domingo, 29 de marzo de 2020

Yo o el otre ¿qué es más importante?

Reflexión sobre la biopolítica del cuerpo y la pandemia

Manuel Antonio Velandia Mora
Bogotá. Domingo 29 de marzo de 2020


Uno de los efectos del COVID-19 es que, en vez de pensar en nosotres mismes,
convierte al otre en enemig*.

Debimos aprenderlo de la historia del sida, recordad aquello de “grupos DE riesgo”, algo muy diferente a “grupos CON riesgo”: las 4 H: homosexuales, hookers —trabajadoras o trabajadores sexuales—, hemofílicos y heroin users —heroinómanos—. La salida fue el control sobre el cuerpo y la sexualidad, un ejercicio de biopolítica; mantener una cierta idea de inmunidad nos pone en contradicción con el logro que significa asumirnos como cuerpo político: lo que más nos afecta del encerramiento es que las identidades sexuales (la identidad de género, la no identidad de género como auto reconocimiento o el género fluido, el género queer; la identidad corporal, lo transcuerpo; la identidad de orientación sexual o asumirse pansexual o asexuado) pueden ser desarticuladas.

El cuerpo territorio propio se ha vuelto una afrenta, en una especie de terrorismo al que la nueva pandemia restringe y excluye. El confinamiento y la inmovilización se nos antojan un ejercicio más del biopoder y nos ponen ante la incertidumbre de la decisión sobre qué es más importante, si la conciencia de sí la vivencia del propio cuerpo o la responsabilidad social del heterocuidado.

La biopolítica nos ubica frente al dilema de la autoprotección como conciencia de sí o la salida del encerramiento como ejercicio de voluntariedad, lo que significaría sacrificar otras vidas, en beneficio de la idea de la propia soberanía, como lo afirma Paul B. Preciado.

No hay comentarios: