Por Gloria Ortega Pérez
17 de mayo de 2011
Plaza Catalunya, Barcelona 2009 - Foto by Bunkerglo |
Aunque en 1990 la Organización Mundial de la Salud eliminó de su clasificación internacional de enfermedades la orientación sexual como trastorno de salud, han pasado 21 años y, por lo menos en Colombia, parece que mucha gente no se ha enterado de eso. Empezando por el Alejandro Ordoñez, el Procurador General de la Nación, que nos ha hecho saber de manera permanente y reiterativa que tanto y como es homofóbico.
Ser homosexual en Colombia para este personaje, pero también para aún buena parte de la población, es un delito. La opción sexual distinta a la heterosexual es una perversión que hay que condenar o una enfermedad que hay que curar.
La condición homosexual como opción individual tropieza con muchísima más frecuencia que lo que se cree, con el libre desarrollo a la personalidad consagrada en el artículo 16 de la Constitución Política. Las normas o doctrina vinculante del derecho, empezando por el derecho a la vida (artículo 11), a la protección y goce de derechos y libertades sin discriminación (artículo 13), o el de reconocimiento de persona jurídica (artículo 14), terminan siendo palabras, tan solo palabras como dice la canción. En la dinámica social y política nacional esta es una comunidad, como casi todas en condición de minoría en el país, que se baten, día a día, por un reconocimiento en igualdad de condiciones.
No de otra manera se explica que entre 2008/2009 en Colombia, según fuentes oficiales citadas por Colombia Diversa, hayan sido asesinados al menos 127 personas de la comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero) y tres de estas víctimas fueran defensores de los derechos humanos de esta comunidad.
"En 2008, las relaciones sexualesentre personas del mismo sexo eran condenables por la muerte en 7 países y eran consideradas como una forma de crimen en otros 80. En la mayoría de países del mundo, a las personas de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual, intersexual, queer, etc., se les niegan sus derechos humanos fundamentales tal como estos son definidos, entre otros, por la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”.
Y esto no parece cambiar. Aunque quizás ya no por vía de las constituciones, los jóvenes siguen siendo víctimas del acoso, la hostilidad y el hostigamiento homofóbico llevándolos a situaciones de depresión, aislamiento, desesperación y finalmente al suicidio.
Sin embargo, es mucho más lo que se debe hacer en el ámbito de la educación y la cultura desde una perspectiva de derechos humanos en la sociedad, que lo que la misma Corte Constitucional pueda fijar como derrotero para las garantías y protección, en condición de igualdad, de esta comunidad. El matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de niños y niñas por parte de parejas del mismo sexo quizás no tenga tropiezos en el orden normativo nacional, pero si en el ámbito de una sociedad que todos lo quiere hacer al escondido.
Manuel Velandia Mora by Bunkerglo 2009 - Barcelona |
Me llamo Manuel, soy gay, soy colombiano y tengo los mismos derechos que tú, como titulé este breve post solo tiene como propósito rendir un homenaje a un destacado defensor de los derechos humanos de esta comunidad, y a través de él a todos sus defensores.
Su camino no ha sido fácil. Aunque fue perseguido y hostigado por su condición homosexual que lo llevó a buscar refugio en España, Manuel ha conseguido vivir plenamente la vida desde su sensibilidad de artista. Su incansable curiosidad por el ser humano lo ha llevado a acumular especializaciones y doctorados juiciosamente adelantados, blindando su irreductible respeto por el Otro y su profunda dimensión de la solidaridad y la dignidad humanas.
1 comentario:
Nada más cierto que aquella frase que dice: "El problema no es la homosexualidad, el problema es la homofobia".
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