-a) cual la validez como persona se fundamenta en la posibilidad de adquirir y demostrar.

La televisión no facilita además las condiciones para el desarrollo de un modelo sexual positivo, porque a diferencia de cualquier otro proceso político, económico o social ha logrado unir a la familia, no en el diálogo, sino en la negación de la palabra que conlleva estar sentad@s frente al aparato. No es posible, cuando el modelo de familia que propone la telecomedia marca los límites sociales; cuando la genitalidad es la alternativa para alcanzar éxito; cuando el humor se fundamenta en el doble sentido, la burla y discriminación de las minorías.

Las comunicaciones pasaron de los llamados medios masivos a los medios globales; a InterNet. Algun@s la definen como una extensión de nuestro propio mundo, el reflejo de nuestras vidas al otro lado de la pantalla del computador; un lugar virtual en el que podemos llevar a cabo muchas de las operaciones que habitualmente realizamos en los lugares reales y tangibles que nos rodean. Físicamente InterNet es en sí, una red informática, formada por millones de computadoras individuales que pueden comunicarse entre sí, transmitir y recibir textos, sonidos, imágenes; pero no hay que olvidar que frente a cada uno de los terminales de esa red, se encuentra una persona, un ser humano sexuado con toda su carga de emociones, vicios, virtudes y contradicciones. De ahí que InterNet sea una extensión, una parte más de nuestra vida. Aquello de lo que gustamos en nuestra realidad diaria, esos mismos gustos se reflejan en nuestra actividad en la red.

Los Agentes de la Comunicación: Medios, Comunicación y Especialistas

Internet

Medio de comunicación que no conoce limites, que sirve para lo que quieran que sirva las personas que lo utilizan; se ha utilizado para salvar vidas, hacer negocios, distribuir pornografía, ejercer la prostitución, hacer robos, turismo, consultar fuentes bibliográficas en los temas más diversos, incluso para conseguir pareja y hasta para tener "cyber-sexo". No entiende de distancias y el/la usuari@ en principio (exceptuando entre otros a hackers, especialistas en navegar ilegalmente en sistemas privados de alta seguridad), no se entera de donde provienen los datos que obtiene. Se puede comunicar con varias personas a la vez, personas que pueden estar en su misma oficina, edificio, o en cualquier lugar del mundo; por tanto, carece de una sede como tal, pues es una red en la que cada punto es igual a todos los demás. La comunicación se produce de igual a igual, excepto por los privilegios que da la tecnología que posee el/la usuari@. Se diferencia con los medios masivos de comunicación en que en éstos la información se puede filtrar y/o seleccionar; en InterNet se pueden dar tantas versiones sobre un mismo hecho, como personas las quieran dar y a la vez el(-a) usuari@ puede consultar tantas fuentes como desee hacerlo.

La comunicación electrónica no parece tener fronteras; desde nuestro propio computador y al estar convenientemente conectad@s con un proveedor de InterNet podemos enviar mensajes, recibirlos, intercambiar ideas y opiniones con personas que pueden estar en el escritorio siguiente o al otro lado del planeta, todo éllo en un tiempo récord y a bajo costo, generalmente el valor de una llamada local. La comunicación electrónica ha transformado al mundo y cada vez más, entra a formar parte de la vida de millones de personas.

El servicio más usado y probablemente el más importante en InterNet es el correo electrónico o "e-mail". Cada persona puede contar con una dirección electrónica, un buzón en el cual su proveedor almacena la información, hasta que el/la usuari@ decide recibirla y con un programa específico para poder realizar la acción. Otra de las posibilidades de comunicación son los IRC (Internet Relay Chat), servicio con el que se pueden tener conversaciones en pantalla en tiempo real; es decir, comunicarse a través del teclado con una o varias personas al mismo tiempo y en diversas partes del mundo. Quien monta una charla -abre un Chat- es quien en últimas decide quién puede entrar en su conversación. Incluso ya se puede ver la cara de l@s comunicadoræs en una especie de "teleconferencia" y se han dado grandes avances en la telefonía InterNet, con la que ya no es necesario escribir usando el teclado sino oír de viva voz por la red al(-a) interlocutor(-a) e igualmente a costos de telefonía local.

La WWW (World Wide Web) más conocida como Web es uno de los instrumentos más valiosos de InterNet; esta telaraña mundial ó red mundial que fue creada en 1989 funciona con los conocidos hipertextos; es decir, un sistema de lectura no-secuencial, que permite saltar de uno a otro documento a través de enlaces ó palabras claves. Cada enlace nos comunica con un nuevo documento que a su vez puede poseer otros enlaces y así sucesivamente continuar en la búsqueda. Éllo posibilita recorrer miles de documentos conectados entre sí por dichos enlaces. Cada documento web o página electrónica se puede utilizar para transmitir cualquier tipo de información, incluyendo texto, fotografías, imágenes en movimiento; avanzando así del concepto de hipertexto al de hipermedia. La WWW es pues, el conjunto de documentos hipertexto e hipermedia, sobre miles de temas diferentes, almacenados en computadoras de todo el mundo conectadas a Internet. Para ser localizada, cada página posee su propio y particular URL (Universal Resourse Locator); o sea, su dirección. Existen una serie de buscadores que son algo así como las páginas amarillas a las que se puede recurrir sí se desea obtener direcciones URL.

Hasta aquí la comunicación se basa en la vista y el oído; con la comunicación virtual se integra aún más la participación de los sentidos. Un casco nos muestra en tres dimensiones, una imagen generada por el propio computador, con la que podemos interactuar por medio de un "guante de datos". En el espacio virtual conservamos la vista, el oído y el tacto (se están diseñando programas que incluyan el olfato).

La Televisión

Quien en este medio comunica, propone al(-a) televidente no sólo la posibilidad de ser oíd@ sino, en especial, de ser vist@, creando así tres tipos de conceptos simultáneamente: Lo oído, lo visto y lo interpretado. El/la televidente generalmente no está en posibilidad de tener un posterior contacto con la señal emitida, a no ser que posea una videograbadora, pero aún así, no siempre graba toda la programación, sino sólo aquello que le interesa; así que a diferencia de la prensa escrita, donde puede recurrir una y otra vez a la fuente, su posibilidad está referenciada únicamente a aquello que captó en un momento especifico. La televisión es pues, una posibilidad de comunicación eminentemente dada para el aquí y el ahora; es decir, fundamentada en la señal y las condiciones propias y particulares del(-a) televidente. De ahí que la comunicación televisada esté permanentemente signada por dicha condición.

Desde la economía política, las industrias que producen cultura se pueden entender primordialmente en términos de las normas económicas que rigen el mercado. De ahí que el contenido de la información esté delimitado por el carácter comercial de las organizaciones de medios (Murdock y Goldin, 1977); tanto que Murdock afirma: “... el contenido de la información siempre coincide con las definiciones y posiciones de los que ejercen el poder...”; sin embargo, no se puede negar que algunos medios son críticos y permiten el debate. Esto se podría fundamentar en Habermas quien afirma: “...los medios están desconectados de otras agencias dominantes porque deben defender constantemente su propia legitimidad...”[2].

Hay que tener en cuenta que la participación del(-a) especialista -en cualquier tema y por supuesto en el tema de la sexualidad- en el contenido final de la información, adquiere un carácter diferente cuando l@s especialistas están implicad@s directamente en el medio, como socios económicos del mismo o participan de su staff como columnistas o colaboradoræs; desde esta situación generalmente poseen mucho más poder de decisión, para comunicar lo que éll@s consideran importante; más aún, cuando el medio o programa está orientado hacia dicho tema o una población específica, como es el caso de los medios orientados al target de los homosexuales.

La Televisión heredó la separación entre hechos (noticia) y comentarios (opinión); cada uno con sus reglas específicas y estructuras legales diferentes, y en muchos casos, tratados de manera opuesta dentro de una misma organización. Cuando es Noticia, es cubierta por periodistas con el apoyo de especialistas. Sí es un Tema de Opinión, cuando se hace público a través del medio, en su proceso de elaboración y presentación se dan tres posibilidades: 1. Es presentado directamente por quien lo desarrolló, que puede ser el/la periodista ó el/la especialista; 2. Es locutado por un(-a) presentador(-a), preparado por un(-a) periodista, apoyado o no, por el/la especialista; 3. Es dado a conocer por un(-a) presentador(-a) y elaborado directamente por el/la especialista. La televisión educativa tiene un formato diferente y en élla el papel del profesional especializado en la sexualidad es mucho más activo, directo y conectado con el producto final que llega a la audiencia.

La necesidad que tuvo la televisión de presentarse en sociedad, con una clase de nuevo lenguaje que se acomodara a su condición audiovisual, posibilitó que la estética visual fuera factor preponderante en el producto final que llega al(-a) televidente. La "TV" se ha continuado transformando precisamente por éllo, en un medio en el que la estética de lo visual ya no es un factor, sino el elemento ante el cual gira incluso el contenido; tanto así, que en muchas ocasiones prima lo visual sobre éste, situación en la que el/la profesional de la sexualidad que no es atractiv@ -que no cumple los cánones de la estética socializada- se ve casi imposibilitad@ para hacer presencia permanente en el medio, lo que parece justificar que se recurra a él(-la) únicamente como "la fuente especializada" que aparece en pantalla por pocos segundos o escasos minutos o se le invite a hacer parte del equipo científico "detrás" del programa, cuando no de la programadora o del canal, diluyendo aún más su papel como profesional.

Comunicación, Objetividad y Libertad de Expresión

Los temas pertinentes a la sexualidad son tema manido, permanente y recurrente en los programas de opinión e incluso de los noticieros; convirtiendo así el tema de la sexualidad en uno sensacionalista, que según Laing[3] son de gran atracción del público, por que explican la posibilidad de disfrutar indirectamente aquello que culturalmente está abiertamente prohibido; situación generada en nuestro medio en conceptos moralistas con contenido judeo-cristiano. La selección de contenidos está justificada no sólo en el poder, sino también en la cultura. Según Pearce (1973), ésta siempre trata de mantener su verdad clara y pura, y se rechazan las "anomalías"; por ejemplo, el homosexualismo está sujeto a la oposición, por no encajar dentro de los conceptos aceptados social y moralmente de la relación hombre-mujer (Schudson, 1989). Cardona afirma "... Muchos de los conceptos llamados culturales son parte, además, de la influencia ideológica dominante; sin embargo, estos operan en un nivel aún más profundo que la ideología..."; forman parte del "sentido común" y constituyen un sistema hegemónico denominado por Gans "paraideología".[4]

InterNet, el medio por excelencia en el postmodernismo, posibilita que la información llegue al(-a) especialista y a la población general sin ningún "filtro". Este bombardeo continuo y permanente de datos, logra que toda información propuesta a través de un medio, por un(-a) especialista en cualquier área y por supuesto en la de la sexualidad, se convierta en un hecho paraideológico; es decir, recupera para la elaboración de su discurso tanto de la cultura, como del sentido común. El contenido de dicha información significa además, una expresión persistente y constante de una "visión" particular del mundo, que está afectada también por la economía y la política de la sociedad en la cual está inmerso, igualmente por lo que sucede en la aldea global. No se puede dejar de afirmar que el contenido de la información en la televisión también es paraideológico.

Las fuentes, las opiniones y juicios de valor, sus mismas apreciaciones y propuestas teóricas, no son tan particulares como se quisiera creer, de ahí que la neutralidad y la objetividad no lo sean tanto. Lo que de fondo viene a cuestionar la llamada "libertad de expresión", que no vendría a ser sino únicamente, la libertad de expresar los contenidos que el(-a) profesional, a su bien, tenga escoger, para reforzar aquello que es de su agrado comunicar, ya sea en InterNet o por la Televisión.

En la Televisión, dichos contenidos pueden ser escogidos por el/la profesional de la sexualidad y en algunos casos por el/la propietari@ del medio e incluso influenciados por los mismos anunciantes.

El artículo 20 de nuestra Carta Magna dice: "... Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura..." (no resaltado en el original). Cabe destacar que según el fallo T-259 de la Sala Quinta de Revisión[5], la libertad de expresión "... Tiene, como límites ineludibles, los derechos de los demás, el bien común, y la intangibilidad del orden jurídico...". En el tema de la sexualidad, en la realidad, la comunicación del(-a) especialista en esta área choca permanentemente con los derechos de las personas a su intimidad, buen nombre y honra, ya que en ocasiones el/la usuari@ de sus servicios siente que ante algunas apreciaciones se está haciendo referencia explícita a su caso en particular, situación que en muchas oportunidades, incluso es la apreciación de varias personas con respecto a una alocución en especial.

Vale entonces preguntarse, cuál es la responsabilidad moral y jurídica del(-a) especialista en sexualidad. Según la Periodista y Abogada Herrán, María Teresa: "...Tanto desde el punto de vista ético como jurídico, el término responsabilidad es quizás uno de los más esenciales y complejos, porque no sólo implica una reflexión individual, sino una relación con los demás. En la medida en que alguien es responsable, se le puede pedir cuentas de sus actos y reparación sí estos actos afectan a terceros..." El concepto de responsabilidad tiene una connotación eminentemente particular, de ahí que depende directamente de la persona la decisión de actuar y como hacerlo es esas condiciones. La responsabilidad implica necesariamente partir del hecho de que toda comunicación es autónoma, pero que no por éllo en algún caso podrían ser vulnerados los derechos particulares. Toda responsabilidad implica entonces, una ética profesional particular. Pero la ética tiene un substrato social, de lo que se desprende que toda comunicación tiene a su vez una responsabilidad social, tal como lo plantea la Constitución Política de Colombia.

Para el/la usuari@ de InterNet en Colombia dicha responsabilidad parece estar diluida, sin embargo, el Departamento Administrativo de Seguridad DAS, recientemente puso en funcionamiento la Unidad de Delitos Electrónicos e Informáticos, dicha Unidad, actúa de manera coordinada con el FBI, tanto desde el punto de vista de inteligencia como de tecnología. Incluso, se realizan esfuerzos en el caso de acoso sexual a menores de edad, a pesar de ello, las denuncias que son parte fundamental para los procesos de investigación, aún no son muy frecuentes. Uno de los delitos más frecuentes y que afecta tanto a menores como a adultos es el realizado con una técnica llamada morphing que consiste en bajar fotografías que aparecen en las páginas personales o familiares en InterNet, y manipularlas para que aparezcan en imágenes de contenido sexualmente explícito, para luego ser distribuidas en la red. En algunos países se discute penalizar la posesión de fotografías o secuencias de video en las que participan menores de edad en actividades sexualmente explícitas o, simplemente, hacer contacto con menores de edad e inducirlos a actividades sexuales, sostener con menores conversaciones con contenido sexual, e incluso, el hecho de enviar material obsceno.

Dado que el(-a) usuari@ de la comunicación tiene a su vez el derecho a ser informad@ veráz e imparcialmente, la comunicación implica un proceso permanente de doble vía, situación que en el caso de un medio masivo, es difícil de concretar. Por tanto, quien comunica está en la obligación de plantearse permanentemente acerca de cómo en su comunicación se respetan o vulneran los derechos del(-a) usuari@.

Cuando quien comunica depende, para la elaboración de los contenidos, de la política del medio en el cual trabaja, ha aceptado de antemano que su responsabilidad está disminuida, pero no por ello, su comunicación pierde la fuerza que lo obliga a cumplirla. No se puede olvidar que la política con la que se orienta el medio, no puede en ningún caso negar su responsabilidad social. Al respecto la Corte constitucional en la sentencia T-512, cuyo ponente fue el magistrado José Gregorio Hernández se pronunció así: "...No por el hecho de hallarse rodeados de las garantías que para el desarrollo de su papel ha consagrado el Constituyente, pueden erigirse (los medios de comunicación) en entes omnímodos, del todo substraídos al ordenamiento positivo y a la deducción de consecuencias jurídicas por los perjuicios que puedan ocasionar a la sociedad, al orden público o a la persona individual o colectivamente separadas, por causa o por ocasión de sus actividades...". Frente a InterNet, en Colombia no existen políticas explícitas sobre los contenidos de la información producida y distribuida en el país.

Principios Éticos para el Manejo de la Información en la Televisión

Estos principios se fundamentan en lo expresado por el autor en el texto "Una Ética Universal para el Manejo Profesional de la Sexualidad, Derechos de Humanos y Humanas: Derechos Sexuales", y están relativizados al tema de la información en la televisión.

Toda actividad en un medio masivo de comunicación, en este caso la televisión, realizada por un(a) profesional de la sexualidad se debe fundamentar éticamente en la imperante necesidad de establecer relaciones de equidad entre hombres y mujeres, es decir desde la perspectiva de género, entendiendo que ésta no es un planteamiento de uso exclusivo para los programas de la mujer. De ello se desprende que toda alocución o escrito debe estar fundamentado en la igualdad de hombres y mujeres.

Toda actividad realizada por un(a) profesional de la sexualidad debe tener como fundamento ético de su interactuar el respeto por La IdentidadPparticular, es decir, el reconocimiento de su identidad de sexo, su identidad de orientación sexual, su identidad de género y, además, de su rol de género; así mismo, reconocer y tener permanentemente en cuenta el contexto social en que está inmersa la persona. El o la profesional de la sexualidad no deberá en ningún caso influenciar la toma de decisiones por parte del(-a) televidente hacia una orientación sexual en particular. No tod@s l@s televidentes o usuari@s de InterNet se identifican con una orientación sexual en particular, igualmente no todos los hombres se conciben masculinos o de género masculino, ni todas las mujeres, como femeninas o de género femenino, cada hombre cada mujer asume para sí una identidad de género, un rol de género, que son eminentemente particulares, así posean un referente social.

Es deber del(-a) profesional de la sexualidad proveer al(a) televidente información adecuada, científicamente fundada, actualizada, políticamente correcta, utilizando un lenguaje acorde con la semántica del cuerpo, la salud y la sexualidad propias de su idiosincrasia de ést@s. Quien comunica debe tener en cuenta el segmento de población al que comunica, de ahí que sea importante dirigirse a dicho segmento (generalmente etáreo) y en el caso de la televisión regional, utilizando la semántica propia del lugar, situación que se hace diferente en la televisión nacional, en la que el lenguaje debe ser lo más generalista posible.

Toda actividad de un(a) profesional de la sexualidad debe demarcar éticamente los límites de la competencia. Cada profesional debe comunicar exclusivamente dentro de su ámbito de dominio intelectual, capacidad profesional y área de experiencia laboral. Conocer los límites de sus acciones profesionales, analizando, descubriendo y teniendo siempre presentes los riesgos de su interacción sobre el o la usuari@- de sus servicios, ya sean estos de índole emocional, en sus procesos afectivos, en su vida sexual e incluso en su economía y forma de producción. En caso de que estos se presenten, el o la profesional debe tener acceso a una red de servicios a la cual l@ derive.

Los conflictos o situaciones emocionales del(-a) profesional no deben interferir en la calidad de la información provista, y en el caso de que ello pueda ocurrir u ocurra deberá renunciar a proveer sus servicios; sí dichos conflictos surgen durante el proceso, es su deber tener la grabación y derivarlo a otr@ profesional. Dicha posibilidad deberá contemplarse de antemano.

Deberá evitar todo tipo de actividad comercial, laboral, social o económica que desvirtúe su imagen al hacerse partícipe comercial de la imagen de un producto, o porque su imagen se vea comprometida a causa de ello. sus juicios y comentarios deberán ser explicitados de tal forma, que se tenga claro cuándo es el autor, cita una fuente, es el resultado de una investigación, es un supuesto o simplemente en una idea no construida científicamente, con sus usuari@s, sí estas situaciones llegaran a presentarse deberá renunciar a la prestación de servicios, igualmente, sí estos vínculos estaban establecidos previamente. Así mismo, deberá evitar que su alocución sea entendida como una relación de carácter personal con los productores del programa, los financiadores, el o la presentador(a), l@s periodistas o alguien del público o de los televidentes. Deberá evitar cualquier tipo de presión que le facilite obtener algún tipo de prebenda o beneficios, por la mención de determinado producto o servicio en particular, igualmente el o la profesional de la sexualidad no deberá en ningún caso influenciar la toma de decisiones hacia un producto en particular.

En caso de ser invitado junto con otras personas no profesionales deberá abstenerse de tomar partido por un o una invitad@ en caso de que sus apreciaciones se puedan ver involucradas con problemas relacionados con el tema motivo de conversación.

El o la profesional de la sexualidad no deberá en ningún caso influenciar la toma de decisiones por parte del(-a) televidente hacia un(-a) determinad@ objeto-sujeto de su deseo, erotismo, afectividad o genitalidad; inducir hacia el ejercicio de cualquier tipo de práctica erótica o genital, o prohibirlo; Durante su alocución no deberá proveer un trato discriminado a personas por razón de su orientación sexual o sus preferencias afectivas, eróticas o genitales; provocar por medio de ella excitación sexual ni inducirla; como tampoco, motivar la exploración de los genitales, y no debe en ningún caso inducir a la procreación o negar dicha posibilidad, como tampoco al aborto o a la adopción. Así mismo, deberá asumir que el(-a) televidente tiene derecho a formar cualquier tipo de familia que considere válida para sí mism@, y abstenerse de influenciar o restringir la creación de cualquier tipo de familia.

Cuando es responsable de un programa, deberá velar por los contenidos de los textos y programas, como también, de la visión, misión, principios de acción, objetivos y tareas del mismo; que se cumplan los pre-requisitos para quienes hacen las veces de invitad@s y garantizar el nivel académico de ést@s; asegurarse de que cualquier difusión que se haga al respecto no se aleje de los planteamientos contemplados. Así mismo, que l@s participantes entiendan la significancia individual, grupal y social de participar en el programa.

Tod@ profesional de la sexualidad que trabaje en la televisión como presentador(a), periodista, investigador(a) o especialista, está en el deber de mantener en reserva la información que el(-a) usuari@ de su consulta particular, l@s invitad@s al programa, o l@s televidentes le proporcionen, por tanto, es imprescindible proteger su Privacidad, Intimidad, Buen Nombre e Imagen, como también su integridad, para ello es necesario:

Con respecto al registro y difusión de información: Evitar en las fichas, historias clínicas e informes orales o escritos para eventos científicos, docencia o publicaciones, consignar la información que pudiera hacer que el(-a) usuari@ de su consulta, l@s invitad@s al programa, o l@s televidentes sean identificad@s por otras personas, por tanto, tan solo debe consignar lo estrictamente necesario; Deberá evitar que toda información anotada en una base de datos pueda ser accesada por persona diferente a él o ella mism@ y preservar la identidad de la persona con la utilización de un código de identificación y ser protegida por un código de ingreso; todo registro debe estar resguardado de tal manera que se preserve la confidencialidad y el secreto profesional. Cuando para su almacenamiento se utilicen procesos electrónicos, automatizados, manuales o por cualquier medio, deberá velarse porque en ningún momento se posibilite el acceso, la impresión, la transferencia, el borrado, de la totalidad o de partes de los mismos.

La voz en cinta magnetofónica, la imagen en foto fija o en movimiento, de la totalidad o de parte del cuerpo de una persona, son parte de su intimidad, status y buen nombre, y no pueden ser copiadas, difundidas o publicadas sin su previo consentimiento debidamente informado y con su manifestación escrita y jurídicamente resguardada de la aceptación que de ello se hace. En caso de un proceso judicial únicamente podrá proveer información privada sobre un caso cuando esto es solicitado por un juez siguiendo los conductos y normas judiciales regulares, aún así, elementos concernientes a la intimidad que no sean necesarios para la resolución judicial del caso en cuestión deberán mantenerse en reserva; durante y con posterioridad a la emisión del programa.

Con respecto a la integridad de l@s invitad@s al programa o de l@s televidentes, el profesional de la sexualidad deberá, a toda costa, preservar la integridad de su usuari@ en lo Corporal: lo Físico, Psicológico o Mental y lo Social.

Principios Éticos para el Manejo de la Información en Internet

Toda información publicada en InterNet, por un(a) profesional de la sexualidad deberá estar rotulada de tal manera que se informe el tipo de contenido que posee, su carácter, a quien va dirigida y cuál es el sentido de su publicación. Igualmente, se debe advertir sobre los efectos que se pueden obtener de su lectura, consulta u observación.

Se debe advertir sobre la vulnerabilidad de los menores al estar expuestos a InterNet, y del tipo de información que en ella se puede obtener. En el momento ya se cuenta con resultados de estudios sobre los cambios de conductas observados en l@s menores víctimas de abuso sexual en InterNet.

En las búsquedas de información especializada en el área de la sexualidad, es bastante frecuente encontrarse con chats ("salas" de conversación), páginas con imágenes de sexo explícito, cuando estas vulneren a l@s usuari@s, dicha información debe ser denunciada, a la autoridad competente, para su respectiva investigación.

Propuestas de Solución a un Manejo Ético

Para encontrar las alternativas necesariamente habría que dar respuesta a la pregunta ¿cómo definir entonces la responsabilidad ética del(-a) especialista en sexualidad, frente a sus alocuciones en un medio masivo de comunicación? En la búsqueda de respuestas me he basado en el modelo propuesto por María Teresa Herrán en su artículo Periodismo y Responsabilidad Social para definir la responsabilidad del(a) periodista en el ejercicio de su profesión. Aun cuando la referencia no es directa, el proceso sí se acerca al análisis que habría que hacer para desarrollar los principios éticos de cualquier profesión, sobre todo cuando el tema en cuestión tiene una relación directa con la actividad de l@s comunicadoræs.

Para llegar a dichos principios éticos sería necesario:
  1. Desarrollar legislación al respecto. En el momento, es posible encontrar algunos fallos de tutela que aportan con respecto a la ética en el manejo de la información, su análisis podría facilitar el camino hacia la comprensión de la responsabilidad particular y social del especialista en sexualidad. Ello implicaría, además,
  2. Un Trabajo Previo de Análisis sobre las diferencias profesionales de las diversas especialidades directa e indirectamente implicadas con la sexualidad. Ya que tanto un@s como otr@s son permanentemente sujetos de comunicación en los medios masivos. Ello conduciría además a
  3. Crear las condiciones para un Proceso de Autorregulación Colectiva. Eventos como el III Seminario Nacional sobre Ética, Sexualidad y Derechos Reproductivos[6], recientemente realizado en Medellín y este Primer Simposio Nacional sobre Ética y Sexualidad[7] posibilitan el acercamiento a dicha autorregulación. Esta discusión necesariamente estaría fundamentada en la práctica y experiencia que al respecto poseen quienes tienen un acceso directo permanente o constante a los medios masivos de comunicación. Una aproximación a dicha discusión y profundización sería, por ejemplo, la realización de actividades como la llevada a cabo en este panel en que ahora nos encontramos.[8]
  4. Una actividad sería la Creación de una Comisión de Etica. Esta comisión facilitaría y fortalecería el autocontrol gremial conformado por especialistas en sexualidad, con reconocida trayectoria en los temas de los derechos humanos y los aspectos éticos y jurídicos; sin embargo, la actividad más importante para el desarrollo ético de las profesiones relacionadas con la sexualidad sería el Autocontrol ejercido por cada persona con respecto a lo que comunica y cómo lo comunica. Este autocontrol implica una reflexión personal del papel social y particular en y del desarrollo de la sexualidad.

    Faltarían aquí tres elementos importantes a tener en cuenta:
A). Analizar qué papel juegan l@s usuari@s de los servicios de l@s especialistas en sexualidad y como crear las condiciones para que hagan valer sus derechos;
B). Crear los mecanismos para la difusión de los planteamientos a los que hemos llegado, para así recibir la retroalimentación de quienes no participaron de las discusiones y consideran que sus aportes son fundamentales para el desarrollo concreto y democrático de una propuesta de la ética en el manejo de la sexualidad;
c). Es necesario, además, que esta discusión se plantee al interior de las instituciones que preparan teóricamente a l@s especialistas en sexualidad en nuestro país y sea difundida en las mismas.

Bibliografía:
AVILA ROLDAN, Myriam. Tutela y medios de comunicación. Revista Su Defensor. Año 2, Nº 18, Defensoría del Pueblo, Colombia, enero de 1995;
CARDONA, Héctor Fabio. Ya no hay noticia en la noticia. Instituto para el desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán, Ed. UNAL, Colombia 1994;
HERRAN, María Teresa. Periodismo y responsabilidad social. Revista Su Defensor. Año 2, Nº 18, Defensoría del Pueblo, Colombia, enero de 1995;
Revista Muy Especial: La explosión de Internet. Nº 28 invierno de 1997, España;
ZALAZAR PALACIO, Hernando. El Desafío del equilibrio. Revista Su Defensor. Año 2, Nº 18, Defensoría del Pueblo, Colombia, enero de 1995.
[1] Cardona, Héctor Fabio. Ya no hay noticia en la noticia. Instituto para el desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán, Ed. UNAL, Colombia 1994.
[2] Mencionado por Cardona. op. cit.
[3] op. cit.
[4] op. cit.
[5] Junio de 1994
[6] Organizado por CERFAMI y realizado el 13 y 14 de agosto de 1998.
[7] Organizado por la Sociedad Colombiana de Sexología y llevado a cabo del 2 al 5 de septiembre de 1998. El día dos de septiembre se realizó una reunión previa de Expertos en Sexualidad, en el marco del mismo evento.
[8] Panel Propuesta ética para el abordaje de la sexualidad en los medios masivos de comunicación.

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