Manuel Velandia Mora
05.06
Bogota 9:25 PM, locación casa de la actriz
“Recuerdo que desde pequeño iba al colegio con ropa de mujer, nunca mentí sobre mi sexualidad, soy una persona de muchas matices que ahora vive experiencias y quiero aprender a ganar o perder.”
¿Quién es Endry? sus movimientos espontáneos se mantienen, sonríe. “es la pregunta más difícil que me han hecho en todo este tiempo, yo creo” retomando su sonrisa y buscando una respuesta con su mirada cansada por sus interminables horas en el canal.
Responde: “Endry Cardeño es una persona con muchas matices; descifrar mi personalidad es un poco complicado porque yo manejo las energías de acuerdo a las situaciones”, así comienza nuestro personaje, Endry Cardeño, un ser humano del que pocos conocen su nombre, si no el de su bien famoso personaje en la telenovela de RCN “Los Reyes” que logró romper esquemas sexuales en nuestro país.
En esta primera edición Endry abre su mundo para la Revista GHETTO, habla sin tapujos, sin censura, sobre su vida, sus gustos y como le gusta llamarle: sus matices.
Estamos en el apartamento de Endry, ubicado en la zona Nororiental de Bogotá, sobre una de las más importantes vías de la ciudad. Desde su ventan se divisa la noche bastante oscura, fría y lluviosa. Acaba de terminar un ensayo con su grupo de baile y previamente ha tenido una sesión de grabación de once horas; algo sudorosa, cansada pero muy amable, cordial y dispuesta, mientras reordena su sala, damos inicio a la conversación y a lo que sería igualmente una sesión de fotografías de mas de cuatro horas de ires, venires, maquillaje, cambios de vestuario y uno que otro cafecito instantáneo para hacer mas agradable la velada.
¿Quién es Endry Cardeño?
Es la pregunta más difícil que me han hecho, en todo este tiempo, yo creo (Ríe), la más difícil de contestar. Endry Cardeño es una persona con muchos matices. Descifrar mi personalidad es un poco complicado, yo manejo las energías de acuerdo a las situaciones, entonces puedo ser desde la persona mas simpática hasta una muy introvertida. Dentro de mi soledad, en mi apartamento, duro días enteros encerrada, a veces descubriéndome… creo que si me tengo que describir puedo decir que soy una persona con 30 años de edad, que ha vivido plenamente lo que ha vivido, que no ha terminado de descubrirse y está experimentado sus sentimientos, sus expectativas ante la vida y con las situaciones que se le están presentando y con la gente que está a su alrededor… soy una persona que seguirá experimentando muchísimo tiempo.
¿Experimentando, sería la palabra que la define?
Experimento para crecer. Tengo que vivir muchas experiencias porque todavía no he podido definir lo que soy. Tengo una escala de valores en la que algunos han ido subiendo, otros bajando y algunos se han mantenido firmes. Lo más importante es la responsabilidad que tengo con mi mamá, ella es lo más claro, firme y sólido que tengo en la vida. Ella me lleva cada día de mi vida a ser mucho más responsable con respecto a ella y a mi misma. Yo quiero seguir viviendo cosas, seguir cometiendo errores, logrando muchos aciertos y creo que eso es lo que hace que mi vida sea especial… para mí sería un poco nostálgico llegar a un punto en el que logre la estabilidad, así la vida ya no sería interesante para mi.
¿Cuál de sus dos vidas prefiere, la pública o la privada?
Las dos, la pública he tratado de manejarla no solo en mi provecho sino en el de toda la comunidad que de una manera indirecta yo represento, digo de una manera indirecta porque mi responsabilidad en este momento no es representar a los homosexuales o a las travestis. Mi responsabilidad actual es realizar un trabajo que me fue asignado, pero por lo que yo represento mucha gente está esperando de mi palabra, de mi acción, de mi comportamiento y de mi apoyo. Estoy tratando de retribuir todas estas cosas bonitas que me ha dado la vida siendo muy responsable. ¡Mi vida es muy linda!
¿Por qué se convierte en este momento mi vida privada en un valor muy importante con respecto a mi vida pública?
Porque sé y entiendo que no puedo despegar los pies de la tierra, porque sé que si no tengo firmeza en la vida pública, que no es tan benévola como se deja ver, tan llena del colorido de las fotos, de las notas de prensa, de los apuntes de las revistas, de las mismas flores, la admiración y de todo ese interés que la gente tiene con respecto a uno, mi vida privada se puede ir convirtiendo en sombras, en recuerdos…
Entonces, ¿A qué le teme?
Yo le temo a perder mi identidad. He contado con la fortuna y le doy gracias a Dios porque el trabajo que estoy haciendo ha sido muy bien recibido por la gente; los televidentes ha identificado a Laiza y la han acogido con todo el cariño y todo el amor, pero eso me ha perjudicado a mi un poco, porque la identidad de Endry Cardeño se está perdiendo. Se me hace un poco irresponsable que cuando los medios de comunicación quieren hacer una nota con respecto a mí prefieran dar el nombre del personaje a dar mí nombre. Pareciera que hay un conflicto, que en realidad están aceptando al personaje pero al mismo tiempo que la condición de la persona que lo representa está siendo irrespetada, porque si no me respetan a mí como actriz o como actor… es más, les doy la opción que me llamen en masculino o como les de la gana, porque no importa si me dicen actriz o actor, eso no me interesa pero sí, que se me respete a mi y al trabajo que estoy desempeñando. En esta vida todo son oportunidades, situaciones, y uno tiene que aprovecharlo todo… Laiza es una herramienta que hoy en día estoy utilizando para que el día que ella desaparezca ya se me reconozca a mí y a mi trabajo.
¿Cómo es ese salto público de ser un hombre en masculino y pasar a ser una transvesti?
Es un proceso evolutivo en el que nunca hay una brecha, algo que pueda identificar como el punto de partida o un punto de shock que transformara mi vida. El proceso de las travestis, y me atrevo a hablar en general, el de las travestis que somos de corazón, cuerpo, alma, cerebro, sentimientos, todo… es que sentimos, como yo lo siento, que nacimos para ser travestis. Es un proceso que se va llevando paulatinamente; tan inconciente, muchas veces, o tan natural otras, que uno no llega a vivir ese hecho como un enfrentamiento con la sociedad. Además, si lo realizamos desde una edad muy joven como yo que lo hice desde los 17 años, la edad de la irreverencia, entonces somos claros en que lo más importante es ser, es vivir. Es como cuando los chicos empiezan a tener sus novias, salir a bailar, empezar a fumarse un cigarrillo, ellos lo hacen así se piense que eso es malo; muchos no quieren llegar a casa sabiendo que tienen que llegar a las 10 de la noche y hacen su vida a su manera, tomando cualquier tipo de riesgo… creo que en mi caso igual ha sucedido con mi transformación, he corrido riesgos para ser feliz.
¿Qué fue lo primero que cambio en su aspecto?
Yo empecé primero, creo, con la pestañita. No me acuerdo muy bien, uno empieza teniendo cambios muy sutiles, se empieza con la pestañina y después con un poquito de polvo, que no se vea, entonces después te miras al espejo y te ves muy pálida y comienzas con el rubor, un poco más de pestañina, te quitas tres pelos de la ceja y luego quieres quitarte otros tres… a la semana ves que eso ya no sirvió, entonces arrancas otros tres; por eso te digo que es algo que, por lo menos como yo lo viví es un cambio lento, sutil. En realidad, a mi alrededor no había una travesti que me sirviera como punto de referencia, por eso creo que, quizá, si algún día algún chico de diez y seis años que comienza a ver mi mundo, de repente le parece fabuloso transformarse de un día para otro, hacerlo representa un cambio que puede ser mucho más brusco… no es fácil llegar de un día para otro y volarse la ceja completa… yo no tuve un punto de referencia, fue algo que fué como saliendo muy dentro de mí.
¿Qué dice su mamá cuando ve esa ceja que ahora tiene un arco que no es el que su niño tenía?
Ella no alcanzó a decir nada porque desde mi primer primero de bachillerato, óigase bien hice tres, la llamaron del colegio que era muy grande, el INEM de Cúcuta. Allí hicieron una encuesta para identificar en la población estudiantil sus problemáticas y mira donde me ubican, junto a las personas que tenían problemas de drogadicción, robaban, cometían abuso sexual… junto a ellos se destaca la homosexualidad. Entonces como si hubieran sido unas elecciones fui la ganadora, obtuve la corona.
Nunca tuve contactos sexuales en la escuela, con mis compañeros… no entiendo porque es esos seis años que hice en secundaria porqué resulté siendo la reina. En aquel entonces era muy amanerado, me gustaba ponerme anillitos, paradójicamente hoy en día no me gusta aun cuando de pronto lo uso para una foto; en mi vida diaria uso mis aretitos y ya. Por qué use tanta cosita? eran elementos que me daban identidad, quería tener la uña larga entonces de repente, fabulosamente, llegó la moda del francés y alguien dijo que era unisex y entonces fui la reina del francés en la uña… vino la moda de los cordoncitos y claro, yo me ponía montones… hasta bien arriba del brazo. Siempre me la pasaba con mujeres y me sentía Abigail o mi amada Beatriz o todas las niñas rebeldes de las novelas… esa es la razón por la que cursé tres veces el
primero de bachilleratos, fue porque tuve muchos problemas en el colegio, lo mío era una “falta de disciplina”.
¿Usted cómo se piensa primero, homosexual o transvesti?
Primero me pienso ser humano, de ahí lo que sea, después si considero que soy homosexual.
En ese momento que tenía 13 años, ¿Usted que pensaba que era?
Yo nada, no me sentía nada… nunca me sentí ni lo sentí extraño, siempre me enamoré de alguien, que era un niño, sentía amor platónico y lo convertía en mi peor enemigo porque era la única manera de tener contacto con él.
¿El contacto físico para demostrar amor fueron golpes?
¡No… no, no! O sea, yo llamaba la atención convirtiéndome en su peor enemiga, en sapiarlo, empujarlo, molestarlo todo el tiempo, me ocultaba inocentemente en el odio aun cuando lo amaba con locura.
¿Alguno de esos chicos sabe que estuvo enamorada de él?
Yo creo que hoy en día algunos lo entienden así, yo creo que una de mis motivaciones más grandes para estudiar era poder ver a la persona de la que me enamoraba, encontrarla en el salón de clases.
¿Los suyos eran amores cortos o largos?
Eran amores largos, mis amores platónicos duraban el tiempo que yo duré estudiando con ellos, el tiempo en que los amé con locura y en silencio
¿Pudo “realizar” en ese momento alguno de esos amores?
Ninguno afortunadamente.
¿Cuándo llegó a realizo?
Nunca, en el colegio nunca pude.
¿Cuándo fue su primera relación sexual?
La verdad, no me acuerdo. No tengo conciencia clara sobre cuando fue mi primera relación. Tengo conciente mi primera relación conciente, con mis 5 sentidos; pero yo viví muchas cosas, porque desafortunadamente a una niña la educan para que sea virgen hasta que se case y un niño para que pueda “tirar” desde temprana edad, desde que se le pueda parar y eso lo convierte en el más hombre del mundo; pero en nuestro caso, desafortunadamente, como la familia no sabe o la mamá no sabe, o si lo saben, no tienen idea de como manejar el tema, o simplemente no tienen los elementos suficientes para guiarlo pues no hay ningún tipo de apoyo; lo ideal sería que las personas como nosotras, no solo las travestis, sino también los homosexuales pudieran tener una formación que les ayudara a decidir cuándo, cómo y con quién tener la primera relación sexual.
Es en el camino de la vida donde uno comienza a descubrir caricias; sensorialmente se sienten bien aunque piense que esté mal, uno se puede dejar llevar porque uno trae su instinto; desafortunadamente, yo no se por qué, los homosexuales son tan sexuales, “más sexuales que homos”… tengo la conciencia de mi primera relación completa con penetración, con todo, en un momento en que ya estaba demasiado grande, en el que ya habían pasado muchísimas otras cosas que hubiera sido más fabulosas si de joven me hubieran pasado.
El niño era bailarín y de pronto empieza este cambio del que hablamos ¿Qué pasa en el colegio, qué pasa en el grupo de danza?
No sé que habría pasado conmigo si la rectora del colegio municipal no me hubiera botado del colegio, si no me hubiera sacado las cejas. Hoy siento que me hizo un favor porque igual no sé que hubiera pasado si hubiera seguido estudiando y podido terminar mi bachillerato en ese camino en el que iba. Mis expectativas eran completamente otras en la vida.
¿Qué quería en ese momento?
Quería terminar de estudiar, quería estudiar Comunicación Social, quería ser una mejor persona.
¿Quería ser presentadora?
¡No! En ese momento no; quizá lo hubiera descubierto mucho más adelante, quizá la rectora lo que hizo fue acelerar el proceso porque ella me dejó sin estudiar, iba en noveno grado, tenía diez y seis años y ella me deja sin la posibilidad de estudiar. Mi mamá no me podía meter en un colegio privado entonces yo tenia que ver qué iba a hacer. En ese momento ya era muy claro que era una persona homosexual, femenina, amanerada y es cuando empiezo a hacer mi curso de peluquería.
¿Antes fue bailarín?
Claro yo siempre fui bailarín, siempre bailé en el colegio todo lo que podía bailar, tan pronto salí del colegio, sin horizontes, entré al grupo de danza folclórica de Norte de Santander. Allí encontré que era demasiado afeminado para estar en un grupo de folclor pero tampoco era la “niña de ley”, o sea, yo estaba como un híbrido, no sabía que era esa cosa. El pelo ya iba cada vez más pa´bajo, como si nada, y todavía utilizaba mi ropa masculina porque mi mamá me compraba la ropa y debía ponerme lo que ella me diera.
Ahí empieza mi cambio, los golpes del colegio no fueron traumáticos… a mi me dijeran loca porque allí cada uno es llamado de alguna manera, a uno le dicen gordo, al otro flaco, el otro es el bobo o el burro y el último el nerdo; entonces, en un colegio nadie se salva; para mí, que alguien diga que se traumatizó porque en el colegio le hayan dicho “loca” me parece muy ridículo porque en el colegio todos tienen su calificativo.
¿Le gustaba ese calificativo?
No me gustaba y las veces que tuve que reaccionar lo hice, no hacerlo era reprimirme y si me reprimía pasaba desapercibido y todo parecía perfecto; no quería dejaba de leer en público que me encantaba, me encantaba leer perfecto o dictar la clase con sus puntos y sus comas, como si fuera la profesora; reprimirme era la posibilidad de dejar de pasar a dar la exposición como yo quería, sintiéndome la presentadora del noticiero.
Hoy en día he analizado que siempre tuve esa sed de público y era muy difícil ocultar las ganas de uno pararse en frente del tablero, en frente de 30 o 40 personas. Todo tenía su precio en ese momento y yo quería vivir mi etapa de estudiante como toda persona, y si eso implicaba que todo el mundo se diera cuenta que yo era la loca, a mi no me importaba.
¿El curso de peluquería fué una aproximación a esa identidad femenina?
No, era un espacio abierto. Es como tener a un mico en un zoológico y después tirarlo a la selva; en el zoológico tiene todo: le dan comida, lo bañan, lo limpian pero está en un espacio muy limitado; eso hubiera sido para mí estar en una oficina, tratando de llevar una vida oculta. En la peluquería todo es normal, frente al homosexualismo es la oportunidad, fácil, de poder expresarse.
¿Por qué si en la peluquería era fácil, la niña decide volar a Bogotá?
Cualquier espacio se empieza a hacer chico. Esa es una particularidad de las travestis, los espacios se hacen chicos, siempre queremos más. Bogotá era parte del experimento, de ese experimentar en la vida, de arriesgarse a cosas nuevas. Soy una persona a la que siempre le ha tocado pisar en tierra firme, afortunadamente; yo entré a la peluquería sin saber gran cosa sobre el tema, a mi me dijeron trabaje acá sepa o no sepa; llegué porque a la dueña le pareció que yo era bonita y necesitaban un peluquero bonito en el salón para que llegara gente, con esa confianza que me dieron, cómo no va a responder uno. Después hice mi proceso de peluquería de barrio, luego, en una peluquería para clase alta; llegué con otra herramienta, me dijeron: “Bueno, aquí nosotros manejamos a las damas, pero como usted viene de cortar diariamente el pelo a mil hombres, la necesitamos de una”, entonces todos los hombres que llegaban eran para mí, a mi nunca me tocé ese proceso de pensar “Dios mío, señor, ahora que será de mi”. Igual fue mi viaje a Bogotá. Yo no llegué a Bogotá diciendo ¡hay los edificios!, ¡no! llegué al apartamento de una amiga, a pisar firme, creo que hasta el viaje a Europa fue firme. Lo más inesperado fue llegar a trabajar para la televisión aun cuando yo ya había hecho televisión de barrio.
¿Cómo cambia Endry cuando llega a la televisión?
Hay una parte positiva que me ha dado seguridad, me ha dado la libertad, esa energía para llegar a un sitio y decir. “aquí estoy, aquí me quedo y aquí no me van a sacar” aunque se que la regla tiene su excepción. Eso ha sido muy bueno porque he visto que la sociedad es hipócrita, como a la misma travesti de hace un año atrás a la que no volteaban a mirar y no se hubieran permitido tener en la puerta de su casa, hoy en día si la pueden acostar a dormir en su misma cama como ahora lo hacen. Para mi eso es chistoso pero a la vez me da rabia; ya lo he aprendido a manejar más, esa gente me produce risa y me da pena por ellos, porque ese tipo de gente vende hasta a la mamá.
Pareces nacida para el medio, tienes el talento, tienes la fama, me dicen, pero la vida me dice “si quieres seguir en la televisión tienes que empezar a transformar esa línea de valores, porque si no, no vas a durar mucho”. He manejado siempre todas las situaciones en la vida manteniendo un rango y lo que me gusta me gusta y lo que no me gusta, no me gusta; pero ese es el único inconveniente para trabajar en televisión, el medio me exige ser falsa, bajar la cabeza, exige muchas cosas que en mi vida de antes no hacía porque vulneraban lo que consideraba mis valores mas importantes.
¿No le preocupa transgredirse?
¡Ya me he transgredido muchísimo!, afortunadamente el ser humano es un animal de costumbre y ya llevo un año transgrediéndome, creo que lo importante es marcar un limite, de mi puerta hacia acá está el límite que no puedo pasar, pero en cuanto al trabajo ya me he transgredido todo lo que un ser humano puede hacerlo, ya no se puede más y tengo claro que no quiero que pase de mi puerta.
¿Cuándo va por la calle y la gente no se acuerda de Endry sino de Laiza y la llama de esa manera, que piensa?
Con la gente no me importa… yo estoy donde estoy por ellos, porque si el personaje no hubiera funcionado y la gente no lo quisiera ya me hubieran sacado, me hubieran mandado para París.
Me gusta porque quiere decir que lo estoy haciendo bien, de alguna manera se están rompiendo muchos tabúes y mucha “maricada” dentro de la gente, pero entiendo que la gente ve al personaje. No me gusta cuando me lo dice un periodista, una persona allegada a mí, alguien que sabe distinguir entre el personaje y la persona; entonces, es ahí donde trato de marcar la diferencia y decirles: “¡no un momentito!, si entrevista al personaje le contesto como el personaje, pero si van a entrevistar a Endry, aquí la cosa cambia porque es diferente”. También es ganar ese espacio, a mi no me van a hacer la encerrona porque eso quiere decir que no han aceptado nada y que la comunidad no ha avanzado en absolutamente nada, o por lo menos no en las instituciones… estoy hablando de la institución medios de comunicación, de quienes manejan el poder de la comunicación.
Si ellos no hablan con Endry, si no les interesa la entrevista con Endry quiere decir que no hemos obtenido absolutamente nada, porque el personaje es ficción y maneja una historia que es ficción, que ha marcado una línea con la que está insinuando muchas cosas pero que no deja de ser ficción…la historia se va a acabar y cuando la historia se acabe, con ella se acaba el personaje y con eso se acabó todo.
Cuando en vez de decirle Laiza le dicen Raúl ¿Qué piensa?
Me da rabia, porque siento que se están metiendo conmigo. Si lo hace un hombre, por lo general son ellos, que por su machismo le da rabia, que le duele que una “marica” esté figurando en la televisión como estoy figurando yo, que sabe que al personaje se indigna y le duele que le digan Raúl, sé que me quiere atacar gritándome Raúl.
¿Las transvestis que no la querían antes de estar en la televisión, han cambiado en su relación con usted?
Unas me quieren más, otras me quieren aún menos. Las que me quieren de verdad son las que me han querido siempre, no las que me quieren ahora. Las que me quieren ahora igual me dan risa, dentro de este experimentar que es mi vida, me divierto, y también les enseño… a mi me gusta dar cachetadas con guantes de seda y la vida me ha permitido dar esas cachetadas muchas veces. Tengo mucha gente para la cual yo no podía cruzar el umbral de su puerta y ahora se lo cruzo, para que tenga que tragarse lo que decía, después de alcanzar ese momento ya no me importa, no son personas importantes en mi vida. Hay otras que no me quieren porque en la comunidad de nosotras hay mucho resentimiento y lo entiendo, porque el resto de la sociedad ha creado mucho resentimiento dentro de nuestro grupo y para ellas no es justo que Endry Cardeño esté disfrutando esto, cuando ellas creen que todas podríamos.
Cuando llega a un bar para estrato seis en donde antes le era difícil entrar y ahora entra fácilmente y además le mandan un whisky a la mesa, ¿qué siente?
Igual me da risa, dejo que lleguen porque allí estoy manejando un papel también, y en esa imagen que estoy representando, no me puedo dar el gusto de ser la más antipática aunque tendría todos los elementos para serlo.
Esa aceptación de la comunidad homosexual ¿cómo puede leerse, cuando una transvesti no siempre es bien recibida?
Como dice el dicho: “si no hay más con mi mujer me acuesto”; en estos momentos ellos saben que tener una imagen, una figura muy importante que vaya más allá de lo que tradicionalmente se ha podido hacer en la televisión es bueno. No quiero decir que lo que yo hago es mas importante que lo que hace otra travesti en su peluquería, no quiero hablar como reina, pero la simple presencia de personas como nosotros, homosexuales plenamente abiertos con todo el cuento, es un trabajo muy fuerte de incidencia; como yo tengo la pantalla de lunes a viernes, tengo el micrófono, la entrevista y fuera de eso manejo la comedia, lo comercial, lo que gusta, entonces me han convertido en figura líder, pero en realidad lo único que hago es hacer lo que tengo que hacer todos los días porque por eso me están pagando.
Le pregunte hace unos días si quería que su fotografía saliera en un afiche sobre los derechos de las transvestis y usted me dijo que sí, ¿Por qué decide dar esa paso político?
Por que yo soy una travestí, conozco el contexto del afiche; en el momento en que usted me tomó esa foto lo hice con la convicción de lo que significaba salir y mi pensamiento no puede cambiar… además me veo divina.
¿A qué pregunta de un periodista le temería?
Hasta el momento ninguna, de verdad a ninguna porque si deseo se la respondo o ni no, le desvío la respuesta o le digo una mentira… hay cosas que no se deben decir pero no las dejo de decir por mi, porque me encantaría ser el personaje mas irreverente de este país, la que levanta a puya cada vez que abre la boca, pero desafortunadamente tengo una censura por lo que represento en este momento y aunque tengo argumentos para defenderme lo importante es mantener una imagen políticamente correcta.
¿Qué pasa cuando alguien insiste en tratarla en masculino viéndola tan femenina como la estamos viendo en las fotos?
Reconozco la ignorancia de la persona y le disculpo su ignorancia, tengo el derecho de ser lo que soy pero también debo dar el derecho a la otra persona a ser ignorante, con una vez que le diga que me molesta pues espero que ya entienda y entiendo que si lo sigue haciendo, lo hace para transgredirme.
¿Últimamente ha salido a la calle vestida en masculino?
Lo he hecho, lo disfruto porque la gente no me mira porque como hombre soy un ser completamente insignificante en la calle. Quería ir a ver los desfiles de las Drag Queen en Theatron y me fui vestida de hombre, me puse barba, gorra, zapatos, todo y efectivamente nadie me miró porque todo el mundo anda mirando cual mide 1,80 y allí además muchos andan sin camisa y yo no podía hacerlo, así que por ser bajita y tapadita nadie me miró… es algo que hago cuando quiero pasar desapercibida.
¿En algún momento de la vida se ve transitando hacia la masculinidad?
En cuanto a personalidad no; ya hablo así, muevo la mano así, pero creo que si algún día eso sucede no tendría ningún problema de que pase, es mas, algunas veces lo he pensado… no me imagino siendo una travesti calva, pero en cuanto a mi sexualidad la tengo muy clara, yo nunca podría ser bisexual y definitivamente, menos heterosexual.
¿Sería lesbiana?
A mi me encantaría que el ser humano pudiera enamorarse del otro o la otra y tomar ese tipo de decisiones, pero desafortunadamente todos reaccionamos de acuerdo a lo que tenemos, todos somos ávidos de amor, ávidos de cariño, así que si siento que no lo encuentro en un hombre me encantaría tener la capacidad de poder recibirlo de una mujer… el objetivo del ser humano es amar y ser amado y debiéramos partir de ello, sin embargo hay algo que no me permite recibirlo de manos de una mujer. Sé que les gusto a algunas lesbianas, es más, me lo han dicho pero yo tengo claro que soy homosexual.
Para un homosexual de su condición de transito de género ¿es fácil tener una pareja? ¿Tiene una pareja actualmente?
No y ahora que tengo fama menos, creo que fui la persona más exitosa de los 17 a los 24 años, después a los 24 años tuve un retroceso, fue por una ruptura luego de una relación de más de tres años con un hombre al que amaba con toda mi alma, fue tan fuerte para mí que sin proponérmelo dejé de ser homosexual, además tampoco quería ser mas travesti pues siempre me enamoraba de hombres heterosexuales y siempre me dejaban por otra mujer.
Ese hecho fue tan violento que no quise exponerme a otro hombre y cambié mi apariencia, me corté el pelo, regalé mi ropa, volví al colegio, y tuve el “pajazo mental” de creer que las parejas gay si pueden ser perfectas y que sociedad las acepta porque no se les nota, que lo importante es que no se note… Incluso pensé que ese cambio era algo muy lindo que le daba a mi mamá, pero una vez tuve la oportunidad de hablar con alguien quien me dijo unas palabras muy sabias: “ya tus padres vivieron la vida de ellos y sin perder todo el respeto que les tienes, ahora debes vivir tu propia vida”; entendí que yo no podía sentir que le estaba regalando a mi mamá el vestirme de hombre y haciéndola sentir la mamá más feliz de la tierra cuando yo misma me estaba sacrificando en ese momento. Fue muy bonito, me duró año y medio pero ya con eso me sentí preparada para volver a ser otra vez la loca de antes pero con más experiencia.
¿Se piensa estudiando en la universidad?
Me gustaría hacerlo pero así como soy, femenina, travesti… lo que pasa en que todo este cuento de ser travestí para mi es mucho mas extenso, a mi me encanta lo femenino pero nunca he anhelado ser una mujer y respeto a aquellas que se han operado pero una persona que se haga el “cambio del sexo” no es una mujer de verdad, es un hombre con resignación de sexo, con un cambio en su forma corporal. Nunca me he sentido una mujer ni he querido ser una mujer, soy una travesti, disfruto lo femenino, la feminidad… pero si el día de mañana siento dentro de mi corazón que es le momento de decir ¡ya no más! y reconozco que me siento mejor con mi jean, mi camisa y mi pelo corto, lo hago sin el más mínimo problema, porque Endry, la persona que soy no es lo que se pone ni lo que la gente ve, es muchísimo más.
¿Cuál es el hombre con el que usted tiene fantasías?
¿Con nombre propio?, no mi amor no le alcanza esta revista para publicar la lista que tengo. No pienso mucho en actores; para mi, ahora es mucho más difícil hacerlo porque estoy detrás de la pantalla y han caído muchas cosas y personas que pensaba eran maravillosas.
¿Qué siente cuando está junto a uno de eso hombres que le encantaban y ahora se da cuenta que usa mucha más base que usted?
El hombre es un animal de costumbre, si hace un año me hubieran dicho, allá en la esquina está Tiberio Cruz, por decir el nombre de alguien, allí en la silla donde estaba quizás me hubiera orinado, pero verlo ahora, después de hacerlo casi todos los días me produce lo mismo que ver a una fulanito de tal que poco me atrae, pero sucede que a mi siempre me han gustado mucho los hombres comunes y corrientes. Los hombres que están en el espejo, que son esclavos de su belleza, no me llegan, para eso estoy yo, la que está pendiente de su cuerpo, del maquillaje, de sentirse y verse divina, allá cada cual con su historia… pero en la mía no necesito tener a alguien así.
sábado, 22 de marzo de 2008
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1 comentario:
Me encantó la entrevista!
No sabía que Endry aun estaba en la actualidad en su pais, la vi en una entrevista hace un año aproximadamente, en antena 3, en el programa ¿Dónde estás corazón? con Jaime Cantizano, y me encantó!
Le deseo lo mejor en su carrera profesional y sentimental.
Ojalá nos visite algun dia en España.
Saludos desde ESPAÑA.
mm
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