sábado, 22 de marzo de 2008

Investigación cualitativa, observación y grupos focales

Manuel Velandia Mora
Instrucciones, Convenciones y Coordenadas.
Proyecto Fondo Mundial en Colombia
Bogotá, 2005


“La Tierra no parecía la Tierra.
Nos hemos acostumbrado a verla
bajo la imagen encadenada
de un monstruo conquistado, pero
allí... allí podía vérsela como algo monstruoso y libre.
Era algo no terrenal, y los hombres eran...
No, no se podía decir que inhumanos.
Era algo peor, sabéis,
esa sospecha (...) de su humanidad,
igual que la de uno, la idea del remoto
parentesco...”.
El corazón de las tinieblas

Joseph Conrad

“... de manera contraria a lo que tantas veces se ha dicho, creemos que en Colombia hace falta narrar, entender y colectivizar los conflictos violentos que han maleado nuestra vida personal y colectiva”.
Mujeres de fuego
Alonso Salazar

Una pregunta que siempre nos hacemos es cómo transformar los hechos en programas efectivos para la comunidad. Generalmente se considera que las cifras ayudan a conocer la realidad que se investiga, y esto es así, pero a menudo para lograr la transformación se requiere obtener algunos elementos que complementen los datos estadísticos. La experiencia humana no siempre es cuantificable, en especial cuando ésta se relaciona con las emociones; de ahí que para conocer la realidad sea necesario saber la forma cómo las personas la interpretan y cómo sus interpretaciones determinan las decisiones que toman para su existencia.

Un investigador define qué quiere conocer pero son las personas entrevistadas quienes deciden el contenido con el que responden a dichos interrogantes. Cada persona tiene una manera única y particular de responder a una situación, pero las situaciones que las personas experimentan tienen elementos similares y en consecuencia, a pesar de la particularidad de las respuestas, encontramos en ellas ciertos elementos comunes que nos posibilitan aproximarnos a un conocimiento de la realidad comunitaria.

No siempre las personas responden o desean hacerlo; por este motivo, es conveniente observar, describir y explicar aquello que ellas hacen, para obtener un complemento a lo que nos dicen.

La investigación cualitativa es colaborativa ya que hace posible la participación de la comunidad involucrada en el conocimiento de la realidad que se pretende explicar. Dicho de otra manera, en este tipo de investigación las personas no sólo son proveedoras de datos sino que además nos apoyan con su visión particular del mundo, ya que cuando se investiga cualitativamente se requiere triangular la información para poder concluir que lo obtenido es correcto. Esto se hace desde el mismo momento en que se diseña, por ejemplo se le pide a las personas que evalúen las preguntas para poder concluir que son entendibles pero además que las respuestas nos aproximan a lo que queremos conocer. Una vez se obtienen los resultados estos se presentan a los/las participantes y a sus comunidades para que los comenten y los examinen.

En la investigación cualitativa no siempre la pregunta de investigación surge de los investigadores, en muchos casos la propia comunidad se da cuenta de sus necesidades y se apoya en equipos de investigación para que les ayuden a obtener sus propias respuestas.

En el Proyecto del Fondo Global en Colombia se privilegia la participación de los y las adolescentes y jóvenes, de las comunidades en las que están inmersos y de las organizaciones que en ellas trabajan, por consiguiente, ninguna alianza que ejecute el proyecto podrá negarse a que estos y aquellas participen y apoyen en el conocimiento de las unidades bases de acción, en las necesidades de los/las adolescentes y los/las jóvenes en situación de desplazamiento y en oportunidades de acción que se requieren para dar respuesta efectiva. A continuación profundizaremos sobre algunos elementos de investigación con el fin de proveer herramientas con cuyo uso se logrará un mejor conocimiento de la realidad y se buscará mejorar las posibilidades de acercamiento a la misma.

Concepto de etnografía

Para Goetz y Lecompte (1988) la etnografía es una descripción o reconstrucción analítica de escenarios y grupos culturales intactos. Según Woods (1987), trata de las creencias, valores, perspectivas, motivaciones y el modo en que todo eso se desarrolla o cambia de una situación a otra con el tiempo. El término de investigación etnográfica, según Schwartz y Jacobs (1984), se refiere a las investigaciones conocidas como etnografía, investigación cualitativa, estudio de casos, investigación de campo e investigación antropológica. La investigación etnográfica, según Torres (1988), se utiliza en la actualidad en un sentido muy amplio, como término definitorio tanto de las etnografías, como de la llamada investigación cualitativa, de estudio de casos, de la investigación de campo, de la investigación antropológica, etcétera.

Todos los autores coinciden en enmarcar la etnografía dentro de los métodos cualitativos de investigación.

La etnografía presta una especial atención en:
· Descubrir lo que acontece en la vida de cada día;
· Recoger datos significativos de forma descriptiva de lo que en la comunidad y las personas sucede;
· Estudiar lo que allí ocurre, las distintas interacciones, actividades, valores, ideologías y expectativas de los participantes;
· Interpretarlo;
· Comprenderlo.

La investigación etnográfica aporta un enfoque más amplio, rico y completo de los problemas, pues hace alusión al contexto en que se producen los hechos. En este tipo de investigación el/la etnógrafo(a) o investigador(a) aporta su visión particular del mundo a la interpretación que pretende hacer de la realidad que está investigando.

1. La investigación

Se considera que, frente a una misma realidad, cada individuo observa, analiza y comprende los objetos y a las otras personas de forma singular (Velandia, 2003). Es decir, que cuando los miembros de los equipos de investigación, de planeación de estrategias o de intervención confluyen en un mismo momento y en una misma situación, ésta es entendida y vivenciada por cada quien de una manera particular. Pese a que todos están inmersos en la misma realidad, cada uno hace su versión influenciado(a) por su experiencia particular de vida, su formación profesional, su experiencia de campo, y sus relaciones grupales, entre otros múltiples sesgos que interfieren en el análisis. Por consiguiente, la conjunción de las “realidades” de los miembros del equipo –multiverso– logra hacer una comprensión más global y aproximada de la realidad investigada.

Veamos un ejemplo gráfico: tenemos una pirámide que esta siendo vista por tres observadores “A”, “B” y “C”. Cada observador ve un lado de la pirámide. “A” la ve de un tono e imagina que la pirámide tiene sus tres lados del mismo tono; “B” la ve de otro tono e igualmente imagina que la pirámide tiene sus tres lados de ese mismo tono. “C” ve un tercer lado e imagina de la misma manera, pero un tercer tono. Si “A”, “B” o “C” se desplazara hacia uno de los vértices de la base podría darse cuenta que la pirámide tiene como mínimo dos colores y puede intuir que el tercer lado es: del mismo tono de uno de los dos que está visualizando o de un tercer color. Si los observadores pudieran comunicarse entre sí entonces su visión de la realidad “pirámide” sería diferente y su apreciación sería más global. Si uno de los observadores es daltónico y no conoce ese sesgo en la observación, siempre verá el color observado como si fuera de otro color, pero si el conoce su sesgo y lo advierte entonces se puede hacer la corrección necesaria y la observación será más cercana a la realidad.

Siguiendo la misma lógica, al realizar cortes de la realidad en el espacio tiempo, lo que los observadores ven es un plano y no el continuo de la realidad. Si la realidad representa un ciclo y tan sólo ven un corte, no lograrán observar el movimiento o cambios espacio-temporales, entonces podrán pensar que la realidad no es cíclica, dinámica y evolutiva sino inmóvil.
En las tres ilustraciones que se presentan a continuación vemos una gráfica que ilustra la realidad. En el primero, la observamos desde un plano superior bidimensional en el que no logramos observar claramente que en su interior se suceden diferentes ciclos.
Al observar la realidad desde un ángulo diferente podemos entender que un ciclo está a continuación del otro, como se observa en el segundo gráfico ubicado abajo a la izquierda, en el que podemos mirar la espiral desde un lado con un efecto de tridimensionalidad.

Sin embargo, cuando no se es consciente de los momentos de un ciclo o de los diferentes ciclos, la realidad se ve fragmentada, como se puede observar en el tercer gráfico que está al lado de este texto.

1.1 El sujeto que investiga

Quien investiga tiene su propia visión de la realidad y de sí mismo, y está dispuesto a crear un objeto de investigación; tiene una intención al plantear la realidad que desea investigar, al investigarla y al relacionarse con quienes la investigan y vivencian.

Todo aquello que investigamos está afectado por nuestra realidad, lo que concebimos como nuestro futuro, lo que conocemos y vivenciamos. Lo que investigamos nos afecta a todos y a cada uno de manera particular.

¿En dónde se ubica entonces el investigador o investigadora? Generalmente se plantea que el/la investigador(a) es un sujeto ajeno a la realidad que investiga, es objetivo, neutral y desapasionado.

Desde el paradigma que nos ocupa, el/la observador(a) se ubica, toma una posición en la observación de dicha realidad, no pretende mantenerse fuera. Sin embargo, si el/la investigador(a) no puede controlar su posición y su subjetividad, no producirá investigaciones sino informes de sus preferencias.

A su vez, el observador es observado por otros observadores que lo conciben como uno de los elementos que participan de la realidad observada.

1.2 Los temas de las investigaciones

¿Qué se desea investigar? ¿Cuál sería el tema o realidad que podemos investigar? Los temas de estudio responden a preguntas que no han sido aún planteadas y que merecen respuesta. Igualmente, puede considerarse una pregunta de investigación a aquella que ha sido respondida en un operacional diferente –grupo poblacional, tiempo, lugar–; en igual sentido puede serlo la pregunta cuya respuesta no nos satisface o la que se respondió desde y con un paradigma con el cual se posibilita ver el problema desde un lado diferente a la óptica que posee quien ahora se pregunta.

Uno de los problemas en la investigación es que quienes se hacen las preguntas, parten para su respuesta de criterios eminentemente particulares o de experiencias previas aparentemente exitosas. Con poca fundamentación, y de forma sospechosamente unilateral, deciden sobre cómo intervenir, cuál sería la mejor estrategia para informar, qué medios utilizar, qué tipo de materiales emplear, e inclusive sobre aspectos que igualmente determinarán el éxito o fracaso de una estrategia de intervención.

Las acciones que se desean orientar a la población sujeto/objeto se deben plantear desde una estructura horizontal, en la que se tengan en cuenta sus necesidades e intereses. De la misma manera, para el diseño y elaboración de los materiales de investigación e intervención, se debe tener como base las experiencias, saberes y estéticas de las poblaciones sujeto/objeto, para garantizar la coherencia y la pertenencia de estos productos y procesos.

2. La observación

Con la orientación anterior sobre la investigación etnográfica y sobre el rol de los/las investigadores(as), se explicará en qué consiste la observación como técnica de investigación cualitativa.

Para De Ketele (1984) la observación "es un proceso que requiere atención voluntaria e inteligencia, orientado por un objetivo terminal y organizador, y dirigido hacia un objeto con el fin de obtener información".

La observación puede transformarse en una poderosa técnica de investigación social en la medida en que esté:
· Orientada a un objetivo de investigación formulado previamente.
· Planificada sistemáticamente en fases, aspectos, lugares y personas.
· Controlada y relacionada con proposiciones generales en vez de ser presentada como una serie de curiosidades interesantes.
· Sometida a comprobaciones de fiabilidad y validez.

La observación proporciona al/la investigador(a) la materia de trabajo que será objeto después de tratamiento definitivo, mediante la clasificación, tabulación, análisis y explicación.

2.1 Métodos de observación

Ø Observación estructurada. Impone una serie de limitantes al o la observadora, con el propósito de incrementar su precisión y objetividad, y a fin de obtener una representación adecuada del fenómeno de interés. La recolección de datos suele realizar con base en una “lista de control”, herramientas diseñadas para registrar la ocurrencia o frecuencia de comportamientos o eventos y sus características y las “escalas de clasificación” mediante las que el/la observador(a) califica los fenómenos con base en una escala de clasificación en una serie de dimensiones.

Ø Observación externa o no participante. Es aquella en la que el/la observador(a) no pertenece al grupo que se estudia. Existen dos tipos de observación no participante:
· Directa. Comprende todas las formas de investigación sobre el terreno, en contacto inmediato con la realidad, y se fundamenta en la entrevista y el cuestionario.

· Indirecta. Se basa en datos estadísticos –censos– y fuentes documentales –archivos, prensa–, si bien el investigador no participa en la obtención de estos. En una participación pasiva, el/la observador(a) interactúa lo menos posible, consiguiendo una mayor objetividad.

Ø Observación no estructurada. Emplea el procedimiento de la “observación participante”.

Ø Observación interna o participante. Según Woods (1987), la observación participante es un medio para llegar profundamente a la comprensión y explicación de la realidad. El/la investigador(a) "participa" de la situación que requiere observar, es decir, penetra en la experiencia de los otros, dentro de un grupo o institución.

En una participación activa el/la observador(a) maximiza su intervención al integrar su rol con los demás y adentrarse en las tareas cotidianas que los individuos desarrollan. De esta forma conoce más de cerca las expectativas de la gente, sus actitudes y conductas ante determinados estímulos, las situaciones que los llevan a actuar de un modo u otro y la manera de resolver los problemas familiares o de la comunidad.

La observación es un instrumento para producir descripciones. “La observación le ofrece al/la investigador(a) social una manera distintiva de recolectar datos. No se apoya en lo que la gente dice que ellas o ellos hacen, o lo que ellas o ellos dicen que piensan. Es más directa que eso; obtiene la información sobre la evidencia directa ante el ojo que es testigo de los eventos de primera mano. Está basada en la premisa de que, para ciertos propósitos es mejor observar lo que está sucediendo en la realidad.” (Descombe, 2003).

3. Modalidades del registro de información

· No estructurada: Instrumento propio de la observación-interpretativa. En ella el/la observador(a) es el principal instrumento de trabajo, para su ejercicio carece de categorías a priori y por tanto no puede ser cuantificada.
· Estructurada: El objeto de estudio es producto del proceso de observación. Requiere por lo menos de dos observadores por cada observación, lo ideal es contar con tres personas para llevarla a cabo.

3.1 Elementos para realizar una observación estructurada

Una escala de observación contempla los siguientes aspectos:
Ø Concreción del tema objeto de estudio. Toda observación se realiza al interior de un proyecto; corresponde a una tarea específica y busca conocer algo en particular.
Ø Delimitación precisa del problema a estudiar. De este paso se desprende una guía de observación que guiará los pasos de los/las observadores(as).
Ø Definición de objetivos. Definir qué pretendo alcanzar con la observación.
Ø Definición del planteamiento. Debo tener claro desde dónde pretendo observar; es decir, teóricamente desde qué paradigmas estoy observando.
Ø Definición de la observación. Cómo realizaré la observación; encuadrar el lugar realizando un mapa o plano del lugar de observación en el que se ubique el lugar en que se pondrá cada uno de los observadores; determinando tiempo –fecha y hora a seguir– y situación –constancia, variabilidad y simple complejidad de la misma–. También se definirá cómo se anotará la información –registro de los comportamientos observados según la modalidad del registro de información–.
Ø Definición sobre cómo se realizará el análisis –requiere definir los elementos a observar y las categorías en las que se ubicará lo que se ha observado–.
Ø Informe final. En él se debe:
· Analizar los datos, en función del objetivo de la investigación, en busca de la posible existencia de patrones de conducta, análisis de tendencias, etcétera.
· Averiguar las posibilidades de generalización.
· Valorar e interpretar los resultados de acuerdo con el objetivo propuesto.
· Realizar una valoración metodológica.
· Sugerir nuevas investigaciones o campos de trabajo a partir de los resultados del estudio.

Se recomienda que:
· Se planifiquen los pasos y fases necesarias para llevar a cabo la observación, especificando los puntos a tener en cuenta y presentar posibles alternativas de planteamiento.
· Se elaboren diferentes tipos de registro a utilizar en el periodo de la recolección de datos.
· El/la observador(a) registre inmediatamente lo que ha observado y no lo confíe a la memoria.
· La grabadora no sustituya el registro manual.
· Se sea fiel a la textualidad del lenguaje, respetando los modismos propios de los discursos, cuando se hace necesario anotar frases textuales.
· Las/los observadores(as) sean los mismos que realicen las notas ampliadas –comentarios que se escriben en el documento de registro de la observación con posterioridad a la conclusión del tiempo estipulado para ella–.
· Las notas ampliadas sean anotadas antes de las 24 horas siguientes a la observación.

Para el registro de observación, las notas se tomarán de la siguiente manera:
· Comentarios subjetivos se escriben entre paréntesis. Por ejemplo: –la persona parecía estar pensando–.
· Descripciones objetivas se escriben entre barras. Por ejemplo: /hay cuatro mujeres sentadas en el banco M1, M2, M3 y M4/.

4. Metodología de grupos focales o de grupos de discusión

Esta metodología fue originalmente desarrollada por científicos sociales para recolectar datos sobre opiniones, percepciones, conocimiento e intereses de pequeños grupos de individuos acerca de un asunto particular. Involucra preguntar y escuchar dentro del escenario del pequeño grupo, permite a los participantes describir sus experiencias en sus propias palabras. (Glitz, 1998).

Para Delgado y Gutiérrez (1999), el grupo de discusión es una técnica de investigación social que trabaja con el habla. En ella, lo que se dice se asume como punto crítico en el que lo social se reproduce y cambia, como el objeto, en suma, de las ciencias sociales. En toda habla se articula el orden social y la subjetividad. El grupo opera en el terreno del consenso, por cuanto el sentido está dado en la convergencia de los individuos particulares en una topología imaginaria de carácter colectivo. El grupo constituye un dispositivo que permite la re-construcción del sentido social en el seno de una situación –grupal– discursiva.

En el grupo, la conformación de este es provocada por el investigador en la conversación. Cada interlocutor –prescriptor– no es considerado como una entidad, sino como parte del proceso –en la medida en que en el transcurso de la conversación sus partes cambian en la medida en que se moviliza el grupo y las ideas– y todo lo que puede haber de singular no interesa a la investigación, lo que se busca es por el contrario trazar la topología de ese campo de convergencia imaginario.

La conversación es dirigida por el/la observador(a), porque él construye el marco de discusión –el tema– y controla el desarrollo, debido al lugar que ocupa en el grupo y la acción que sobre él ejerce.

Para mayor claridad, quizá sea útil la presentación del grupo de discusión como un recorrido –simulando el que se sigue de hecho en una investigación–, desde su diseño y, aún antes, desde la demanda del cliente, hasta el momento del análisis.

4.1 La técnica del grupo de discusión

En los grupos de discusión participan exclusivamente expertos(as) o técnicos de los temas a tratar. Se considera experto(a), no necesariamente a un(a) profesional de un área específica del conocimiento, sino a cualquier persona cuya experiencia laboral o de vida le permite ser crítico frente a un tema concreto con el cual tiene una relación directa. Su capacidad de contextualizar en escenarios diferentes a su quehacer cotidiano, en consecuencia, le posibilita opinar con propiedad sobre dicho tema.

Toda investigación sociológica, depende como ya lo habíamos dicho de una pregunta. Por lo tanto, hay que partir de una pregunta inicial, la cual se convierte desde ese mismo momento en una dirección de búsqueda –de un vestigio–, y que ayude a ordenar un primer espacio para la mirada y la escucha. Es pertinente reorientar las búsquedas en la medida en que el investigador va capturando información y sentido.

A continuación, se presenta el recorrido del grupo de discusión:

4.1.1 El diseño
Depende de ese primer marco que hemos elaborado a partir de una demanda. Es el momento más arbitrario de la investigación, en el sentido de que precisa del arbitrio de la formación y la experiencia del investigador. El diseño habrá de abarcar los siguientes puntos:

- Número total de grupos “muestra”.
- Variables o atributos que definirán a los participantes en cada uno de ellos.
- Dispersión geográfica de los grupos.

La "muestra" que aquí nos ocupa, no responde a criterios estadísticos, sino estructurales; habitualmente, se emplean variables sociodemográficas –sexo, edad, estatus y población–, conjugadas con atributos pertinentes para el estudio de que en cada caso se trate –que consuman tal o cual producto, o que no lo consuman; que pertenezcan a tal o cual ideología, etcétera.–, y luego nos dedicamos a cruzarlos para configurar cada grupo, probablemente no consigamos sino multiplicar exponencialmente el número de los necesarios.

Partimos pues de las variables –lo visible– para reconstruir la estructura que las sostiene. Aquellas sólo cobran sentido en el interior de ésta: expresan posiciones diferentes –de edad, de sexo, de clase o grupo social, etc.–, que convergen estructuralmente, pues cada grupo ha de re-producir un discurso social y, por ende, común.

Todo grupo individualmente considerado, ha de combinar mínimos de heterogeneidad y de homogeneidad. Mínimos de homogeneidad para mantener la simetría de la relación de los componentes del grupo. Mínimo de heterogeneidad, para asegurar la diferencia necesaria en todo proceso de habla. El límite de la heterogeneidad lo constituyen las relaciones sociales de exclusión –la barra que separa a los agentes sociales–.

4.1.2 El número de actuantes

Depende de lo homogéneo o heterogéneo que queramos su diseño. El número de actuantes por clase, no obedece a ninguna lógica distributiva, sino que se basa en la pertinencia del número para que ese subconjunto de miembros pueda hablar desde su posición de tal subconjunto.

Un grupo ha de estar constituido necesariamente por más de dos miembros (Ibáñez, 1979); dos no constituyen grupo, sino una relación especular. En tres actuantes tendríamos un grupo embrionario: las diferencias entre dos miembros se articulan sobre el tercero; pero exige que ninguno de los participantes se inhiba o quede excluido. Más de nueve dificulta la participación real de la totalidad del grupo.

La experiencia del investigador juega también aquí un papel importante: para la determinación del número de miembros hay que contar con la relación entre el tema y los actuantes. Un investigador experimentado sabe que, si el tema es de carácter público –tomemos de nuevo el ejemplo de un estudio sobre la situación política–, un grupo de jóvenes obreros –que se perciben a sí mismos como despojados del saber– ofrecerá una dinámica lenta y costosa, obligando al prescriptor a intervenir en exceso. El caso contrario lo tendríamos, por ejemplo, en un grupo de profesionales que hubiera de abordar el mismo tema. Este hipotético(a) investigador(a) preferirá, entonces, contar con un grupo de jóvenes obreros de tamaño superior al de un grupo de profesionales. El primero podría aproximarse al límite superior; el segundo al inferior.

4.1.3 Fase de campo

Realizado el diseño, se entra en la fase de campo, que en la investigación con grupos responde básicamente a los aspectos "logísticos" y a la captación o selección de los individuos participantes.

La captación o convocatoria de los grupos, suele ser competencia de personal profesionalizado. Se sugiere que los participantes no se conozcan entre sí –para evitar la preexistencia de producción del texto–, por lo que lo ideal es utilizar las redes sociales reales –amigos, vecinos, parientes, entre otros–, diversificándolas.

Entre el/la investigador(a) y los participantes en los grupos hay una relación de contraprestación. Los segundos producen un texto que es objeto para el investigador. A cambio suelen recibir una prestación económica.

Todo espacio físico es, inmediatamente, significante. Podría hacerse, así, una semiología del espacio. Los grupos de discusión suelen realizarse en las salas de las empresas de investigación; en salas privadas existentes al efecto y que se alquilan por horas o días a los investigadores; o en hoteles.

Cada espacio produce efectos sobre el desenvolvimiento del grupo, por lo que es necesario borrar en aquel toda marca que pueda operar como marco, consciente inconsciente, del grupo. Los tres tipos señalados más arriba ofrecen un marco neutro –son espacios no marcados– en el contexto de la investigación social o de consumo habitual.

Dentro del local, en la sala en que se va a celebrar la reunión, la disposición del espacio y de sus componentes –mesas y sillas, fundamentalmente– posee también un valor significante.

Por ejemplo, la existencia misma de una mesa potencia el grupo de trabajo –la dimensión de trabajo del grupo de discusión–, e inhibe el grupo básico –digamos, simplificando la dimensión placentera vinculada al acto de "consumir" la relación grupal misma–.

El texto producido por los grupos de discusión es registrado en cinta magnetofónica o en video. Esto permite la trascripción de los componentes lingüísticos –se pierden los prosódicos–, del registro magnético. Cuando se realiza una grabación de audio se hace necesario elaborar una planilla que junto con un orden de toma de palabra permite seguir en la trascripción dicho orden. (Ver ejemplo de la guía de anotación a continuación).

El vídeo registra también los componentes secundarios kinésico –el cuerpo como medio de comunicación– y proxémico –relación con el espacio físico–. En determinadas ocasiones, permiten reconstruir el sentido de algunas locuciones que, de otro modo, permanecería oscuro.
El registro cumple dos funciones: por un lado, recoge el texto en toda su extensión y literalidad, de modo que el análisis pueda operar sobre este material bruto, sin ningún filtro intermedio. Por otro lado, viene a objetivar la dimensión de trabajo del grupo –el texto se produce como objeto para otro–.

La duración de un grupo de discusión es siempre un efecto de puntuación del prescriptor. Este inaugura el tiempo del grupo al exponer el tema del que quiere que se hable. El grupo muere –acaba su tiempo–, cuando el prescriptor decide que han sido suficientemente cubiertos los temas para cuya discusión había sido constituido.
Este tiempo es variable. Depende de la dinámica particular de cada grupo y del tema a tratar, lo que equivale a decir que depende del tipo de estudio y del grado de "cristalización" del discurso.

4.1.4 La dinámica del grupo de discusión
La intervención inicial. Los/las participantes tendrán a su debido tiempo el uso de la palabra, pero ésta se halla sujeta –preescrita– al prescriptor, que se la concede, que enuncia el encuadre técnico, el marco temático, y que opera sobre su producción a lo largo de la reunión.

Hay, por tanto, varios momentos lógicos en el proceso inicial de constitución del grupo, pero todos ellos se dan de una vez y como un todo en la intervención inicial del prescriptor. Una intervención inicial tipo, podría ser algo como lo que sigue:

Buenas tardes. Antes de comenzar quería agradecerles su asistencia. Les hemos convocado para hablar del consumo de alcohol; estamos llevando a cabo una investigación sociológica sobre este tema, y para ello estamos realizando diversas reuniones como ésta, en las que se trata de que ustedes discutan sobre el tema, como en una mesa redonda, abordándolo inicialmente desde la perspectiva que les parezca más relevante u oportuna. Después iremos concretando los diversos aspectos que vayan apareciendo espontáneamente y otros de interés para el estudio. Como comprenderán, para esta investigación es de capital importancia que sometan a discusión aquí sus opiniones, y que comenten todo cuanto se les ocurra sobre este tema del alcohol.

En esta intervención inicial, tenemos ya todos los componentes mencionados:

Inicialmente el tema se ha enunciado de modo muy general.
Obsérvese que el prescriptor de este hipotético estudio habla de "tema", término que repite varias veces, no porque su léxico carezca de los sinónimos adecuados, sino para evitar introducir la idea explícita o implícita de "problema". Será el discurso quien decida si el tema es o no un problema.

Luego, el encuadre técnico investigativo se ha realizado de un modo conciso, pero suficiente. La técnica es de la incumbencia del técnico y no se ha de implicar al grupo en exceso en sus razones y procedimientos.

El encuadre[1] es importante para “calmar inquietudes” de los/las participantes:
Ø Porque verbaliza y hace explícitas las preguntas que los participantes se hacen sobre la situación.
Ø Sale al paso de algunas posibles “prevenciones” que los participantes no se atreven a manifestar.
Ø En definitiva tiende, mediante información objetiva, a evitar “ruidos” en la participación de los componentes del grupo. Les ayuda a situar al técnico y a situarse con respecto a él.

Deben tenerse en cuenta los siguientes contenidos para el encuadre:
Ø El/la investigador(a) se presenta.
Ø Explica qué es lo que se va a hacer: cuál es su objetivo y su función.
Ø Explica cómo se va a hacer
Ø Qué espera de los participantes
Ø Cuáles son las reglas de participación
Ø Explica la función de los magnetófonos, micrófonos, cámaras de vídeo, etc. Si hay observadores en la sala los presenta como tales.
Ø Señala la duración que va a tener el grupo.

El tono cómo se dice es importante, porque marca el estilo de relación con el que el/la investigador(a) quiere trabajar.

Finalmente, hay un tercer aspecto fundamental: la evidencia de la contraprestación con el grupo, que comienza con el agradecimiento por la asistencia, y se retoma más adelante al hacerles ver la importancia de sus opiniones para el buen curso de la investigación.

Cuando el prescriptor –facilitador del grupo de discusión– concede valor a la palabra del grupo, se coloca del lado de la escucha de una palabra que se convertirá en saber en el análisis. Por grande que sea el conocimiento previo que el investigador posea sobre un tema determinado, no sabe. Y no sabe porque de lo que ha de saber es del texto que allí habrá de producirse. Y si no se ha producido, aún no sabe.

En este sentido, el prescriptor no puede querer situarse por encima del grupo y ocupar el lugar del saber, teorizando en exceso sobre la técnica o sobre el material lingüístico que el grupo vaya produciendo –por ejemplo, interpretando constantemente–.

4.1.5 La convergencia en la estructura del sentido
A partir de ese momento inicial, el grupo tendrá que configurarse en la palabra, esto es, haciendo converger cada uno de los decires individuales en el sentido social. Esto, naturalmente, no se produce sin algún titubeo. Esta dinámica puede describirse aproximadamente de la manera siguiente:

Al prescriptor se le pide que dirija la conversación, que formule preguntas o que imponga un turno si nadie se atreve a tomar la palabra3. Pero aquel rehusa la dirección formal y explícita de la discusión –mantiene, como es obvio, su posición asimétrica: negándose a aquello, reafirmará su dirección sobre el recorrido por el que el grupo transite–. De este modo, el grupo queda instituido como espacio de habla. El grupo debe converger en el grupo.

Este suele ser el momento que más teme el prescriptor novato, que se angustia porque teme al silencio que suele seguir. Para romper la angustia habrá de tomar la palabra.

Si quien toma la palabra se dirige al prescriptor, en busca de aprobación, éste no corresponderá a la demanda. Para el investigador no existe lo verdadero, ni lo falso en el texto que el grupo produce. Supongamos una respuesta primera que, después, pide verificación sobre su pertinencia –"¿es de esto de lo que quiere que hablemos?"–, el prescriptor no lo verificará, sino que devolverá la pregunta al grupo, para que sea este el que juzgue sobre su pertinencia estructural.

A partir de este momento, cada miembro del grupo girará hacia el centro. Las hablas individuales tomarán como centro al propio grupo. Las diversas opiniones se verificarán y recuperarán en ese espacio. El grupo comienza a caminar al cerrarse sobre sí mismo.

4.1.6 ¿De qué modo intervine el prescriptor durante la sesión?
En primer lugar, ha de continuar operando como motor del grupo. Esto implica que ha de fomentar las relaciones simétricas, la igualdad de los miembros.

En segundo lugar, interviene como testigo del encuadre, no permitiendo que las hablas vaguen por caminos ajenos a él. Esto permite re-situar al grupo en la dimensión de trabajo –errar es propio del componente básico del grupo–, lo que ha de hacerse, sin dejar de valorar su palabra.

Por último, interviene en los nudos del discurso. Bien requiriendo que se completen determinados argumentos, bien, señalando aquellas contradicciones en el texto que el grupo no aborde espontáneamente.

Todas estas intervenciones tienen también su regla formal. Deben hacerse mediante enunciados que no hagan presente la subjetividad del investigador, que en el grupo ha de ser antes que un sujeto –que posee su propio deseo, sus opiniones, sus creencias, etcétera–, una función.

Bibliografía

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Velandia Mora, Manuel Antonio, Módulo de metodología de la investigación, Universidad Cooperativa de Colombia, Especialización en Docencia Universitaria modalidad virtual, Bogotá, 2003.

Woods, P., La escuela por dentro: la etnografía en la investigación educativa, Paidós/mec, Barcelona, 1987.

http://www.tecnicasdegrupo.com/articulos/que_observar_1.asp

[1] http://www.tecnicasdegrupo.com/articulos/que_observar_1.asp
3 Delgado, Juan Manuel y Gutiérrez, Juan, Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales, Editorial Síntesis, Madrid, 1999.

1 comentario:

Luis Daniel Velandia G dijo...

buenas noches, mis felicitaciones, tome algunos puntos de esta publicacion para realizar un trabajo de mi universidad, sobre la obsservacion de campo.
mi nombre es daniel velandia..
maracaibo, venezuela.