Ventana Gay,
Septiembre de 1981
Propuesta educativa que usa estrategias extraídas del arte y la comunicación alternativa como proceso didáctico para crear performances como estrategia para proveer información y espacios de reflexión, desarrollo político y profundización del conocimiento sobre la homosexualidad y la situación legal de homosexuales y lesbianas en Colombia.
Tal vez uno de los problemas más preocupantes con los que nos encontramos en el GELG (Grupo de encuentro por la liberación de los güeis, Bogotá), posteriormente en el MLHC (Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia)* y finalmente en el Proyecto de la Revista Ventana gay es que son muy pocos los homosexuales quienes llegan a nuestras acciones educativas directas, así que es necesario plantearnos otras estrategias, partiendo del aprendizaje que ya tenemos sobre la necesidad de participación de los grupos destinatarios para hacer más efectiva la educación.
Saliéndonos del enfoque tradicional de la educación, proponemos centrarnos en un modelo de comunicación alternativa que recupere las bondades de lo participativo, en el que los asistentes desempeñen la doble función de emisores y receptores, con lo que se busca desarrollar en las personas en la calle (ciudadanos de los que no conocemos su orientación sexual) y especialmente en los bares (de quienes sospechamos que en su alta mayoría son homosexuales o lesbianas) su potencialidad como sujetos con la capacidad para pensar y decidir acerca de sus derechos, al motivar en ellos(as) la discusión en grupos naturales.
El punto de partida de nuestra puesta en común por medio de los performances logrará en los asistentes a los bares y los transmutes, como espectadores ocasionales, un proceso de discusión que se centra en su visión del mundo como sujetos políticamente sexuados o sexualmente politizados, tomando en cuenta sus necesidades en cuanto sujetos vulneradores o a los que se les ha vulnerado su derecho a la libre expresión de sus afectos y al ejercicio pleno de su sexualidad.
Todo ello con el fin de motivar la toma de decisiones a partir del conocimiento que obtendrán con relación a los cambios en la norma legal en lo pertinente a la homosexualidad contemplada hasta el momento, como delito.
Común-unicar es hacer de uno lo que tiene el otro, en consecuencia toda comunicación es a su vez un compartir significados. No se comparte como un espectador inmóvil e inamovible sino se comparte desde la acción, ya sea esta una respuesta violenta, un acto de complacencia, un signo de aprobación, un guiño de complicidad; en tal sentido, participar es compartir con el otro acciones, explicaciones y emociones.
La educación es entonces el lugar en el que se construye la red de experiencias, conocimientos y sentimientos. La educación no es posible sin la comunicación, y la comunicación se construye en la red de conversaciones, en la red de los performances cotidianos, en la red de la expresión de los sentidos (tanto de la expresión de sentimientos como de la posibilidad de entender o dar razón, en cuanto discierne las cosas y está en posibilidad de hacer la recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se producen a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, o la situación de su propio cuerpo por medio de ellos) y del compartir conocimientos por medio de discursos verbales (narrativas), no verbales (gestos, movimientos) y de facto (el hecho mismo, en contraste con el dicho o con lo pensado).
Para nosotros, en el comité de educación en Ventana Gay es evidente que la comunicación y la educación, aun cuando independientes, están estrechamente ligadas en cuanto que como seres humanos tenemos la necesidad de comunicarse-nos y aprender.
Nuestra experiencia en Heliogábalos nos ha demostrado igualmente, que algunos mensajes entregados oportunamente y con un contenido crítico sobre nuestra cotidianidad transforman la comunicación (en este caso por medio del arte) dado que pueden romper las barreras impuestas por los modelos tradicionales de comunicar y hacer arte, en una acción a la que denominamos “común-unicar-arte”.
Los performances han sido un descubrimiento en nuestro esfuerzo por hacer del “común-unic-arte” una experiencia que nos permite no solo reconocer-nos sino que además en dicho proceso conocemos sobre nosotros mismos y los demás, al mismo tiempo que aprendemos sobre el arte y nuestras propias posibilidades como comunicadores y artistas.
El modelo de “común-unicar-arte” implica dos fases en la estrategia comunicativa: en primera instancia la posibilidad de oír un mensaje y/o la visión del mismo y, posteriormente, la reflexión y discusión.
En este taller educativo trabajaremos el tema afectividad en público, centrándonos en tres expresiones:
- Dos hombres tomados de la mano y caminando por las calles de la ciudad;
- Besarse en un espacio público; y,
- Bailar como pareja conformada por dos personas del mismo sexo en un lugar donde tradicionalmente no estaba permitido hacerlo.
Los objetivos de actuar los performances ante estos públicos son: hacer del arte una experiencia comunicativa que posibilite la reflexión sobre la legislación, los derechos y la sexualidad; lograr que los asistentes vivan por sí mismos la posibilidad comunicativa haciéndose partícipes de la construcción de las obra a partir de sus propias experiencias, emociones y conocimientos; proveer a los participantes información sobre los cambios en la norma, utilizables en la construcción de sí mismo como sujeto de derechos y que además puede ser utilizada para sensibilizar-se como sujeto de una norma que ni siquiera conoce que existe pero que igualmente le afecta; autorizarse a vivir a partir de las posibilidades encontradas en el cambio del Código penal colombiano.
El resultado en los espectadores será eminentemente particular. Cada observador-participante tomara para sí a partir de su sensibilidad, su propia historia y del acercamiento o alejamiento que tiene con los temas tratados. Se movilizan actitudes y reflexiones con respecto a actitudes, comportamientos y prácticas.
Tomarse de la mano con una persona del mismo sexo, besarse en un espacio publica con otro homosexual, bailar con alguien que también es homosexual son además de procesos comunicativos educativos, actos políticos por cuanto desestabilizan al sistema social, transforman la norma cultural y nos expones públicamente como sujetos autodeterminados en su sexualidad, en su cuerpo y en las expresiones afectivo corporales propias de un sujeto homosexual.
El MLHC surge como creación de Velandia y León Zuleta, a partir del la idea de del MHC Movimiento Homosexual colombiano, organización ficticia creada por este último, quien informó a los medios de su “existencia” y de la participación de 10.000 miembros.
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